La Pericana -Edición- 220 -12-09-2020

Sábado 12 de septiembre de 2020 De esos 60 mil, 24.500 son hombres y 35.500 mujeres. Pero si consideramos que las mujeres se jubilan con 60 años, San Juan tiene 48.500 mujeres que superan esa edad. En una palabra, hoy tenemos 24.500 hombres y 48.500 mujeres con edad suficiente para ser jubilados. ¿Qué papel jugarán en la sociedad del futuro esta legión de seres que ha terminado con su vida laboral? l l l Pero el problema no termina con un simple cálculo numérico. Según los datos del último Censo, 7.491 personas tienen entre 80 y 84 años. Esto significa el 1,1 por ciento de la población, una proporción solo superada en cinco provincias ar- gentinas. Si sumamos a los que superan ese lí- mite encontramos que en nuestra pro- vincia residen casi 10 mil personas de más de 80 años. l l l Ahora bien. Estas cifras de hoy que- darán totalmente superadas dentro de veinte años. Todos los especialistas sostienen que la proporción de las personas mayo- res de 65 años en la población total aumentará drásticamente en los pró- ximos decenios. Dos fenómenos se unirán para que ello ocurra. Por un lado, las familias tienden a tener menor cantidad de hijos. Por el otro, la gente vive más años. Existe una predicción estadística que dice que en los países más evolucio- nados se encuentra entre un 15 y un 17% de población mayor de 65 años y este porcentaje va aumentando a me- dida que pasan los años, sobre todo, en el grupo de personas de más de 80 años. l l l La pregunta es si nos estamos plan- teando este problema que tendrá que enfrentar la nueva generación. Ocurre que este envejecimiento aca- rrea un incremento de problemas so- ciales, políticos, económicos y sanitarios. Por ejemplo: 3 Se pueden lle- gar a duplicar y a triplicar los ingre- sos hospitalarios, con un retraso de in- tensidad diagnóstica y terapéutica. Paralelamente, va cam- biando el concepto de familia en am- plios sectores de la sociedad. Habrá mucha más gente mayor viviendo sola o con limitaciones funcionales o enfer- medades crónicas o mentales. Este problema requerirá, por consi- guiente, un mayor esfuerzo de los ser- vicios sanitarios para ofrecer a este grupo de población, más alternativas tanto en residencias geriátricas, cen- tros de día, domicilio y hospitales ge- riátricos que cubran esas necesidades. A esto deberemos sumar el poco acceso a la seguridad social, a la salud o a los servicios sociales más básicos por parte de una creciente po- blación de este sector. Hoy, difícil- mente un jubilado pueda pagar con sus ingresos un geriátrico decente. Mucho menos, una atención domicilia- ria personal. ¿Quién financiará esos mayores costos de atención de los ancianos? ¿Las obras sociales? ¿El Estado? ¿Cada uno deberá arreglárselas como pueda? l l l Seguramente este análisis merecerá reparos desde muchos puntos de vista. Pero, indepen- dientemente de nues- tras ideas de familia, de religión o de filoso- fía de vida, estamos ante problemas sociales con los que no nos hemos enfrentado masivamente en el pasado. Los desafíos que presenta el envejeci- miento poblacional y que los gobier- nos deberán enfrentar en los próximos años van aun más allá de la asisten- cia. Las personas mayores son un grupo usualmente excluido de la toma de decisiones, son discriminadas en razón de su edad y ello ocurre con in- dependencia del nivel de riqueza de un país o de los individuos. Si para el año 2050, una cuarta parte de la población será adulta mayor, los Estados deberán asegurar la inclusión de millones de personas que, además, “pedirán un papel ac- tivo en la sociedad”. No nos olvidemos que las personas mayores necesitan protección, pero igualmente requieren disfrutar de la posibilidad de ejercer sus libertades, tomar sus decisiones y, por supuesto, controlar su destino. En concreto: la sociedad no puede destinar una categoría de “paria so- cial” para un cuarto de la población. O comenzamos a buscar soluciones, creando los espacios y las condicio- nes que en unos años más serán in- dispensables o nos enfrentaremos a fuertes tensiones sociales. Hoy tenemos 24.500 hombres y 48.500 mujeres con edad suficiente para ser jubilados. s s s s s s s s

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