QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I

11 Qué hiciste con tu vida —María Silvia Martin ¿Donde naciste? —Nací aquí, en la ciudad de San Juan, soy habitante del pueblo viejo de Concepción. Mi familia, desde mis bisabuelos, vivió allí y desde ahí continuó la tradición. Cuando se casaron mis padres (soy la ter- cera de cuatro hijos) vivimos en la calle Aberastain entre Cereseto y Paraguay, esa fue mi casa de la infancia, hoy vive mi madre ahí. —¿Qué recuerdos tenés de tu padre? —Realmente, mi papá marcó y forjó mi personalidad. No fue un padre presente, fue un papá que tal vez no supo demostrar su afecto. Mi madre supo claramente suplirlo siempre. Tengo hoy un recuerdo de mi padre mucho más afectivo después de su muerte de lo que fue en su momento. Hubo una separación, un divorcio familiar y en su momento, digo en su momento porque cerré las heridas, entiendo que las vivencias forjan el temple de alguien. Mi papá tuvo mucho que ver con esto, es la mirada positiva. Me formó también su presencia. —¿Y tu mamá que representa? —Ella es la razón de mi vida, en el sentido que fue quién tomó siem- pre la posta. Crió a sus hijos, con su vocación de maestra y ese rol mismo dejó en nosotros lo que somos. Siempre digo que soy una apa- sionada de la lectura. En casa mi madre era subscripta al Círculo de lectores y no era una familia como para andar comprando libros ni re- vistas. En nosotros dejó ese hábito. —¿Cuál es tu primer recuerdo? —Yo debo haber tenido 3 años, vivíamos en Jáchal. Mi papá era co- merciante, delegado de ventas de la firma Arcor, después lo traslada- ron a Mendoza y a Mar del Plata y después llegamos a San Juan. En todos los lugares vivimos un año. En ese momento vivíamos en Já- chal. Siempre recuerdo cuando abrí los ojos y vi la parte de abajo de un auto. Me había atropellado un vehículo. Después, cuenta la anéc- dota que mis hermanos fueron corriendo a avisarle a mi madre que a la nena la había pisado un auto. Entonces cuando sale mi madre, ve que toda la gente está tratando de sacar a alguien de abajo del auto. ¡Por poco no se desmaya! Me llevaron al hospital y si recuerdo en ese momento ver las luces como de un quirófano y que yo no podía cami- nar. No tenía nada grave solo estaba en estado de shock.

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