QUE HICISTE CON TU VIDA - TOMO V

68 Juan Carlos Bataller —Siempre fue invalorable criarse en un barrio. —Es notable, es decir, el barrio define también un montón de cosas. Obviamente que viviendo en Buenos Aires no se da eso. Se puede in- tentar pero a lo mejor vas a tener el conocido de la cuadra. En cambio en el otro sos del barrio. —Yo era de Trinidad y ya en la escuela primaria me venía cami- nando desde ahí a la Escuela Del Carril y digo, ¿por qué mis nietos no lo hacen? Y es que cambiaron los tiempos, hoy hay un riesgo que antes no existía. Antes dejábamos la bicicleta en la puerta de la casa y sabíamos que iba a estar ahí cuando saliéramos a buscarla. —Sí, esto ha cambiado. No obstante eso en el caso mío era una cosa muy insólita porque yo vivía en el barrio Mallea y en este caso el Nene Fernández y el Ernesto Guardia, mis amigos y compañeros del conjunto Los Puneños vivían en la Villa América, ahí a dos cuadras. La Avenida Rawson nos dividía, pero yo estaba todo el tiempo allá, en la calle Cuba, donde ellos vivían y en frente vivía el Carlitos Coria y más allá el “Pelusa” Cardozo. Es decir, conocía a toda la gente que vivía en la Villa América. Qué lindo y bonito haber conocido a toda esa gente; a lo mejor no tenías una relación directa pero los conocías de verlos siempre, caminando, volviendo de la escuela. —Y fijate que han dado personajes que han tenido actuación inter- nacional. Contaba hace poco David Páez que su padre era el can- chero de Concepción y fijate dónde llegaron los Páez jugando al hockey. —Los súper conozco, incluso desde antes de que nacieran, y conozco toda la historia porque yo estaba a cinco casas, también conocí al padre, la madre, a la abuela. Es bonito esto de esta gente que se des- tacó en el mundo con el deporte y ellos se acuerdan de uno, me re- cuerdan. Claro, yo me fui de acá y ellos eran chicos pero siempre tuvieron mi imagen. Yo nunca jugué al hockey. Me gusta, me atrapa, pero prefería correr carreras. Acá en ese momento el ídolo era Marce- lino Balmaceda, el Negrito de los Ríos, que corrían para Estudiantil, pero despuntaba esto de correr. No era muy hábil con el stick o no lo que yo pretendía. Esos son los recuerdos y qué lindo haberlo vivido, ver cómo el Carlitos Coria en el mundial acá en San Juan, que venía Livramento, que en ese momento era como Maradona.

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