La Pericana -Edición- 205
para con el ciudadano involucrado. En uno y otro caso parecería ser que lo justo sería agregar alguna norma en el Código de Procedimiento Penal que dife- rencie la toma de medidas según el sta- tus de a quien se le aplique o que los jueces, antes de decidir, consulten a las corporaciones o a grupos de presión sobre su aceptación a esa decisión. Lo más grave está dado por una realidad indiscutible: parecería que los que criti- can, desde cualquier posición, lo hacen como portadores del deber ser, de la ver- dad revelada, en tanto que los que deci- den parecerían ser, o son, tratados como portadores de la arbitrariedad. Al final, terminaremos creyendo que cada uno quiere una justicia a la medida de su gusto, de su status, de su posición en la sociedad. Criticar se puede criticar. Es más, se debe hacerlo, cuidando, dentro de lo po- sible, que sea desde la objetividad, desde la verdad. Creo. Jueves 28 de mayo de 2020 N o se puede desconocer que, de or- dinario, cuando se juzga a la justi- cia, en especial a la del fuero penal, una de las quejas, ciertas o no, está dada por la presunción que solo se aplica contra “la gente de a pie” mientras que los que tienen plata, influencias o, en general, pertenecen a cierto nivel social, estarían exentos de sometimiento a las mismas normas. Ahora bien, lo contradictorio se da cuando se aplica el Código Penal y el Código de Procedimiento a empresarios, políticos, comerciantes y profesionales, en general a gente de cierto status so- cial, porque se pasa de aquella justicia acomodaticia a una justicia represora, a una justicia parte de operativos políticos o integrante de una campaña mediática. Lo raro es que, salvo excepciones, nadie critica procedimientos ni la actuación fis- cal cuando el imputado es “un ciudadano común”, ello a no ser para denunciar la existencia de una supuesta “justicia blanda”. En cambio, cuando se trata de “conspicuos ciudadanos” la crítica viene montada en la dureza o poca sensibilidad Al final, ¿qué queremos? 14 temas de la justicia Escribe Eduardo Quattropani* Fiscal General de la Corte de Justicia Presidente del Consejo Federal de Política Criminal de los Ministerios Públicos de la República Argentina Ex Presidente del Consejo de Procuradores, Fiscales, Defenso- res y Asesores Generales de la República Argentina Ex Presidente del Foro de Abogados de la Pcia. de San Juan H umor, contra viento y marea. Reír a pesar de la tragedia. Hoy en día, dar muestras de humor en circunstancias trá- gicas puede ser considerado provocador, vergonzoso, indigno, incluso inadaptado. Mediante el humor, se invierte una situa- ción perdiendo su carácter amenazador, evidenciándose la expresión de los inten- tos por dominar los propios miedos y an- gustias. La actitud humorística frente a las dificul- tades de la vida modifica la percepción de la realidad, dándole un tono irónico que hace surgir la risa allí donde tan sólo hay peligro y angustia. Se exprese o no mediante la risa, el humor provoca sen- sación de bienestar emocional asociado a la alegría, al júbilo o a la mera satisfac- ción, y esto le da una función de catar- sis . Es un instrumento de defensa contra la angustia que generan situacio- nes cotidianas o disruptivas. Ayuda a las personas a protegerse de la invasión de las emociones negativas ante las dificul- tades de la vida. La actitud humorística es indicio de flexi- bilidad y buen pronóstico de cambio durante un desarrollo. Facilita el descu- brimiento y utilización de nuestras com- petencias para superar dificultades. Es indicio de creatividad que permite des- cubrir los recursos que se pueden movili- zar frente a las situaciones adversas. Reírnos de algo que nos pone en peli- gro , nos hace separarnos del miedo, nos permite poner freno a la angustia y protegernos o atenuar emociones mór- bidas. Ver las cosas bajo la luz humorística, denota una especie de truco en el in- tento de dominar el arte de vivir. El ta- maño del sufrimiento humano es relativo, por lo que se puede deducir que la mínima cosa puede originar también la más grande alegría. “El humor a veces sonríe a través de las lágrimas” psicología Analía De los Ríos Psicóloga Escribe
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