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JUAN CARLOS BATALLER - EDGARDO MENDOZA
LOS AÑOS 50 - LA VIDA INSTITUCIONAL
PERON Y LA INESTABILIDAD
a década del’ 50, en materia
política, obliga a dividirla en dos
secciones bien definidas.
La primera mitad, que tiene como
centro el accionar del peronismo
que domina electoralmente en el
país.
A partir de 1955 y con la irrupción de la llamada
“Revolución Libertadora”, caracterizada por la
inestabilidad política y social y que se prolongaría
hasta 1983.
Los gobiernos peronistas de San Juan
estuvieron absolutamente identificados con el
gobierno nacional.
De ahí que la sucesión de gobiernos de ese
origen no significara abruptos cambios sino una
continuidad que, en nuestro caso particular,
estuvo marcada por los planes quinquenales y el
proceso de reconstrucción.
Pero la llegada de Perón sí había
representado cambios en el país.
En primer lugar al alineamiento como Nación.
El fin de la Segunda Guerra Mundial había
dado lugar al comienzo de la rivalidad entre dos
antiguos aliados: los Estados Unidos y la Unión
Soviética. Eran dos sistemas de vida que estaban
enfrentados y que trataban de sumar países a sus
órbitas.
Estos años de bipolaridad o de guerra fría,
condicionaron el desarrollo político, económico,
social y hasta cultural del mundo. Y en ese
esquema, Perón define su política exterior:
Argentina adopta la “tercera posición” y tiende
lazos a naciones con problemáticas similares,
especialmente
con
nuestros
vecinos
latinoamericanos
Perón advierte que el modelo agro exportador
está agotado y que el país necesita encarar su
industrialización acelerada, alentado por los
nuevos consumidores que representan los mi-
llones de asalariados que con sus políticas
sociales ven mejorar sus niveles de vida.
Estos años representaron la entrada del país
en la sociedad de consumo. Ya no es suficiente un
trabajo que permita llevar alimentos al hogar. Todo
trabajador sueña -y en muchos casos alcanza ese
sueño- con tener su casa propia, su automóvil, la
creciente gama de electrodomésticos que se
suman a la cultura hogareña.
Gobernar se hace entonces una tarea mucho
más compleja. Como complejas son las
relaciones del gobierno de Perón con quienes se
oponen.
En San Juan se suceden los gobiernos
justicialistas. A Ruperto Godoy, reelegido en 1950,
lo sucede su vicegobernador, Elias Amado,
cuando fallece antes de terminar su período.
La muerte de Godoy, reconocido como el
hombre que logró la pacificación de los belicosos
espíritus políticos sanjuaninos, congrega una
multitud el día de su entierro. Es el reconocimiento
al gobernante pero también a la presencia de una
mujer a la que los sanjuaninos le expresan la
importantísima ayuda brindada en la
reconstrucción de una ciudad: Evita.
Las elecciones de 1952 marcan un nuevo triun-
fo peronista: el ingeniero Rinaldo Viviani,
acompañado por Adolfo Castro Luna, es electo
gobernador y ambos continúan las obras de sus
antecesores. Hasta que el 16 de septiembre de
1955 termina abruptamente el gobierno de Perón
y caen todos los gobiernos provinciales. Es el fin
de 10 años de hegemonía del Partido Justicialista.
Y muchas cosas cambiarían. No tan sólo el
nombre de calles, escuelas, plazas y barrios que
exaltaban las figuras de Perón, Evita, Godoy...
Seis interventores se suceden en San Juan en
estos tres años de fuerte presencia militar en el
país. De ellos, uno sólo sería recordado por su
obra: el general Marino Bartolomé Carrera, el
hombre que con energía y una honestidad a toda
prueba, impuso definitivamente los criterios con
que se vertebraría la nueva ciudad.
Tras anular la Constitución de 1949 y frustrar
un levantamiento cívico militar en 1956, el
gobierno de Pedro Eugenio Aramburu convoca a
elecciones generales pero con una condición:
buena parte de la ciudadanía no podría votar
según sus deseos, el peronismo está proscrito.
A todo esto, la Unión Cívica Radical se ha
dividido. Los sectores intelectuales y más
progresistas se alinean con Arturo Frondizi en un
intento por canalizar el voto proscrito.
Frondizi es electo presidente y en San Juan
triunfa un médico cardiólogo de origen jachallero,
Américo García, acompañado por Alberto Correa
Moyano. Sólo 39 años tenía el flamante
gobernador, férreamente encolumnado con la
política desarrollista que impulsa el presidente
Frondizi.
Comienza una etapa de gran creatividad tanto
en lo económico como en lo cultural, en la que se
hace gran parte de la legislación de fondo y surge,
entre otras cosas, el primer plan integral en
materia de salud con la creación del Servicio
Provincial de Salud y la Escuela de Policía que
termina con los comisarios políticos.
Pero también comienza en el final de la década
el jaqueo al gobierno de la UCRI. Por un lado, el
radicalismo ataca ferozmente la política petro-
lera. Por el otro, los sindicatos que responden a
Perón condicionan toda la política económica.
Finalmente, los militares antiperonistas suman
decenas de planteos y tentativas de
L
Ruperto
Godoy
Rinaldo
Viviani
Américo
García
1...,39,40,41,42,43,44,45,46,47,48 50,51,52,53,54,55,56,57,58,59,...96
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