QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

66 Juan Carlos Bataller P odría haber sido un deportista exitoso o director de un coro de provincia; integrante de un conjunto musical o dirigente de una unión vecinal. Pero un día Ricardo Ochoa se fue tras un sueño: probar suerte en Buenos Aires y cantar en el teatro Colón. Ese teatro, templo de la música en la Argentina, fue su vida durante casi cuatro décadas. Allí compartió escenario con grandes músicos y bailari- nes, fue solista de grandes óperas, grabó con los más importantes direc- tores y hasta participó en películas haciendo la banda sonora. Pero no por ello se subió al tren de la fama. Durante varios años fue la voz gremial reivindicativa de más de mil profesionales del Teatro Colón. Una osadía de la que no es fácil salir ileso. Ligado siempre a su San Juan natal, cada vez que llega es como si nunca se hubiera ido. Jubilado ya, con su porte majestuoso de cantante lírico veterano, su vida sigue ligada a la música. Y sigue amando sus frecuen- tes baños de sanjuaninismo, como él mismo lo dice, dirigiendo la Came- rata del Sol y cantando tonadas. El Negro Ochoa, el Choco, el sanjuanino que cumplió su sueño. Y triunfó en el Colón. JCB

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