Viernes 4 de diciembre de 2015
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El representante de
una generación distinta
Sergio Uñac
E
l hombre que ha llegado no sólo
es un político que ganó una elec-
ción.
s el representante más notorio de una
nueva generación que si bien ha recorrido
un camino en la vida política, viene de una
formación diferente de quienes han tenido
el mayor protagonismo en los últimos
años.
La de Uñac es la generación que no de-
sechó la experiencia y los consejos de
los dirigentes que lo antecedieron pero
que no vivió las traumáticas etapas que
marcaron a esa generación.
Muchos de los dirigentes que pasan a
tener un gran protagonismo son hombres
de probada lealtad a quienes les facilita-
ron el camino. Pensemos en la relación de
Uñac con Gioja, de Orrego y Martín con
Basualdo.
Pero también tienen una formación dis-
tinta. En general, iban a la escuela prima-
ria cuando el país vivió sus horas de
mayor desencuentro. Y es por eso,
como lo dijo esta semana un dipu-
tado electo, que se acostumbra-
ron a mirar la vida a través del
parabrisas y dejaron de tener la
vista en el espejo retrovisor.
Sin dudas que la conducción
será distinta, deberán hacer
su propio camino. Pero transi-
tarán por un camino con el
asfalto hecho.
En el caso de Sergio Uñac,
está buscando formar equi-
pos en cada ministerio y a
todos les pide lo mismo:
que no sean funcionarios
de escritorio, que salgan,
que vayan a ver los pro-
blemas en cada lugar,
que tengan contacto di-
recto con la gente.
Su fuerte formación mu-
nicipal, hace de Uñac un
político que busca el
contacto. En eso es simi-
lar al Gioja omnipresente
que durante toda su ges-
tión fue incansable, aun-
que algunos de los
ministros que se están
yendo, transformaron sus
ministerios en bunkers
inexpugnables, que los
aislaba de todos y de todo.
Hay dos personas que
han influido fuertemente
en la vida política de Ser-
gio Uñac, su padre y José
Luis Gioja.
Y, por las caprichosas vueltas
de la vida, terminó siendo su-
cesor de los dos.
Su primera gran influencia fue Joa-
quín Uñac, el Coco, quien llegó a ser
intendente en 1995 cuando Sergio era
su asesor letrado.
El mismo Sergio admite que al principio de
su gestión de intendente fue una pesada
carga que lo compararan con su padre. Y
que a esa presión la transformó en algo po-
sitivo cuando la vio desde otro punto de
vista: si quería rendir homenaje a su ante-
cesor, debería esforzarse para hacer mejor
las cosas.
Y ahora llega con la misma idea, bus-
cará ser mejor gobernador que Gioja
como un homenaje a quien fue un se-
gundo padre en la política.
E
l primer Uñac que se instaló en
Pocito –más precisamente en
La Rinconada- fue Joaquín en
1911. Venía de Sax, un pequeño pueblo
en Alicante, a trabajar en la tierra como
jornalero y esa cultura de trabajo la
transmitió a sus descendientes.
El español fue capataz de la bo-
dega de Emilio Langlois y gra-
cias a su buena labor recibió,
de manos del francés, una pe-
queña casa con una finquita.
En ese pueblo trabajó hasta los
70 años, siempre acompa-
ñado, en la labor, por su fami-
lia.
Los Uñac fundaron el primer
cine de Pocito. Años des-
pués, Coco –el padre de Ser-
gio- pasó a ser empleado
bancario hasta que comenzó
con la administración de una
ferretería familiar.
En aquel lugar, el contacto
con la gente era constante
y las anécdotas familiares
recuerdan que pasaba
muchas horas hablando
de las necesidades del
pueblo. De a poco, y casi
sin darse cuenta, fue en-
trando en el mundo de la
política. Charla va,
charla viene, conoció a
punteros del Justicia-
lismo, de la vieja es-
cuela política, que lo
fueron conquistando.
Varias veces recibió la
propuesta de ser inten-
dente de Pocito pero le
costaba dar el sí. Fue el
actual gobernador José
Luis Gioja quien lo conven-
ció para que se animara, a
principio de la década del ’90.
Gioja era por aquel entonces dipu-
tado nacional y realizaba una fuerte
militancia en el Justicialismo. La labor
de él, más la perseverancia en los pe-
didos, hicieron que Joaquín aceptara
la propuesta.
En 1995 estaba la Ley de Lemas y el
Frente de la Esperanza tenía varias
listas armadas en Pocito. Jorge Esco-
bar, quien era gobernador por aquel
entonces, dijo que iba a apoyar a
todos por igual. José Luis Gioja en
cambio, no dudó y le brindó su apoyo
a Uñac.
Los hijos de Joaquín trabajaron incan-
sablemente para la candidatura de su
padre. Los dos ya eran abogados reci-
bidos en Córdoba y, como un militante
más, salían todas las noches con ami-
gos a pegar afiches y a hacer pintadas
propagandísticas. A su vez, Sergio se
dedicó a recorrer el departamento con
un altoparlante.
De esta manera, el éxito estuvo con
Joaquín y ganó casi de manera arra-
sante en las urnas.
En 1999 llegó la reelección y un nuevo
triunfo. Pero las cosas ya no serían
tan buenas. Su gestión se lucía pero
la interna política lo enfrentaba a
Oscar López, que era el presidente
del Concejo Deliberante. El 15 de
enero del 2003, Joaquín murió fal-
tando pocos meses para llegar al final
de su mandato, dejando a Pocito
consternada por la noticia. López asu-
mió el lugar de intendente y uno de los
primeros a los que removió, fue al hijo
menor de Uñac, Sergio, que se de-
sempeñaba como asesor legal.
Ahí es cuando aparece nuevamente
Gioja en la vida política de los Uñac y
le da el apoyo total a Sergio para ser
intendente.
A partir de ahí la historia es más cono-
cida. Sergio repitió el triunfo en 2007,
acompañó a Gioja en la fórmula en
2011 y en junio de este año tuvo todo
el apoyo para ser el sucesor.
Los descendientes del alicantino
que ocuparon altos cargos públicos
Joaquín
“Coco”
Uñac junto
a su es-
posa Dora
y sus hijos
Sergio y
Rubén
Escribe
Juan Carlos Bataller Plana