La Pericana N°181

8 Viernes 8 de noviembre de 2019 La extraña muerte del Una nota de Juan Carlos Bataller Esta nota integra el libro “Historias contadas con 2 dedos” Papa de la sonrisa Qué pasó con Juan Pablo I? ¿Es cierto que lo mataron? ¿Quié- nes? Estas preguntas me las hi- cieron centenares de veces. Son las mismas que yo hice a viejos vatica- nistas cuando en 1980 me acredité como corresponsal de Clarín ante la Santa Sede. Digamos que hoy, cuarenta después de la muerte de Albino Luciani, no tengo respuestas. Todo queda en un escueto resumen: el papa Juan Pablo I apareció muerto en su habitación. Tenía 65 años y llevaba sólo 33 días de pontificado y según el comunicado oficial, murió de un infarto agudo de miocardio, aunque el motivo de su fallecimiento no ha estado exento de teorías conspirativas debido a la falta de una autopsia. l l l Pero expliquemos a las nuevas genera- ciones quién fue Juan Pablo I. Comencemos diciendo que fue elegido en la cuarta votación del cónclave de agosto de 1978, un cónclave inusual- mente breve, el segundo más corto del siglo XX. El Colegio cardenalicio eligió el 26 de agosto de 1978 al Patriarca de Venecia, Albino Luciani, como el 263° papa de la Iglesia Católica, siendo así el tercer Pa- triarca de Venecia en ser nombrado papa. Albino escogió el nombre de Juan Pablo , convirtiéndose en el primer papa de la historia con un nombre com- puesto, gesto con el que pretendía hon- rar a sus dos predecesores, Juan XXIII, que le nombró obispo, y Pablo VI, que le nombró Patriarca de Venecia y carde- nal. l l l Según los vaticanistas de larga trayec- toria, la elección de Luciani fue debido a la división entre miembros de distinta ideología dentro del Colegio cardenali- cio: Los conservadores y curialistas apo- yaban al cardenal Giuseppe Siri, que defendía una interpretación más conservadora o incluso una corrección de las refor- mas del Concilio Vaticano II. En los círculos sede- vancantistas existe la opinión que Siri fue ele- gido en el cónclave de 1958 y que in- cluso escogió el nombre de Gregorio XVII para su pontificado, pero fue obli- gado a renunciar porque no era “políti- camente correcto” en los tiempos de la guerra fría. l l l Del otro lado estaban los que defendían una interpretación más liberal de las re- formas del Vaticano II y otros cardena- les italianos, apoyaban al cardenal Giovanni Benelli, pero no obtuvo los votos suficientes por sus tendencias “autocráticas”. Entre los cardenales procedentes de fuera de Italia, en un Colegio cardenali- cio cada vez más internacionalista, había figuras como la del cardenal Karol Wojtyła, quien luego se convertiría en Juan Pablo II. l l l Un hombre de gran poder en la iglesia en aquellos años era el cardenal argen- tino Eduardo Pironio quién decía, refi- riéndose a Luciani que “hemos sido testigos de un milagro moral”. Tras su elección, Juan Pablo I tomó una serie de decisiones que llegaron al co- razón de los fieles. La Iglesia tenía “un Papa más humano”, se dijo. Por ejemplo, admitió públicamente que se ruborizó cuando Pablo VI le nombró Patriarca de Venecia. No sólo eso, fue el primer papa mo- derno en hablar en singular utilizando “yo” en lugar del plural mayestático, aunque las grabaciones oficiales de sus discursos fueron reescritas de un modo más formal por algunos de sus ayudan- tes más tradicionalistas, que reincorpo- raron el plural mayestático en notas de prensa y en las noticias de L’Osserva- tore Romano. También fue el primero en rechazar la Según los vaticanistas de larga trayectoria, la elección de Luciani fue debido a la división entre miembros de distinta ideología dentro del Colegio cardenalicio ¿

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