Este año se cumplieron cien años del nacimiento del
reconocido pintor sanjuanino Santiago Paredes, esta
es la historia de su familia, de su vocación y su labor
artística.
El menor de cinco
hermanos
El artista plástico Santiago Paredes fue
el menor de los cinco hijos que tuvieron
Santiago Felipe Paredes y Enriqueta
Gómez, ambos descendientes de fami-
lias sanjuaninas por varias generacio-
nes. Santiago padre nació a fines del
siglo XIX, su padre tenía tropillas de
mulas y las alquilaba para buscar oro
en el Potosí, en lo que ahora se conoce
como el camino del Inca. Por otra
parte, Enriqueta Gómez era hija natural
de un hombre de apellido Gómez Pue-
bla e hija de la gobernanta que traba-
jaba en la casa de esa persona.
Fue a principios del siglo XX cuando
Santiago conoció a Enriqueta, en Santa
Lucía. Él solía pasar con su caballo por
calle Aristóbulo del Valle y Lencinas,
donde ella vivía. Un día, ella estaba
limpiando la vereda y él pasó mon-
tando su caballo; se detuvo y la saludó
con su sombrero, que era casi como
una galera. Al día siguiente, Enrique
volvió a salir a limpiar el frente de la
casa y una vez más Santiago pasó por
allí. El tercer día, para extrañeza de la
muchacha, el joven no volvió a pasar
por la puerta de su casa. Regresó re-
cién al cuarto día decidido a hablar con
los padres de la joven para pedir su
mano, así cuenta la anécdota familiar.
En esa época él tenía 34 años y ella
apenas 17.
Al casarse, Santiago y Enriqueta co-
menzaron a dedicarse a la panadería
para conseguir su sostén económico.
Preparaban semitas, tabletas, tortitas y
pan en su casa para después salir a
vender y uno de los lugares de venta
eran las canchas de fútbol. Además de
panadero, Santiago padre era adobero,
como también lo hacían sus padres.
Empezó a dibujar a los jugadores con
carbones y lápices de colores y se ale-
graba cada vez que alguien reconocía
a un jugador entre sus dibujos, así lo
relata Fernando Mó en “Cosas de San
Juan”. Viendo el talento de Santiago,
un amigo le recomendó que enviara
sus dibujos a revistas deportivas de
Buenos Aires, como “El Gráfico”, “Pu-
rrete”, y “La Cancha”. Así lo hizo. En
varias oportunidades sus imágenes
aparecieron publicadas en esos medios
porteños y, esa manera, comenzaba a
delinear su camino en las artes plásti-
cas.
A pesar de lo evidente de su talento,
para Paredes no fue sencillo optar por
dedicar su vida al arte por completo.
Primero porque sus padres no veían
eso con muy buenos ojos. Por otra
parte, porque durante mucho tiempo
tuvo que seguir trabajando como pana-
dero y solo podía dedicarse a sus crea-
ciones en ratos libres, aún así, su
producción fue prominente. Y como su
Viernes 2 de diciembre de 2016
así que él mismo se ocupó de construir
la casa en la que vivió el matrimonio y
sus hijos. Tuvieron varios, algunos fa-
llecieron a causa del cólera y la gripe y
solo cinco sobrevivieron:
Margarita,
Rosario, Francisco, Flora y Santiago
Antero, que nació en 1916.
Entre las semitas, el
fútbol y el carbón
En el seno de ese humilde hogar creció
el reconocido pintor, que por la situa-
ción económica de su familia solo pudo
llegar hasta cuarto grado entre las es-
cuelas Pellegrini y Del Pino. Fue sobre
todo un autodidacta y descubrió su vo-
cación mientras vendía semitas y em-
panadas, durante los partidos de fútbol,
mayor aprendizaje era su propia expe-
riencia, probaba y experimentaba utili-
zando diferentes materiales, como el
grafito, las acuarelas y el óleo.
No es extraño encontrar en varias
casas de la provincia sobre todo alguna
de las acuarelas de Santiago, en espe-
cial las que dedicó a los paisajes autóc-
tonos. Porque con el tiempo dejó sus
dibujos de deportistas para comenzar a
plasmar las casonas, paisajes y perso-
najes de San Juan. Además, tuvo una
importante labor después del terremoto
de 1944, ya que hizo una serie de
acuarelas que documentaron la des-
trucción de la ciudad de San Juan. Ese
mismo año, los trabajos fueron expues-
tos en radio Colón y esta fue una de las
primeras actividades artísticas y cultu-
rales después del terremoto. Luego al-
gunos de esos trabajos pasaron a
formar parte del Museo Provincial de
Bellas Artes Franklin Rawson.
Animado por Abenhamar Rodrigo, San-
tiago logró terminar la primaria en la
década del sesenta, en la escuela noc-
turna Pellegrini de Santa Lucía, donde
llegó a ser abanderado. Además, si
bien fue sobre todo autodidacta, se per-
feccionó en la Escuela Obreros del Por-
venir, donde también iban los artistas
Genovese, Parada Torres, Ramet y
Vela. Además entró en contacto y fue
familias
sanjuaninas
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LA FAMILIA
DE SANTIAGO PAREDES
Santiago Paredes en su atelier, en la calle Aristóbulo del Valle.
Una nota de
Noelia Escales
para Fundación
Bataller
Susana Paredes,
con apenas 18
años, baila con su
padre, Santiago Pa-
redes. La imagen es
de la década de
1960.
En el centenario de
su nacimiento, la
familia del pintor
sanjuanino