La Pericana -Edición- 225 -17-10-2020

Sábado 17 de octubre de 2020 s Las odaliscas Los blancos se hacían parte del servicio alto, a ellos se le daba la custodia y la vi- gilancia de los miembros importantes. Ellos eran los maestros y los instructores de los niños y la escolta del príncipe. lll El jefe de los eunucos blancos era el brazo derecho de los sultanes, mos- trando a veces más poder dentro del go- bierno que el gran visir del lugar. Ellos decidían quiénes franqueaban las mura- llas y hasta donde podían hacerlo. Los eunucos negros eran los custodios del harén femenino, protectores de las puer- tas interiores. Sombras diurnas y noctur- nas de las esposas, cuánto más feos son más valor ostentan en el mer- cado. Controlan desde la comida hasta las ropas de las esposas y concubinas. lll La idea de su fealdad da valor a la be- lleza de su señor, por el único por el que las mujeres del amo deben suspirar. Los enanos ejercen de bufones y charlata- nes, produciendo las risas de las horas de ocio de su señor. Y los mudos o los sordo-mudos tienen las misiones más tenebrosas, pues son los brazos ejecuto- res de las iras de su señor. Los mudos se encargan de las ejecuciones de las mujeres promiscuas, de los parricidios y de otras salvajes ideas de esa ley in- terna de los harenes. lll Estrangulan con cordones de seda. Y siempre van en grupo alrededor de su amo cuando éste visita el harén. Como deben respetar a su amo y nunca fran- quear el silencio las personas del pala- cio a través de los siglos han desarrollado lenguajes muy originales de señales. Simbología escrita aunque poca, pues la mayoría de los habitantes son analfabetos y simbología o códigos secretos escritos entre los gestos de sus facciones físicas. Desde el rostro hasta los andares pueden ser utilizados para herramientas de comunicación dentro de un harén. Los que más han terminado dominando estas artes son los séquitos de mudos que han desarrollado códigos herméticos que se basan en tocarse partes del cuerpo propio o del interlocutor, por lo que pueden desarrollar este lenguaje a la luz del día pero también en la más ab- soluta oscuridad. Los cuarenta sordomu- dos de los harenes perfeccionan estas curiosas formas de expresión en la sala de los pajes. Hoy en día la práctica de los harenes está prohibida y la de la castración desde 1922 abolida en Turquía por Kemal Taturk, personaje que también abolió en su momento el uso de velo en la mujer, pero las investigaciones de- muestran que son prácticas que todavía perduran entre algunos integristas, por ejemplo en Afganistán. Eunucos en el harén del sultán otomano (1919) Odal- isque. Cuadro de Her- mann Fenner- Behmer (1866- 1913) M uchas de las concubinas y oda- liscas del harén imperial oto- mano tenían la reputación de ser las más hermosas mujeres. Muchachas jóvenes de belleza ex- traordinaria eran enviadas a la corte del sultán. En su mayoría las mujeres del harén eran circasianas, georgianas y abjazas… Todas las jóvenes que in- gresaron en el harén desde su instau- ración hasta entrado el Siglo XX (hasta 1909 concretamente) se las llamaba odaliscas (del turco odalık, «mujeres de cámara»), es decir criadas del harén, las cuales—contrario a la creencia—no mantenían relación se- xual alguna con el sultán ya que no eran más que sirvientas. lll El término odalisca estuvo pues, mitifi- cado por el orientalismo y los pintores europeos que las reflejaban en sus obras, hasta tal punto que aún hoy en día la Real Academia de la Lengua Es- pañola tiene esta entrada—muy sui generis y algo anticuada— para oda- lisca: Esclava dedicada al servicio PASA A PÁGINA SIGUIENTE 13

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