QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO III

12 Juan Carlos Bataller 11 meses fue distinto. El abuelo Farran vino ya con tres hijos, mi mama se hizo en Argentina, pero mi papá dejó su carrera, amigos y familia para venir acá. Fue muy difícil. —El Líbano en aquel tiempo era una cuna de civilizaciones, era muy importante. —Así es, los colegios y universidades eran franceses. Mi papá hablaba muy bien el árabe y el francés, pero tuvo que aprender el español. La vida de ellos fue difícil. —¿Cuando llegó tu papá a qué se dedicó? —Mi papá tenía familiares acá, los Ahún de Caucete. Estuvo traba- jando con ellos. En Caucete conoce a mi madre. Cuando se casó tenía 28 años y mi mamá apenas 18. Luego mi padre pasó a administrar al- gunas propiedades de Amado. Toda esta historia que yo tengo guar- dada afloró cuando fuimos al Líbano con mis hermanos. Sentí la emoción más grande y recordé todo lo que mis padres nos contaban. El esfuerzo, lo que significa dejar todo y empezar de vuelta, aprender, una vida que uno no se imagina. —¿Qué era el Líbano para tu padre? ¿Trajo un pedacito del Líbano acá o dejó todo el Líbano allá? —Trajo tantas cosas, empezando por sus recuerdos. El escribía muy bien el árabe, se convirtió en corresponsal de todos los familiares que acá empezaron a conocer y a encontrarse con sus parientes. Además, permanentemente se comunicaba con su gente del Líbano vía episto- lar, cartas que duraban dos meses en llegar. —Labaqué es un apellido que lo tradujeron bien, porque hay Laba- qué de distintas formas —Hay Labaqué con la letra q y con k, que es como se escribe real- mente. En el Líbano realmente han ocupado algunos lugares impor- tantes los Labaqué, igual los Salak por parte de mi abuela, que han sido funcionarios, políticos, etc. —¿Y cómo fue tu niñez? —Muy tranquila. Mi papá después que perdió un hijo quedó muy mal. Estuvo casi 30 años en cama, no se lo perdonaba. El chiquito salió ca-

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