1 gobernadores siglo XIX 2015 - page 202

Juan Carlos Bataller
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—No, en absoluto. Al parecer, le dio un síncope.
—¿Y quién era ese hombre?
—Esto es lo extraño...
—¿Extraño?
—Sí, monseñor. Ese hombre es o era, mejor dicho, el cochero de don
Manuel María Moreno...
Monseñor Giles miró a Olivares y nada dijo.
Moreno había sido vicegobernador de Agustín Gómez y hombre de con-
fianza de este, al extremo que al renunciar a su cargo lo dejó al frente
de la provincia. Era en esos días, el presidente del partido roquista en
San Juan.
Monseñor Giles quedó pensativo unos minutos y Olivares correspondió
con un respetuoso silencio.
El vicegobernador había desaparecido
Monseñor Giles convocó esa misma tarde a la Legislatura.
Cientos de curiosos esperaban en la plaza y en la esquina de Rivadavia
y General Acha cuando fueron llegando los legisladores.
A esa hora ya una noticia había ganado la calle:
—El vicegobernador Juan Luis Sarmiento era uno de los jefes del mo-
vimiento revolucionario.
Sarmiento había desaparecido.
Agonizante el gobernador Anacleto Gil y desaparecido Sarmiento, la
provincia quedaba prácticamente acéfala por lo que monseñor Giles,
como presidente del Senado, se apresuró a convocar a los legisladores.
—Señores, quiero decirles que he decidido renunciar como presidente
del Senado. Antes que nada, soy un sacerdote. Yo no puedo estar al
frente de las tareas de esclarecimiento, represión y castigo de los cul-
pables. Compréndanme. Uno de ustedes debe conducir esa tarea. Y
por eso he pensado que debemos poner en marcha los mecanismos
para que quienes ustedes decidan, quede al frente del gobierno. El
primer paso es, pues, mi renuncia.
Las palabras de monseñor tenían lógica.
El paso siguiente consistía en elegir al sucesor.
El poder estaba bien atado, en aquellos días.
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