La Pericana N°195

Pasa a las páginas siguiente Un trabajo preparado por Juan Carlos Bataller Año 4 Número 195 - San Juan, viernes 20 de marzo 2020 - Esta revista es una publicación de Solaura SRL que acompaña la edición N° 1904 de El Nuevo Diario LAS REFORMAS INTRODUCIDAS POR EL JOVEN GOBERNADOR SALVADOR MARÍA DEL CARRIL DESPERTARON LOS MÁS FANATIZADOS ESPÍRITUS Cuando San Juan vivió una verdadera “guerra religiosa” Al regreso de Del Carril de sus estudios San Juan era ya una provincia que precisaba gobernadores, ministros, jueces, diputados. Pero sobre todo precisaba un programa de acción C omencemos por los orígenes del personaje. Salvador María José del Carril nació el 10 de agosto de 1798, en una ca- sona patriarcal ubicada en la calle del Ca- bildo (hoy General Acha). Bautizado en la Iglesia Matriz como Salvador María José, era el cuarto hijo de una familia muy acau- dalada. Era un Carril emparentado por rama materna con los Larrosa y los Godoy, de antigua raigambre lugareña, lo que casi le permitía tutearse con los Jofré y los Cano de Carvajal, troncos de la hi- dalguía cuyana, según comenta un histo- riador. Los estudios elementales los realizó en lo que se llamaba Escuela del Rey, desti- nada a formar únicamente a los niños de las mejores familias. Posteriormente fue enviado a Córdoba donde en la universi- dad Mayor de San Carlos (base de lo que sería la futura Universidad Nacional de Córdoba) se graduó como Bachiller en Derecho Civil y Canónico. Con el fin de poder optar por el título de abogado, se trasladó a Buenos Aires, ingresando en la Academia Teórico - Práctica de Jurispru- dencia, donde realizó una práctica de tres años mientras desempeñaba un cargo ad- ministrativo en el ministerio de Hacienda. l l l Su regreso a la aldea natal fue todo un acontecimiento. Ahora San Juan era ya una provincia que precisaba gobernadores, mi- nistros, jueces, diputados. Pero sobre todo precisaba un programa de acción, ya que los magistrados del nuevo Estado no iban a seguir con el recuento de los propios y arbi- trios comunales o el otorgamiento de permi- siones o licencias como en los tiempos coloniales. El 19 de enero de 1822 se produce un movi- miento revolucionario y asume el gobierno el general José María Pérez de Urdininea. Como el general no era sanjuanino, inme- diatamente comenzaron a conspirar contra él. Inteligente el hombre, designó en su go- bierno a las máximas personalidades de ese momento. Primero nombró ministro se- cretario a Francisco Narciso Laprida, que acababa de presidir el Congreso de Tucu- mán y luego a Salvador María del Carril, un brillante abogado de 23 años. Con estas designaciones, Urdininea apaci- guó los ánimos y sentó las bases para lo que luego fue el Tratado de Huanacache que firmaron las provincias cuyanas. Pero resulta que el general fue convocado para ponerse al mando de la expedición al Alto Perú. Tiene que renunciar al cargo y la Junta de Representantes expide un decreto para que se hagan elecciones populares. A sí se realizaron las primeras elecciones populares (aunque selectivas) en San Juan. ¿Cómo fueron los comicios? Impecables. Se dieron todas las garantías, no hubo pre- sión ni fraude alguno. Y resultó electo go- bernador un joven de 24 años que luego daría mucho que hablar: Salvador María del Carril. Sin duda, Salvador María del Carril es una de las figuras públicas que más controversia despierta entre los argentinos. La famosa grieta ya existía cuando la patria nacía y San Juan sería testigo de un hecho que puede calificarse de verdadera guerra. Salvador María del Carril, según un dibujo de Santiago Paredes

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