QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO IV

128 Juan Carlos Bataller —¿Cómo fue tu educación? — Yo viví en un hogar donde desde los nueves meses escuché música. Mi madre era pianista. Era muy retraído, tremendamente retraído y tímido. Pero he aprendido técnicas para tapar esta timidez y a veces me paso un poquito más. Soy una persona que utiliza mucho la ironía porque la ironía no es un defecto, es una virtud, porque permite salir de situaciones engorrosas sin llegar a la discusión y mandar el men- saje que quieres mandar. Eso me lo dio mucho la actividad teatral. —Pero ¿cuáles eran tus juegos de chico? —Armaba títeres y las historias. Mi familia tenía que hacer cola para ingresar. Yo tenía una pieza del fondo donde con los cachivaches había armado mi propio teatro de títeres y armaba las propias histo- rias. —¿Qué más? —Canté mucho tiempo, ya siendo un poco más adolescente pero mi niñez no fue tan a fin a los deportes porque era muy solitario. —Veo una foto tuya cuando eras alumno de la escuela Fray Justo… —Yo empecé en la escuela Santa Rosa, era una escuela que tenía sola- mente primer grado mixto. Las escuelas no eran mixtas; estaban las escuelas de varones, las estatales y mucho más en las privadas. Mi pri- mera maestra por supuesto fue una monja, la hermana Genoveva, que tenía un carácter muy fuerte. Era como Frida Kahlo, fea, tenía bigotes y era cejijunta y con lentes. Tenía esas cofias largas, oscuras... No tengo el mejor recuerdo pero la verdad es que no me puedo quejar de la educación pública que tuve durante toda la escuela primaria. De ● Y o fui un chico de una escuela en la que socialmente no encajaba; yo era para ellos un chico distinto y ellos para mi eran distintos.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzQxMjQ=