El Nuevo Diario -Edición- 1939 -20-11-2020-

DESDE EL 2003 EXPONE A NIVEL INTERNACIONAL Viernes 20 de noviembre de 2020 16 En su casa montó su propio taller- galería de arte Tanto ruido”, y sus hijos crecieron en medio de lienzos, pinceles y caballetes. Vende sus obras a través de Kipling Gallery y Jacob Gallery y sus pinturas se encuentran en Argentina, Uruguay, EEUU, Canadá, Chile, Panamá, Sudáfrica, Israel y España. A los 9 años descubrió el mundo de la pintura, y cuando entró por primera vez en el estudio de un artista plástico, supo que siem- pre viviría en uno. Con 18 años, Al- berto Alvarez obtuvo un premio regional en pintura, el primero de va- rios reconocimientos nacionales poste- riores y exposiciones individuales en galerías de Buenos Aires. Con 27 años, comenzó a ser representado por importantes galerías del mundo, como KiplingGallery y Jacob Gallery de To- ronto, Canadá. Hoy, a los 44, su obra se encuentra en Argentina, Uruguay, EEUU, Canadá, Chile, Panamá, Sudá- frica, Israel y España. Sin embargo él sigue viviendo en San Juan, donde tiene las raíces y la paleta de colores que plasma en su pintura. Esta semana, su muestra “El valor tem- poral de la memoria”, pintada en 2010 en conmemoración del holocausto judío, y en gira por el país y el exterior desde el 2013, fue inaugurada en el Centro Cultural Estación San Martín. –En una entrevista televisiva, tus hijos se emocionaron hasta las lágri- mas al hablar de vos, ¿te gustaría que siguieran tu carrera? –Mi hija Magalí (19) estudió danzas es- pañolas y ahora está estudiando Hote- lería y Turismo, también Sommelier; a Lucas (14) le gusta el deporte, juega al tenis (risas); y Julián, de 3, es el que más disfruta del taller por ahora. De hecho, este taller–galería de arte que tengo en mi casa se llama “Tanto ruido”, porque disfruto de pintar mien- tras veo a mis hijos jugar por un gran ventanal. Mi familia ha sido mi gran sostén en toda mi carrera, mi esposa (Carina Nieto) y mis hijos me han acompañado siempre. –¿Cómo era ese niño que amaba pintar a los 9? ¿Tus padres te incen- tivaron? –Sí, me incentivaron. Mi mamá era maestra de manualidades, como se decía antes. A mí me gustaba mucho dibujar y comencé a tomar clases, pero si tengo que definir un momento en el que decidí que quería pintar fue cuando visité los talleres de dos artis- tas plásticos que fueron mis maestros. Luego cursé Artes Plásticas en Men- doza y también Diseño Industrial, que fue la carrera que finalicé y me ayudó mucho a sostener a mi familia cuando todavía la pintura no lo hacía… –Si el público supiera la inversión que cada artista realiza para poder pintar una obra, pasan años hasta que ese gasto se amortiza. En tu caso, hoy cotizando en el exterior, ¿cómo es el proceso para ponerle precio a la obra? –El gasto es grande, en una obra puedo usar hasta 15 pinceles, por ejemplo, porque se rompen y no son económicos, pero no es solo lo mate- rial, sino en tiempo de los intentos. Fui aprendiendo en el camino. Al principio, luego de enviar las obras, buscaba por internet a cuánto se había vendido, se- guía a coleccionistas, siempre aparecía el precio en algún lado y veía que yo no era el que ganaba. Este es el nego- cio de las galerías, que son intermedia- rios y todos debemos pagar el derecho de piso. He perdido obras que envié a exposiciones y no volvieron; he perdido obras que se extraviaron en el trans- porte, hay obras que no me pagaron nunca, pasé por muchas situaciones hasta llegar hasta acá. “ Si tengo que definir un momento en el que decidí que quería pintar fue cuando visité los talleres de dos artistas plásticos que fueron mis maestros ”

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