QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO I

186 Juan Carlos Bataller V íctor Echegaray es un hombre respetuoso, mesurado y con rígidas normas de comportamiento. Siempre cordial y me- dido en sus respuestas sin embargo muy adentro de su per- sona se guarda algo parecido al rencor. Un rencor justificado. El sabe que le robaron la posibilidad de ser campeón del mundo. Y que ser el campeón, al menos en el duro mundo del boxeo, es la posibilidad de cambiar de vida, de darle bases económicas sólidas a su familia, de ser reconocido en el mundo del pugilismo. Hoy, cuando ya pasó la barrera de los 70 sabe que la lucha continua, que los reconocimientos son mucho más modestos que los que se ganó sobre el ring, que no fueron suficientes los sacrificios personales y fa- miliares para llegar a lo máximo que puede aspirar un boxeador de su categoría. Sabe que la vida no fue justa con él. Sólo el campeón puede aspirar a la plata grande. El resto sólo pucherea, hace amigos y termina como policía o instructor de boxeo. Pero sigue siempre mesurado, respe- tuoso aunque despida la nota con el tango Rencor. JCB

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