El Nuevo Diario - page 21

tirarle otra pregunta como ¿y vos qué
te creés? o ¿quién te creés que sos que
no contestás?; o también aquella de
¿qué bicho te picó?
Debe haber un escalafón de quienes
preguntan más y pretenden respuestas
amplias y en seguida. Yo pondría pri-
mero a las mujeres, en especial, esposa
o novia, luego los niños fundamental-
mente, los propios; después los curas,
sobre todo al que nos conoce; sigue la
AFIP, con lo que no queremos decirle;
los profesores de las materias que no
hemos estudiado. Y así hasta incluir
por ahí a las chismosas del barrio, que
son un vademecum de preguntas indis-
cretas y comprometedoras.
Como se ve y se oye, hay preguntas para
y por lo que se le ocurra y, en general
sirven para aumentar nuestro conoci-
miento, para informarnos; por eso a
medio mundo no le gustan o
no les conviene. Será porque no siempre
se tiene la conciencia limpia o porque,
simplemente, no tenemos la respuesta.
21
Viernes 6 de junio de 2014
s
s
(¿No es cierto que me querés mucho,
mucho?); además hay otras que son
descalificadoras como esa de ¿Que se
habrá creido ese? También sirven
para atajarse como aquella ¿Y qué
querés que haga? o ¿Y ahora qué? o
¿Yo qué hice?
Aquí cabe hablar de la otra parte,
porque hay casi tanta variedad de
respondedores como de preguntones.
Al frente van los antipáticos, presumi-
dos o no sé qué; son esos que no con-
testan; los que por más que te mates
con cosas tan simples como ¿cómo te
va? 0 ¿qué decís?, ni siquiera te
miran, te ignoran. Ahí es cuando te
dan ganas de matarlos o simplemente
E
l diccionario dice que pre-
gunta es la proposición que
uno hace para que otro le
responda. Eso lo dice él porque
no tiene esposa, hijo, jefe o concien-
cia.
El diccionario no sabe nada de la
realidad; vive encerrado entre dos
tapas duras y no ve televisión ni
paga impuestos; apenas si es un
montón de papel lleno de palabrerío.
¿Qué haría él si su hijo menor, el
más chiquito de la familia le pregun-
tara, con toda naturalidad, qué es la
vida, qué es Dios o cositas así de
sencillas? ¿Quién y cómo se contes-
ta eso sin mentir, inventar o escapar-
se?
Por si no lo sabía, hay un montón de
formas, tamaños y gustos de pregun-
tas. Las hay simples y complicadas;
están las que se hacen para que no
sean contestadas ( ¿Para qué sirven
los impuestos?); también hay algu-
nas que llevan la respuesta incluida
Alejandro Segovia
*
* Músico y veterinario
Gustavo Ruckschloss
Escribe
ALGO DE ALGUIEN
Pregunto
Una de “coboy”
D
esde siempre, Hollywood nos
sorprendió con sus films
espectaculares en efectos ,
imponentes en producción, taquillas y
actores, es justicia reconocerlo y
decirle gracias.
Pero lo que yo más le agradezco, es
que cuando fuimos niños nos simpli-
ficó todo.
El bueno se notaba que era bueno,
hablaba y se peinaba como bueno,
era agraciado y educado, se quedaba
con la más rica, era feliz y triunfaba.
Y al malo lo distinguías a la legua,
era sucio ,feo y grosero, impiadoso y
con las cejas para abajo, y siempre al
final le iba mal, como debe ser. No
quedaban dudas sobre quién era
quién.
No sé si estaba tan bien esto para ser
sincero, pero era lo que se usaba y lo
que había; y de niños nos gustaba.
Del cine yanqui yo recuerdo los wes-
terns, mas conocidas como “las de
coboy”, en donde los indios siempre
fueron los malos, a no ser que alguno
fuera amigo o sirviente del blanco.
Esa traición a su cultura lo transfor-
maba automáticamente en bueno y
sabio, estaba serio y callado toda la
película, hasta que al final tiraba solo
una frase de pocas palabras, y era un
sentencia, la posta.
Esto pasaba en “las de coboy”, pero
me imagino, no se, que también
habrán existido “las de los indios”,
en donde todo era absolutamente al
revés, yo nunca las vi . Y también
supongo que esas no tuvieron tanta
difusión, como una de esas de cine
iraní donde no pasa nada, ganadoras
de algún festival rumano.
Crecimos malacostumbrándonos a
que alguien nos dijera quien era el
bueno y quien era el malo, y parece
por ahí, que políticos y medios, se
mimetizaran con la antigua industria
del western, e intentan maquillar a
algunos como a John Wayne,”el chico
de la película”; y a los otros de crue-
les pieles-rojas. Se olvidan en su fre-
nesí de poder, que es sordo y ciego,
que ya algunos de la platea no son
niños, y que ya pueden ver a través del
maquillaje y el vestuario, que pueden
leer entrelíneas y ya no se comen el
pochoclo de “las de coboy”, tan fácil
por lo menos.
Encima todo se vuelve mucho mas gro-
tesco y burdo cuando los buenos y los
malos se te mezclan, sioux que pasan a
ser soldados confederados, alguaciles
que quieren ser caciques, y defenestran
lo que hasta ayer compartían y defen-
dían con la misma pasión.
Pero hacer un paralelismo entre cine y
política sería un desatino.
Un director de cine elige un guión que
venda, incorpora un elenco taquillero,
busca sponsors para el rodaje, después
inicia una campaña publicitaria des-
mesurada para captar la mayoría del
público para su puesta en escena, para
recuperar y multiplicar la inversión,
catapultando su carrera personal y su
patrimonio en poco tiempo. En cambio,
un político lo que hace es........caram-
ba!
EL LADO B DE LA NOTICIA
s
s
Escribe
1...,11,12,13,14,15,16,17,18,19,20 22,23,24,25,26,27,28,29,30,31,...80
Powered by FlippingBook