QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO II

196 Juan Carlos Bataller —Esta era una máquina alemana que venía de Godeco pero la marca era Kerson. Después de la muerte de mi abuela, finalmente la heredé yo. Si bien empecé con esa máquina, ella me dijo “el día que yo me muera es tuya”, hasta ese entonces no fue mía. —En toda historia familiar aparece un personaje, que por ahí no son los padres sino un abuelo o abuela. —Sí, que te marcan. Mi abuela tenía esa máquina de coser. Ella estu- dió por correo, era buena alumna y aprobaba todas las lecciones, pero odiaba la costura. Se dedicaba más a hacer cortinas, sábanas, serville- tas, cosas para el hogar. —¿En qué escuela estudiaste? —Estudié siempre en escuelas estatales. Hice la primaria en la Perito Moreno, que está frente a la plaza de Trinidad, y en la secundaria fui al Polivalente de Artes, que me quedaba muy cerca. Mi familia es oriunda de Trinidad. Mis abuelos vivían en la calle Pedro de Valdivia y nosotros, en Pedro de Valdivia y Las Heras, después vivimos en Pedro de Valdivia y Santiago del Estero. Siempre por ahí. Mis padres vieron en mí esa cosa tan enérgica. Si bien soy pausado y calmo al ha- blar, soy bastante aceleradito y para robarme un poco de energía dije- ● ”La máquina de coser de mi abuela era un objeto tecnológico. Desde muy pequeño veía cómo era esta cuestión de girar la rueda, que la máquina cosiera y que la tela se trasladara. Y después empecé a jugar con papeles, a generar formas que tuvieran que ver con prendas de vestir, y después con telas.”

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