QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO II

52 Juan Carlos Bataller — Un tipo fenómeno. Un gallego muy duro. Bueno, yo digo duro pero a lo mejor yo era el duro, yo era indomable. Fue duro conmigo pero hoy por hoy estoy tremendamente agradecido. —¿Cuándo decís duro es que algunos coscachos te ligaste? —Varios. Varias patadas como decían pero valió la pena. Yo creo que debe ser muy difícil criar hijos sin la mujer, seguir tras un sueño, ser como Los Ingalls, vivir del campo y ser todos agricultores y soñar al mismo tiempo. Y eso es lo que lograba mi padre. Nos permitió soñar toda la vida, además. —¿Vivías en la ciudad de Jáchal? —Bueno la ciudad de Jáchal es el campo y es la ciudad a la vez por- que tiene seis cuadras para un lado, seis cuadras para el otro y des- pués es todo campo. Si, vivía a seis cuadras de la plaza. —Seis cuadras de la plaza, casi en el límite. —En el límite. Yo era de los del sur, allá estamos los del sur y los del norte. —Estudiaste por supuesto en la Escuela Normal... —Indudablemente, no había otra cosa que hacer que estudiar en la Es- cuela Normal y marcharse a los 17 años en busca de una universidad y no volver nunca más y quedarse afuera. —¿Ahí hiciste tus primeros amigos? — Ahí hice mis primeros y mis únicos amigos —¿Los conservas? —Si totalmente. Seguí en la Escuela Normal hasta que me recibí de maestro, en aquel tiempo maestro rural. Salimos capacitados para ser maestros en el medio del campo, en lugares en donde el maestro hacía de cura, de médico, de cocineros, de padre, de madre... Si bien yo no tenía vocación de maestro fue un aprendizaje maravilloso porque te prepara para la vida. —Jáchal tuvo excelentes docentes. —Porque te hacías la cabeza que tenías que ser un buen maestro aun-

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