La Pericana - Edición 209 - 27-06-2020

Sábado 27 de junio de 2020 porte de San Juan con otros pue- blos fue por tracción a sangre. En un principio los chasquis eran el correo y los arreos la forma de transportar mer- caderías. Con las carretas llegó un transporte más masivo. Se dice que “La Oriental”, la tropa propiedad de Eladio Gigena, llegó a disponer de casi un centenar de carros que hacían el transporte habi- tual de mercaderías con el puerto de Rosario. Pero sería con el ferrocarril que la provincia entra en el mundo mo- derno. A partir de la llegada del primer tren en 1885 muchas cosas cambian. Se facili- tan las comunicaciones, se abarata el transporte y se modifican los hábitos de las personas, al convertir el viaje en algo asequible. Paulatinamente el acento dejó de ponerse únicamente en el aspecto técnico, y los convoyes fe- rroviarios destinados al transporte de pasajeros ganaron en comodidad (apa- recen los vagones-restaurantes, los co- ches-camas), algo absolutamente necesario para los trayectos de largas distancia. Con el ferrocarril se desarrolla la indus- tria vitivinícola, cambia la forma de pro- ducir y el sanjuanino de nivel medio se vuelve más cosmopolita. Pero si bien San Juan deja de estar in- comunicado no pierde su posición de pueblo terminal. En aquellos tiempos ya se escuchaba la frase : “por San Juan nadie pasa; es estación termi- nal”. l l l La suma del aislamiento, más el de- sierto, más el monocultivo, nos fue dando un tipo de sociedad que es ca- racterístico y que se repite en todo el mundo. ¿O acaso Andalucía en el sur español o Sicilia en el sur italiano no tuvieron a lo largo de su historia carac- terísticas similares a las nuestras y solo pudieron modificarlas cuando lo- graron romper ese círculo tan pecu- liar? A esto debemos sumar la presencia muy fuerte del espíritu religioso, tanto de las iglesias tradicionales como de una especie de “espíritu mágico”. Lo que nos llevó a creer en soluciones mágicas para nuestros problemas. Así, una promesa podía hacernos aprobar un examen, un curandero podía ser más efectivo que un médico, un buen año podía salvarnos a todos económi- camente. l l l s Para colmo, nos marcaron las contin- gencias telúricas y climáticas. Un sitio donde un terremoto podía destruir todo en contados minutos, donde el viento Zonda podía transfor- mar el invierno en verano en pocas horas, donde las diferencias de tem- peratura entre la siesta y la noche po- dían hacernos enloquecer el ropero por no saber qué ponernos. Así fue naciendo una especie de “fata- lismo”, un fenómeno típico de los pue- blos del desierto sometidos a los fenómenos naturales y adeptos a ese “espíritu mágico” al que hacíamos mención: lo que tiene que pasar, pa- sará. Que si usted lo traduce podría decir: “¿Qué te vas a calentar?, si todo seguirá igual”. l l l Paralelamente se gestaban fenóme- nos muy particulares. Durante décadas su vida política tuvo a partidos locales como máximos refe- rentes, generó caudillos políticos de fuerte presencia regional, tuvo sus propios bancos de capitales provincia- Esta foto fue tomada en 1870 por el brasileño Cristiano Junior. La tropilla de carros que aparece en ella se llamaba La Oriental y llevaba la bandera –como se observa en el primer carro- de esa nacionalidad. La tropa era propiedad de don Eladio Gigena y viajaba llevando y trayendo cargas a Rosario de del ferro- carril, o sea que cumplió servicio hasta 1886. Foto perteneciente al Museo Gnecco. 3 San Juan creció cuando a fines del siglo XIX llegó el ferrocarril y algunos inmigrantes con gran fuerza emprendedora. Hasta ese momento San Juan era una aldea.

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