La Pericana -Edición- 225 -17-10-2020

Sábado 17 de octubre de 2020 15 s El harén otomano L as chicas del harén otomano eran forzosamente extranjeras porque una musulmana no podía ser esclava. Generalmente se las traía del mercado de esclavos directamente de las actua- les Rusia, Ucrania y las regiones del Cáucaso por considerárseles las más bellas. Al llegar al harén comenzaba para ellas lo más traumatizante: el examen mé- dico. Para saber si tenían una de las tres principales enfermedades: cólera, lepra y peste se les ponía en el cuello, sin que se dieran cuenta, una pulga . Si la pulga no mordía a su víctima era señal de que estaban contagiadas y eran expulsadas. Es evidente que tam- bién se les sometía a exámenes médi- cos para confirmar su castidad. lll Una vez pasado este tamiz a la hora de dormir un eunuco se introducía en su habitación para saber si tenía un sueño ligero o pesado y si roncaba. Si ron- caba de inmediato se pedía reducción del precio pedido por el vendedor o incluso se le expulsaba del harén. En el harén se estudiaba música, canto, danza, poesía, bordado, las artes del amor, turco, persa, árabe y el Corán. Estas mujeres pasaban gran parte de su tiempo en el hammam o baño turco donde mantenían su belleza para atraer la atención del Sultán. Todo estaba bien regulado por clases, en dependencia del grado de relación que se tenía con el Sultán. Aquéllas que daban hijos al Sultán tenían sus propios apartamen- tos privados, más lujosos, servidores y dinero. Si la chica era seleccionada por el Sul- tán para ser su pareja esa noche se la maquillaba, depilaba, peinaba y se le vestía. El Sultán era el único que podía desvestirlas y romper un her- moso collar de perlas que llevaban alrededor de su cintura, símbolo de su virtud. s

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