La Pericana N°195

Viernes 20 de marzo de 2020 Escribe Gustavo Ruckschloss Pájaros, pajaritos, bichos y bichitos... Ayuda providencial E n Cuyo y La Rioja hay una gama muy amplia de pajaritos, bichos y bichitos que reciben varios nombres, algunos metafóricos. En las fuentes consultadas hemos recogido un puñado de ellos: chacrero. Pájaro de color negro brillante. Es el tordo y también le llaman músico y musiquero. Ejem- plo: “Los chacreros estaban esperando que madure el maíz”. (Oral.). chamuschina. Pajarito de plumaje gris plomizo con el pecho amarillo claro. Ejemplo: “Animales de la re- gión: […] Los ejemplares de pájaros de la re- gión […] gorrión, tordo y chamuschina”. (Encuestas de los Maestros Lainez, 1950, San Juan) aberrojo. Insecto himenóptero, velludo y zumbador. También le dicen machorro. Los escritores sanjuaninos Leonidas Escudero y César Qui- roga Salcedo dan muestra de ello. “Tanto an- duvo colgado de los buitres, /aberrojo en la flor del roquerío...”. (Escudero, 1970: 25). “Fauna cuyana: Aberrojo (abejorro), alguaraz (alguarás), álquiche, ampalagua (ampala- hua)…”. (Quiroga Salcedo., 2000: 27). A lguna vez he contado que, cuando salgo a ca- minar, suelo tomar alguna rama o palito por si me encuentro con algún perro poco amable. Así lo he aprendido desde hace mucho tiempo y me he salvado varias veces. Justo, una de las veces que no iba “armado”. un pequeño cusquito me mordió los talones, agrandado como buen petiso. Aprendí que antes de em- pezar debo tener el arma a mano. Así las cosas, salí a caminar con una rama cortita y me sentí tran- quilo. Al poco andar, apareció un tremendo perro, de esos que se ven en el cine. Como corres- ponde, salió de golpe y eso ya me asustó. Además, sin atar, mostrando su enorme dentadura y sin el menor miedo. Grande, grande y muy agresivo; al darme vuelta para azuzarlo con mi ra- mita, faltó que se riera de mí por- que apenas si se frenaba un poco y seguía embistiendo. Yo trataba de dar un paso aleján- dome y él daba dos atacando, solo frenaba cuando azotaba un poco mi infantil ramita. Creía que cuando me alejara un poco de la casa de donde salió, aflojaría. Se ve que él no pensaba igual y me veía como su almuerzo. Seguía así el desigual enfrentamiento y allí pensé que debo aprender a rezar. Se me encresparon los pelos de hasta donde no tengo; sudaba y pensaba a mil. Nada de ello parecía entender el bestia que cada vez arreciaba más cerca y yo ni había alcanzado a escapar algún metro. De golpe sentí una voz que me decía: “Agáchese”. Menos mal, dije yo, debe ser Dios que me viene a ayudar. No era él en persona, pero sí un hombre que junto con otros y unas chicas iban de casa en casa, como sus mensajeros, según dicen ellos. Él se agachó y, como si tomara una piedra del suelo para tirársela, lo amenazó y Mefisto huyó. Aprendí que, a veces, no solo hay que amenazar, sino que hay que saber hacerlo. Pero mejor aún, debo llevar un firme garrote de verdad, permiso para portar arma y agradecer a Dios su en- viado providencial. aguacil, alguacil. Nombre de numerosas especies de insectos, de hasta unos 60 mm de largo. Viven en la proximidad del agua, donde crían sus larvas. Es la libélula. También le llaman aviador. Ejemplo: “El cielo y fenómenos atmosféricos [...] Para pronosticar el tiempo se guían por los remolinos de viento y los animales reto- zando que anuncian mal tiempo. Las golon- drinas y el insecto conocido por alguacil y que los nativos del lugar llaman ‘aviador’ anuncian temporal”. (Encuestas de los Maestros Láinez, 1950, Mendoza). aguatero. Pájaro pequeño, de color marrón claro amari- llento, con estrías pectorales de color oscuro, con el abdomen amarillo y copete promi- nente. También le dicen torito. Ejemplo: “En la región hay un pájaro que anuncia lluvias y su canto solo se siente días antes de produ- cirse las lluvias, este pájaro se llama torito o aguatero” (Encuestas de los Maestros Lái- nez, 1950, San Juan). || 2. Nombre de nume- rosas especies de insectos, de hasta unos 60 mm de largo. Viven en la proximidad del agua, donde crían sus larvas. Y hay muchos más, que compartiremos con ustedes en otras columnas temas de la justicia Escribe Eduardo Quattropani* 8 algo de alguien el poder de las palabras Aída Elisa González de Ortiz Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras Fiscal General de la Corte de Justicia Presidente del Consejo Federal de Política Criminal de los Ministerios Públicos de la República Argentina Ex Presidente del Consejo de Procuradores, Fiscales, Defen- sores y Asesores Generales de la República Argentina Ex Presidente del Foro de Abogados de la Pcia. de San Juan C on máxima prudencia y equili- brio, el Poder Judicial de San Juan ha dispuesto una restricción extraordinaria en la prestación del servi- cio hasta, por ahora, el 31 del mes en curso. No muchos han advertido que no se trata de una feria judicial como la de enero ni de un receso como el de julio, ni uno ni otro. Así, esta restricción no al- canza a jueces, fiscales, defensores, asesores, ni, claro está, personal admi- nistrativo de conducción, tampoco a fun- cionarios tales como secretarios de Paz, ellos, todos ellos, concurren diariamente a sus despachos, para ellos no existe restricción. Es decir, prudentemente, se ha reducido la concurrencia de personas a los edifi- cios, se intenta cuidar, proteger, a nues- tros trabajadores como a los usuarios del servicio sin, claro está, privar a la so- ciedad de justicia. Todos debemos entender que tomar de- cisiones no es fácil, tampoco que se tomen estarán exentas de críticas, así por ejemplo suspender o no el fútbol, prohibir o no tales actividades. Hay un momento, este por ejemplo, en que hay que darle crédito a quien con- duce, a quien monta la estrategia, a quien tiene en sus manos más datos para resolver. Caso contrario, si cada uno hace lo que quiere, seguro la guerra estará perdida y seremos un ejército en retirada. Desde lo sancionatorio se deberá actuar con dureza con quienes propaguen la enfermedad o desobedezcan las regla- mentaciones que imponga el Estado, claramente hay que decirlo, no es hora de justificar a imbéciles o negligentes. Es bueno se entienda que estamos en crisis, peligra la vida y la salud de todos, es bueno se tenga presente que hay empresas, personas, cuyas actividades prácticamente se paralizarán y queda- rán al borde del quebranto, así que a los que solamente les toca colaborar, será bueno lo hagan en respetuoso silencio. Justicia y coronavirus

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