das que están llegando a cargos altos por-
que son las primeras profesionales que se
iniciaron en áreas como Comunicaciones y
Artillería, que permiten un trabajo menos
físico que el de Infantería y Caballería. No
es por la capacidad sino por la formación
física. Igualmente no es algo que esté
cerrado.
—¿Cómo se hace para ganar el respeto
de los subalternos?
—Mandar no es solo imponer o dar órde-
nes sino dar el ejemplo personal. Además
de respeto, se busca activa cooperación. El
subordinado tiene que cumplir la orden no
solo porque uno lo diga sino porque sabe
que el jefe está ordenando lo mejor para la
supervivencia del grupo. Incluso si se
encarga una misión que puede terminar
con pérdidas humanas, todos saben que
es la mejor opción porque no hay otra sali-
da. Si alguien debe caer, es el jefe. Hay
libertad para expresarse pero cuando el
jefe toma la decisión, todos deben seguirlo.
—¿Cómo está la relación de Ejército
con la sociedad en este momento?
—Hay distintas realidades según la zona.
San Juan tiene un particular sentimiento
por el regimiento y se nota mucho porque
hay un reconocimiento importante. En otras
provincias más grandes, como Córdoba,
hay muchas unidades y no existe un senti-
miento de identificación como el que tiene
la gente de San Juan con esta
esta unidad, que es la
única que tiene
la provincia.
Ficha personal
l
Provincia de origen:
San Juan
l
Familia:
Casado con María Verónica Scaro,
con quien tiene tres hijos: Facundo (20), Augusto
(19) y Martín (13).
l
Plato preferido:
“El asado y las empanadas de
mi mamá”.
l
Infusión:
“Tomo café en el desayuno o a la noche
y mate en la oficina”.
l
Películas:
“Me gustan las de acción. Hay películas
que me erizan como Band of Brothers y Corazones
de Hierro. Me identifico con las historias que dan
un ejemplo”.
l
Música:
Abel Pintos, Los Nocheros,
rock nacional y melódicos en inglés.
“Mi hijo Facundo canta y toca el
órgano y Augusto toca la guita-
rra. Siempre hacen cancio-
nes y han llegado a
emocionarme con
los temas que
me han hecho
para el Día
del Padre”.
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Viernes 26 de febrero de 2016
NOCHE
&
DIA
—¿Cuáles fueron los momentos más
críticos de su carrera?
—La mudanza es complicada pero no es
lo más duro. Lo más fuerte fue atravesar
la muerte de un soldado en Uspallata,
justo en el Día del Padre. Fue en el año
2011 y yo era el jefe. Fue difícil porque él
tenía 19 años. Es fuerte porque como son
tan jóvenes se genera un vínculo de pro-
tección.
Mujeres y Ejército
E
l año pasado, la unidad que hoy
conduce Daniel Porres inició un
proceso de transformación, cuan-
do el Regimiento cambió de categoría a
Destacamento. El ascenso de la unidad
significó la llegada de nuevos efectivos y
otros cambios que apuntan a mejorar y
El matrimonio junto a sus hijos Facundo, Augusto y Martín, durante la
fiesta de egresados de Augusto.
Daniel
Porres junto
a su esposa
Verónica
Scaro en
Puente del
Inca, en
Mendoza.
ampliar las funciones del Ejército en San
Juan. Además de referirse a los desafíos
que impone esta adaptación, el coronel
habló de otras modificaciones que inclu-
yen el ascenso de las mujeres a los car-
gos jerárquicos.
—¿Cómo están trabajando para adap-
tarse a la nueva categoría de
Destacamento?
—Está en una etapa de formación por-
que todavía no termina su evolución
orgánica. Es una organización nueva,
hay que adecuar el equipo y tiene que
venir gente nueva. La transformación
empezó el año pasado y hay muchos
más efectivos.
—¿Cómo se está dando actualmente
la inclusión de las mujeres en el
Ejército?
—Cada vez están accediendo a cargos
de mayor jerarquía. Tenemos una tenien-
te coronel que es bioquímica, una tenien-
te primero enfermera, otra teniente pri-
mero de intendencia, una teniente enfer-
mera y dos subtenientes, una profesora
de Educación Física y otra encargada del
área Informática.
—¿Una mujer podría llegar a ser jefa
del Destacamento?
—En Infantería todavía no porque no sé
si en el Colegio Militar hay mujeres en
Infantería. En el país hay muchas médi-
cas, odontólogas, enfermeras y aboga-
Las mujeres están
llegando a cargos de
mayor jerarquía.
Su experiencia
en el Cruce de
Los Andes
E
n 1997, Daniel Porres partici-
pó de una de las primeras edi-
ciones del Cruce de los
Andes. Este año repitió la experiencia
y su mirada fue distinta. “Lo disfruté
mucho porque cuando uno está por
terminar una etapa, ve las cosas de
otra manera. Hace 20 años todo cos-
taba el doble porque no había tantos
recursos”, comentó al regresar de la
última expedición. Porres puso énfa-
sis en la importancia de mantener
esta tradición: “Ayuda a que la gente
comprenda el esfuerzo que hizo San
Martín al crear de la nada un ejército
que tuvo mucha participación de la
provincia. Él eligió pasar por ese
lugar porque era el más difícil de atra-
vesar”. El coronel destacó el papel
que cumple esta expedición para las
nuevas generaciones: “Los jóvenes
que van al Cruce dimensionan el
esfuerzo que significó para los hom-
bres de aquella época, que cruzaron
sin la indumentaria que existe hoy,
sin teléfono satelital, ni el auxilio de
un helicóptero. Nosotros fuimos 120 y
era un lío llevar las cargas. La colum-
na de San Martín tenía 6 días de pro-
fundidad, lo que quiere decir que hay
6 días de diferencia entre la primera
persona que pasa por un determina-
do punto y la última que pasa por ese
mismo lugar”.
“
“
