La Pericana -Edición- 234 del 19-12-2020
Sábado 19 de diciembre de 2020 23 U na de las grandes decisiones a las que se enfrentan los padres al culmi- nar un año, es las vacaciones. Cuando se convive, es decir cuando la familia vive junta, programar las vacaciones no tiene mayor desafío. El problema se plantea cuando los pa- dres no conviven, la decisión de viajar en el periodo de vacaciones trae como pri- mer desafio ponerse de acuerdo res- pecto de la salida de paseo por un determinado tiempo con los hijos meno- res de edad. Los padres deben autorizar la salida del menor con el otro progenitor, acordar el tiempo del paseo, el lugar y con cual de los progenitores va a salir primero. Si lle- garen a coincidir las vacaciones de ambos progenitores, convenir cuánto tiempo pasará con cada uno y con cuál saldrá primero. Si todos estos puntos pueden ser acorda- dos entre los progenitores sin mayor in- conveniente, no se presentaría ningún conflicto a dirimir. El problema se plantea cuando los padres no logran ponerse de acuerdo en todos los puntos menciona- dos y/o en alguno de ellos. En este caso se recurre a la justicia, ya sea uno de los progenitores o ambos, a fin de que sea el juez quien logre avenir a las partes para acordar las vacaciones de los menores junto a cada uno de sus padres, del modo mas conveniente al in- terés superior del niño, y permitiendo que el menor goce de periodos de des- canso y diversión con cada uno de sus progenitores. Para poder salir de vacaciones con hijos menores de edad lo hayan acordado los padres o dispuesto el juez, se debe con- tar con la autorización del otro padre y/o madre, y/o del juez, estar determinado el lugar de destino, el tiempo, dónde van a hospedar, entre otros puntos de trascen- dencia para que el progenitor que no los acompaña esté informado. Viajar con menores y autorización la columna jurídica Escribe Marianela López Abogada. Jueza de Familia Además se debe denunciar números de contacto para poder mantener una co- municación con el progenitor que no viaja junto con el menor. Para el caso que viaje en línea de colec- tivo y/o cualquier otro medio de trans- porte que no sea vehículo particular hay una serie de requisitos y papeles que deben acompañarse para poder trasla- darse con el menor a otro destino. Si el viaje es fuera del pais es indispensable contar con autorización otorgada ante es- cribano público y/o dispuesta por el juez, la que deberá contar con una serie de re- qusitos y formas legales para su plena eficacia y validez como instrumento para salir del pais. hachara una leñita... Lobo el palo, señor, al dar el golpe se ladió y me tajié la pierna...”. (Mugnos de E., 1957). l tajo. m. Corte paralelo al filo de la oreja del vacuno, de modo que quede H ay algunas palabras que las perso- nas usamos muy poco, y otras con mayor frecuencia. Es el caso de estas palabras que ya forman parte del Diccio- nario del español de la Región de Cuyo y La Rioja, elaborado por el Equipo de In- vestigación del Instituto de Investigacio- nes Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar de la FFHA de la UNSJ. Este Dic- cionario está actualmente en prensa en la Editorial de la UNSJ. Hoy les dejo algunas palabras, que por ra- zones de espacio solo he volcado lo esen- cial. l tajada. f. Carne frita de cerdo, gallina o pavo, que se conserva en grasa. l tajear. tr./prnl. Hacer tajos con un ins- trumento cortante. “Me pidió la mama que Más palabras de ayer y de hoy el poder de las palabras Escribe Aída Elisa González de Ortiz Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras suelto un cordoncillo sostenido por la parte superior, como señal de pertenen- cia. “La señal del ganado de don Nicasio es el tajo”. (Oral.). l tala. f. Pastura, generalmente alfalfa, que queda sin segar después del último corte. “Refranes, frases y dichos. Coplas. De arriba me he venido/como mote sobre el agua/comiendo pastos ajenos/dejando la tala p’al dueño”. (Enc. 1950, La Rioja). l tambera. f. Ternera de hasta tres años que aún no ha tenido cría; vaquillona. “… envenenada su alma y no pudiendo so- portar la presencia del que ya no creía su hijo, por consejos de la bruja, lo separó del hogar; prohibió bajo pena de muerte a su mujer que lo recibiera ni le diese de comer y le entregó, como único medio de trabajo y de vida, dos tamberitas”. (Agüero, 1955). Tambera
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