Viernes 4 de marzo de 2016
C
asi todos lo vivimos alguna
vez y nos pellizcamos pre-
guntándonos si estámos dor-
midos o despiertos.
Es una de las sensaciones más ex-
trañas que experimenta nuestro cere-
bro y de la que somos conscientes a
lo largo de una milésima de segundo.
Los seres humanos tenemos una má-
quina que aun no terminamos de en-
tender:
nuestro cuerpo
. Con
funciones misteriosas que el más no-
table de los médicos conoce a me-
dias.
Y procesos que son aun difíciles de
explicar.
A uno de ellos le han llamado déja
vu.
s s s
Dicen algunos de los que ha estu-
diado el tema que se trata de una
pe-
queña falla del cerebro
.
Nuestro organismo es casi perfecto,
pero, como todo, tiene sus pequeños
fallos y el
déjà vu
es una de ellas
Para quienes así piensan, la ex-
traña sensación que sentimos de
haber vivido, visto o sentido un
hecho, que nos está ocurriendo en
ese momento, está provocada por
Déjà
una anomalía de nuestra memoria.
Concretamente es por una pequeña
actividad
epiléptica
que se registra
en la zona del lóbulo temporal de
nuestro cerebro.
Ello hace que éste envíe por sepa-
rado y con una milésima de se-
gundo de diferencia el mensaje de lo
que estamos viendo y el de lo que
sentimos en ese preciso instante, lo
que hace que nuestra mente registre
ese acto y/o momento como algo ya
vivido anteriormente.
Pero… ¿será así?
O
tras líneas de pensamiento
dicen que es un fenómeno
mental que, como los sueños,
señala la existencia del incons-
ciente.
Aquel que lo experimenta cree
estar repitiendo un suceso anterior,
pero al mismo tiempo sabe que eso es
imposible, porque la vivencia es
nueva.
Hay muchas similitudes entre el pa-
sado y el presente. En realidad, se
trata de una actualización de algo anti-
guo que no pudo ser dicho o elabo-
rado psicológicamente y que, siendo
importante para la persona, intenta
manifestarse.
s s s
En relación al fenómeno de lo “ya con-
tado”, donde la persona cree que ya
ha contado algo cuando no ha sido
así, Freud explica que esa persona
“tuvo el propósito de hacer esa comu-
nicación y, en una o varias ocasiones,
hizo una exteriorización preparatoria,
pero después fue disuadida por la re-
sistencia de ejecutar su propósito, y
entonces confunde el recuerdo de la
intención con el de la ejecución”.
El ‘déjà vu’ se activa una vez que la
suma de similitudes es suficiente para
confirmar, en el terreno de nuestros
sentimientos, que la situación actual
es la misma que la anterior. En ese
instante la “sentimos” así, pero de
forma inmediata el sentimiento entra
en conflicto con el saber racional que
nos indica que en ese lugar, en esas
circunstancias o con esa persona
nunca hemos estado con anterioridad.
s s s
Existe otra sensación inquietante, la
de tener una palabra en la punta de la
lengua y no poder expresarla, pero
una vez que hallamos el dato exacto
esa impresión se disipa. Es un ejemplo
de cómo la energía psíquica que toda-
vía no ha podido ser canalizada por la
palabra puede convertirse en algo per-
turbador: no es la palabra que “no
sale” lo que nos inquieta realmente; es
la energía psíquica que no puede pro-
cesarse. Nos sentimos mal, incómo-
dos, nos parece que, mientras no
encontremos la palabra, no vamos a
tranquilizarnos. Y no puede ser cual-
quier vocablo, sino exactamente el que
vu
La extraña sensación
de haberlo vivido antes
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