EL NUEVO DIARIO - EDICIÓN 1915 - 05-06-2020

Viernes 5 de junio de 2020 11 Historia de El Gauchito Gil A ntonio Mamerto Gil Nuñez, hijo de José Gil y Encarnación Nuñez, nació un 12 de agosto de un año que podría ser 1847, en Merce- des, Corrientes, en una zona que en gua- raní llamaban Paiubre. Se dice que amaba los bailes y las fies- tas, en especial la de San Baltazar, el santo cambá, que era devoto de San La Muerte, que tenía un excelente manejo del facón y que su mirada hipnótica era temible para los enemigos y fulminante para las mujeres. La historia registra que fue peón rural, que sufrió los horrores de pelear en la Guerra de la Triple Alianza, y que luego fue reclutado para formar parte de las mi- licias que luchaban contra los federales. La leyenda cuenta que Ñandeyara, el dios guaraní, le dijo: “no quieras derramar sangre de tus semejantes”. El Gauchito no lo dudó y desertó del Ejército. Esa re- beldía, y conquistar a la mujer que pre- tendía un comisario, fueron algunos de los motivos de su sentencia de muerte. También se ganó el amor y la complici- dad de la peonada correntina que lo em- pezó a conocer como a un justiciero, como a un héroe que protegía a los hu- mildes, que robaba a los ricos para darles a los pobres, que vengaba a los humilla- dos y que sanaba a los enfermos. El pue- blo lo cuidó hasta que lo capturaron. Lo capturó la policía mientras dormía una siesta. Sus dos amigos fueron abatidos al instante pero al Gauchito Gil no le entra- ron las balas. Lo salvó un amuleto de San La Muerte que colgaba de su cuello. Con variaciones, los relatos orales cuen- tan que el 8 de enero de 1874 o 1878 para otros, decidieron trasladarlo a la ciu- dad de Goya para ser juzgado, pero en el camino cambiaron los planes y los miem- bros de la tropa lo colgaron boca abajo en un árbol de la zona. Ninguno de los presentes se animó a eje- cutarlo. Finalmente, el coronel Velázquez, siguiendo órdenes de un superior, lo de- golló. Dicen que su sangre cayó como una catarata que la tierra se bebió de un sorbo. En ese mismo instante nació el mito y su asesino se convirtió en su pri- mer devoto. (Fuente: www.cultura.gob.ar y Wikipedia) La devoción por El Gauchito Gil suele ir acompañada por la de San La Muerte, tal como lo muestra esta foto to- mada del portal del Ministerio de Cultura de la Nación. S an La Muerte es un santo popular venerado en Lati- noamérica. Desde los años 1960 debido a las migraciones in- ternas el culto se ha extendido a ciertas zonas de la provincia ar- gentina de Santa Fe, especial- mente, al Gran Buenos Aires y Jujuy Sus imágenes sirven de amuleto, suelen ser talladas (a excepción de la guadaña , que se le suele añadir) en una sola pieza de ma- dera dura, hueso (en ocasiones huesos humanos), plomo, yeso etc. Se trata de estatuillas si se quie- ren colocar debajo de la piel o como colgante: las más altas miden 15 cm, las más pequeñas suelen medir tres centímetros y re- presentan a un esqueleto humano con una guadaña cuya hoja es de lata. El mango de la guadaña se apoya en una plataforma a la al- tura de la cintura estando por su parte toda la imagen generalmente ubicada sobre otra plataforma. Esta es la representación más fre- cuente, aunque existen estatuillas con la figurilla sentada o acucli- llada, sin guadaña, con las manos apoyadas en el mentón o en la nuca: estas posturas correspon- den con la iconografía católica para el Señor de la Paciencia; sin embargo, esta veneración de San La Muerte nada tiene que ver con la Iglesia Católica, para la cual esta práctica de adoración no es reconocida. Los portadores del amuleto de San La Muerte creen ser invulne- rables a maleficios y desgracias y que el amuleto atrae el amor y la buena fortuna, la creencia popular se basa en pedirle rezando al Santo y a cambio hacerle una ofrenda. Ofrendas usuales son go- losinas, whisky, cigarrillos, o flores. ¿Quién es San La Muerte?

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