La Pericana -Edición- 220 -12-09-2020

(360.000) que los menores de 10 (330.000). Y si se cuentan los mayo- res de 60, la proporción es exacta- mente el doble. En la misma línea, la expectativa de vida es cada vez mayor: en 1909 un porteño aspiraba a vivir tan solo 48 años; hoy, 76. l l l Si se tiene en cuenta que cada vez se vive más y que los mayores de 60 años duplican a los menores de 10, se impone la duda sobre si es posi- ble sostener un sistema con tantos adultos que viven décadas luego de jubilarse. Es que hoy en día no puede pasarse por alto que el envejecimiento de la población puede contribuir a profundi- zar los problemas económicos, fisca- les y previsionales. Pensemos un poco, hace medio siglo la expectativa de vida de los seres hu- manos no llegaba a los 60 años. l l l Comparemos con la actualidad: del total de las 681.055 personas que viven en San Juan, 60 mil tienen más de 65 años. O sea, una edad en la que tanto los hombres como las mujeres ya están jubilados. H ay procesos que están en marcha y en poco tiempo van a exigirnos soluciones con- cretas. Adelantarse a esos procesos es parte de la tarea que compete a nuestra ge- neración. Uno de esos temas es el proceso de envejecimiento de la población. Un tema que presenta una serie de desa- fíos. Para que tengamos una idea clara de lo que estamos diciendo, baste seña- lar que el 22% de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires tiene ya más de 60 años y que más de un tercio de ellos (37%), supera los 75. Pero esta asimetría se profundiza en algunos casos. Por ejemplo, ya son más los mayores de 70 años La expectativa de vida es cada vez mayor: en 1909 un porteño aspiraba a vivir tan solo 48 años; hoy, 76. Sábado 12 de septiembre de 2020 2 El envejecimiento de la población Una nota de Juan Carlos Bataller Este artículo integra el libro San Juan 2035 editado en 2013. Ahora, cuando la pan- demia afecta principalmente en todo el mundo a los habi- tantes más viejos del planeta, es bueno recordarlo. Ocurre que, independientemente de la pandemia, la lucha por quién debe ocupar las camas disponibles o la decisión de que puedan o no transitar, las personas mayores van ca- mino a ser un porcentaje cada vez más numeroso de la población. Especialmente en los países mas avanzados económica y culturalmente. Si como hasta ahora la única solución es condenar al aisla- miento social a ese sector, o el simplismo que “cada uno se cuide como pueda”, es evi- dente que estamos ante una generación que pocas res- puestas puede dar a una hu- manidad cada día más compleja. JCB

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