La Pericana -Edición- 239 del 20-02-2021
Sábado 20 de febrero de 2021 17 sus juicios de valor a criterios objetivos y del deber ser. Quede claro que son algunos presupues- tos. Queda claro que exige un cambio cultural que no se ve cercano. Confieso que cuando veo desfilar a cier- tos personajes por los medios y por la vida pública, cuando advierto cómo se reciclan, no puedo dejar de imaginarme el desasosiego en la gente. Es que ver- daderamente es para llorar. E n el orden nacional se viene plan- teando, desde hace largo tiempo, la discusión sobre su administración de jus- ticia y la necesidad de dotarla de verda- dero prestigio. Al respecto algunas reflexiones: 1) Es falso decir que “tenemos que vol- ver a tener una justicia nacional presti- giosa...”, pues en verdad nunca lo fue, a no ser que se confunda esa virtud con el hecho que no se pusiera la lupa sobre ella. 2) Es bastante dudosa la verdadera in- tención de quienes a su momento lo pro- ponen, pues parecerían existir “equipos de jueces y fiscales” que formarían la “in- fantería judicial” de distintos sectores po- líticos y de poder. Así se los ve desfilar, sin pudor alguno, por medios de comunicación que “jue- gan” con iguales camisetas. 3) Para que la justicia mejore su imagen hace falta que se den, al mismo tiempo, varias condiciones de diversos órdenes, de las cuales enuncio solo algunas de ellas, a saber : a) un sistema de recluta- miento y de remoción con absoluto domi- nio del criterio técnico (nótese que no digo de instituciones técnicas pues ello, por lo general, no son sinónimos ); b) le- gislaturas cuyos miembros provengan de partidos políticos con democracia in- terna, de modo tal que tengan libertad absoluta para elegir por méritos; c) la existencia de medios capaces de ajustar La Justicia temas de la justicia Escribe Eduardo Quattropani Fiscal General de la Corte de Justicia de San Juan L os hablantes de español, sin importar el país, recurren a los animales para describir cómo se sienten, lo que ven, lo que no les gusta y lo que les pasa. Sien- ten como les hormiguean las piernas. Ellos se mosquean, se cabrean y se chin- chan, por no decir que se molestan o se fastidian. Las metáforas esconden significados que dicen más de los humanos que del reino animal. Si decimos “ No seas ví- bora ” es porque alguien está metiendo cizaña, es decir hablar mal o inventar chismes de una persona. Y si de pavear se trata, decimos o hacemos tonterías, necedades o directamente pavadas . En la literatura existen las personificacio- nes, una figura retórica que da caracterís- ticas humanas a objetos o animales. A menudo escuchamos que un zorro actúa con cautela, pero la cautela es propia de De palabras del reino animal el poder de las palabras Escribe Aída Elisa González de Ortiz Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras los seres humanos. Parte de la respuesta de cómo funciona este proceso se en- cuentra en la lingüística cognitiva. Una misma palabra o, incluso, una misma metáfora pueden tener dos signifi- cados completamente distintos depen- diendo el lugar, el momento y el contexto. La generación que creció con el reggae- tón sabe que perrear se refiere a un in- confundible tipo de baile. Una mujer que es promiscua y un hom- bre que busca prostitutas zorrean . Un la- drón ratea . Un personaje charlatán cotorrea; un curioso, sapea … En casi todos los casos hay un trasfondo despectivo: el promiscuo, el tonto, el la- drón, el mentiroso, el que se deja guiar por sus sentimientos es un animal.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NzQxMjQ=