El Nuevo Diario -1898-
Viernes 7 de febrero de 2020 10 LUIS ÁVILA, ESCRITOR Yo pensaba: No tengo apellido, no tengo plata, entonces listo, esto es para otra persona. Pero no es así “ ” La seño Lucila me ayudó para que comenzara a aprender a escribir y leer... De repente, el niño que no sabía escribir se transformó en escritor porque había armado una historia. “ ” La historia del sanjuanino que tiene 20 millones de lectores En 2017, cuando Editorial Planeta editó el primer libro de “Malos”, la novela juvenil ya tenía millones de lecturas en la plataforma Wattpad. Hoy, 6 libros y 3 años des- pués, el escritor se prepara para llevar la saga a una mini- serie en conjunto con la pro- ductora que creó “Soy Luna”. Esta es su historia. L uis Ávila es un joven escritor san- juanino con una historia de vida totalmente inspiradora. De esas que valdría la pena contar en una charla TED. Nació en La Bebida, Rivadavia, donde vivió en el Lote Hogar 30 hasta que a su familia le entregaron una casa en Rawson. La maestra de 2° segundo grado les dijo a sus padres que si el pe- queño no aprendía a leer y a escribir, de- bería repetir de grado y no podría avanzar en su educación primaria. Hoy, con 24 años, es licenciado en Psi- cología egresado de la Universidad Cató- lica de Cuyo y uno de los escritores jóvenes más promisorios de Argentina. La saga #Malos. ¿De qué lado estás?, Mismo juego, nuevas reglas y ¿Quién te salvará ahora?; y los libros Sugar baby y Los juegos del jefe, editados por Planeta, cosechan millones de lectores en Argen- tina, España, México y Colombia. Además, en la plataforma Wattpad, donde pasó los 20 millones de lectores y donde comenzó subiendo sus primeras obras, #Malos tiene además su precuela, El origen, y también se puede leer las no- velas Los juegos del jefe, Rosas para Jude, Los colores de Jimmy y Bestias, una antología de cuentos de terror y ro- mance. Luis también escribió Coordena- das de una era millennial, editado por la UNSJ. Luis sabe que el camino recorrido no fue fácil, pero reconoce que su vida no hu- biera sido la misma sin el apoyo de su “seño Lucila” y sin las bibliotecas popula- res, que para él cumplen una función im- portantísima en la sociedad. —¿Cómo comenzó este amor por la li- teratura? —Cuando iba a segundo grado, la maes- tra les dijo a mis padres que si no apren- día a leer y escribir no podría pasar de grado. Les explicó que podían enviarme a una biblioteca popular para que ahí pu- diera leer. En La Bebida yo iba a un me- rendero que funcionaba en una biblioteca popular. Entonces, ir a la biblioteca, aun- que sea a tomar la leche, hizo que me encontrara con los libros. Para mí, era una cápsula para aislarme dentro de un contexto complejo. Luego nos vinimos a vivir a Rawson y me hice socio de la Bi- blioteca Alfonsina Storni. Ahí conocí a Maite Peluffo, quien me formó como lec- tor. En ese recorrido le tomé el gusto al estudio. Me di cuenta de que era impor- tante el colegio, una beca, participar de Olimpiadas, que hasta ese momento no eran oportunidades para mí. Yo pensaba: No tengo apellido, no tengo plata, enton- ces listo, esto es para otra persona. Pero no es así. —Descubriste cómo la educación es herramienta de transformación social. —Es que fue otra maestra, la seño Lu- cila, quien me ayudó para que comen- zara a aprender a escribir y leer. Me dijo que inventara una historia y que ella la leería en un acto para toda la escuela y así lo hizo. De repente, el niño que no sabía escribir, se transformó en escritor porque había armado una historia. Hoy entiendo que ella tenía 30 niños en el curso, pero se dio el tiempo para ayu- darme a crear mi historia. Esa anécdota me marcó para siempre. Ese es un mé- rito que le atribuyo a ella. —¿Volviste a ver a la seño Lucila? —Sí, en 2018 me la encontré de casuali- dad, charlamos y le regalé un libro. —¿Tus papás te apoyaron en esta de- cisión de ser escritor? —Para mis viejos fue completamente raro mi amor por los libros. No lo veían como una salida laboral y al principio yo tampoco, lo confieso. Lo veía más como un hobby, hasta que descubrí Wattpad y empecé a escribir ahí. Al comienzo medio en secreto, hasta que me cayó la ficha. Siempre me apoyaron, aunque a veces no entendían por qué me pasaba tantas horas en la computadora. —¿Cuáles fueron las primeras histo- rias que te atraparon? —Las sagas de Harry Potter y Crepús- culo fueron dos de los tantos libros que me marcaron. Quería empezar a escribir fanfics, historias de un fan de Harry Pot- ter. Un día en una vidriera vi un libro que decía: Un fenómeno Wattpad y dije: Vamos a ver de qué se trata. Empecé con el libro que estaba escribiendo en mi pri- mera computadora, que me robaron. Pri- mero probé con una historia corta y luego arranqué con Malos. Fue una sorpresa porque en un mes, hizo un millón de lec- turas. —¿Cómo funciona Wattpad? — A través de algoritmos. Así, de acuerdo a las historias más comentadas o más leídas, la aplicación misma em- pieza a recomendarlas. —Y llegó la propuesta Planeta. —Cuando publiqué en Wattpad me llegó un mail de Planeta, pero yo desconfiaba que fuera real, hasta que me animé a responderlo. Luego me llamaron por telé- fono y no podía creerlo. Me presentaron al equipo y me explicaron cómo serían las condiciones. Cuando vi el contrato que me mandaron por mail, firmado por el gerente de Planeta, pegué un salto y salí corriendo a contarles a mis viejos, que hasta ese momento no tenían idea de lo que hacía. Yo tenía 18 años y tuve que viajar a Buenos Aires para firmar el contrato. La historia original se llamaba Bad Boys, pero luego, en conjunto con la
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