L
a imagen, novelizada, más ví-
vida de la caída del Imperio
Romano, como escenario de
perversiones, orgías y depra-
vación, nunca fue real. Pero si alguna
vez lo hubiera sido,
hubiera ocurrido
en el mandato del joven Heliogábalo
.
Y es que la gente sólo hablaba acerca
de la sexualidad de su mandatario, que
delegaba el poder en sus consejeros
de más confianza para vivir sus excen-
tricidades.
Constantes orgías en el palacio, con
hombres y con mujeres. Hombres que,
tras gozar su amor, iban consiguiendo
puestos de importancia en el gobierno.
Relaciones heterosexuales y homose-
xuales declaradas, rumores de que el
emperador compraba ropa de mujer y
gustaba de ponérsela. Historias, más
truculentas, en las que el adolescente
se disfrazaba de prostituta y dejaba que
su novio de turno le maltratase. Asesi-
natos como sacrificios. Locura. Sexo.
Travestismo. Masoquismo.
Heliogá-
balo, el emperador adolescente,
quiso probarlo todo...
lll
Había nacido en Siria en 204, bajo el
nombre de
Sexto Vario Avito Basiano
y con vínculos con una familia con
poder:
los Severos.
Sus antepasados, y él mismo si la his-
toria hubiera seguido su curso lineal,
habían sido sacerdotes de El-Gabal.
Su nombre como emperador,
Heliogá-
balo
, procede de este dios. Efectiva-
mente, emperador. Un puesto que él,
muy niño aún en
218
, no había de-
Nacido como Vario Avito Casiano y proclamado emperador
a los catorce años, con el nombre de Marco Aurelio
Antonino, pasó a la historia como Heliogábalo por haber
sido sacerdote del Sol en Emesa, ciudad siria de la que era
originaria la familia. Sólo gobernó tres años en los que puso
en práctica las mayores excentricidades y perversiones
sexuales. El emperador adolescente que quiso probar todo.
Viernes 2 de septiembre de 2016
seado.
Fue su abuela, Julia Maesa, la que de-
cidió por él. Julia era una experta polí-
tica, mujer inteligente y demasiado
ambiciosa como para tener tranquilos a
los mandatarios romanos. Por eso
había vuelto a su tierra natal, Siria, exi-
liada por orden del que pretendía ser
emperador, Macrino, después de tra-
mar llegar al poder en Roma.
Cuando tiempo después Julia Maesa
se enteró que el recién proclamado em-
perador Macrino había empezado a ser
impopular entre los soldados romanos,
decidió que era hora de actuar.
Y
actuó.
La mejor opción era utilizar a su nieto
Sexto Vario, futuro Heliogábalo
, a la
sazón de 14 años.
Julia aseguró que su nieto no era hijo
natural de Sexto Vario Marcello, su
yerno, sino del mismísimo
Caracalla
,
anterior emperador, que acababa de
morir.
Sin importar que su hija, Julia Soae-
mias Bassiana,
sufriera el despresti-
gio de ser reconocida adúltera,
su
capacidad de convencimiento -llegando
historia
incluso a prometer repartir todas sus ri-
quezas entre las tropas- era tal que, a
las pocas semanas, el nieto, ahora
Marco Aurelio Antonino
(como su su-
puesto padre Caracalla),
era procla-
mado emperador.
lll
Ya en Roma, el niño y su abuela fue-
ron muy pronto conocidos por su extra-
vagancia.
Cuando llegó a Roma llevó consigo la
piedra sagrada del dios Sol de Emessa,
cuya encarnación decía ser y la depo-
sitó en el Palatino, proclamando a Baal
de Emessa dios supremo del Imperio.
En vez de ser conocido por su nombre
de emperador, la proclamación de El-
Gabal como dios supremo en Roma
por parte de Marco Aurelio Antonino,
hizo que todos le llamasen
Heliogá-
balo.
Pero las sorpresas no terminaban. El
emperador de 14 años decidió el levan-
tamiento de su estatua detrás de la de
la Victoria en el Senado y el nombra-
miento de cargos a miembros de su fa-
milia y amistades.
Era demasiado y
suficiente para sublevar a los gran-
des personajes de Roma.
lll
La historia recién comenzaba.
Lo que en otros personajes es mera fa-
chada,
en Heliogábalo era parte de
su vida personal
.
Las rarezas se cuentan por millares.
►
El primer escándalo de su vida pri-
vada -que, como emperador, era pú-
El primer emperador transexual
Hierocles, conductor
de carros (auriga),
fue su pareja más
conocida, al que
incluso le nombró su
marido en 221. Decidió
que iba a ser
emperatriz, y que su
marido heredaría su
poder. Cuentan
algunos historiadores
que pagó una fortuna
a un médico que lo
convirtió en el primer
transexual operado
quirúrgicamente de la
historia.
20