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eelecciones indefinidas de secre-
tarios generales y equipos de
conducción de los sindicatos, or-
ganización de medidas con alto contenido
político y negociar y aceptar mejoras sala-
riales sin consultar a las bases, podrían
ser, entre otras, las razones del debilita-
miento de varias figuras gremiales y por
ende, del escaso acatamiento de los últi-
mos paros convocados.
Lejos quedaron las épocas de las mar-
chas multitudinarias de UDAP con Ana
María López a la cabeza, o las protestas
de la CGT que comandaba Saúl Ubaldini,
cuyos paros fueron calificados de salvajes
por el alfonsinismo.
En la actualidad, quizás uno de los puntos
que más afecta a la sociedad es el del
paro con motivación política, independien-
temente de la desmentida al respecto que
puedan hacer las entidades gremiales. En
el caso de la docencia, mucha polvareda
ha generado la postura y el apoyo de
UDAP al conflicto de los docentes de pro-
vincia de Buenos Aires, cuyo gremio -SU-
TEBA, que conduce Roberto Baradel-, es
el que mantiene las medidas de fuerza
desde hace meses. Las críticas apuntan a
que se hace aparecer como un conflicto
nacional algo que tiene relación solo con
una provincia. Por esta pelea política
entre Baradel y María Eugenia Vidal, go-
bernadora de Buenos Aires, se genera-
ron muchos días de paro en el país y
como consecuencia –al menos en San
Juan-, hubo descuentos para quienes
acataron las medidas que significaron
Viernes 15 de junio de 2018
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POR QUÉ EMPIEZAN A FRACASAR LOS PAROS
La crisis de
representatividad
de los sindicalistas
hasta 4 mil pesos por docente.
Los paros de camioneros convocados por
Hugo Moyano, también carecen de credi-
bilidad. Es que la andanada de críticas al
gobierno actual surgió cuando al sindica-
lista se lo puso en el ojo de la tormenta
por temas judiciales, que llegan hasta el
lavado de dinero en el club Indepen-
diente de Avellaneda.
Uno de los primeros sectores en sufrir la
escasa adhesión ha sido el del comercio.
Más allá de que los afiliados al Sindicato
adhieran a los reclamos, en la práctica la
presencia de empleados en los negocios
ha sido total. Además, hace mucho
tiempo que el SEC por sí solo no genera
una medida de fuerza y decide plegarse
a las medidas de la CGT.
Otro de los espacios donde la indiferen-
cia a los paros hizo mella, es en el de la
administración pública central. Las medi-
das que adoptan los distintos gremios
que agrupan a estos trabajadores no lo-
gran encontrar el apoyo que los sindi-
calistas esperan.
Hay sectores donde se nota más el
cambio de actitud de los empleados, en
especial porque hasta no hace mucho
tiempo eran gremios cuyas medidas
eran numerosas y todas con alto grado
de acatamiento. Uno de ellos es el sec-
tor docente en general. Hasta no hace
mucho, los porcentajes de adhesión a
las medidas promediaba el 80%, hoy se
está muy lejos de esos números.
¿Qué pasó en el medio para que esto
ocurra hoy? Mucho tiene que ver la cri-
sis de representatividad de los sindica-
listas, muchos acuciados por temas
judiciales, aunque desde los sectores
gremiales lo atribuyen a otros factores,
por ejemplo lo que denominan “campa-
ñas del miedo” que lleva adelante la pa-
tronal.
Bajo la conducción de Saúl Ubaldini, la CGT convocó a 13 paros generales -es decir,
un promedio de uno cada cinco meses- durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Una de
las mayores críticas que recibió Ubaldini, fue que durante toda la década menemista
no impulsó ningún paro nacional y no pudo (o no quiso) evitar la reforma laboral.
El caso de
la docencia
en general
L
a caída brusca en los por-
centajes de acatamiento a
los paros en la docencia
abarca a todos los gremios de
todos los niveles y modalidades.
Si bien siempre la adhesión en el
sector de educación privada fue lo
más flojo, ahora en escuelas de
gestión estatal también se da.
A esto no escapan los gremios
que agrupan a los docentes uni-
versitarios, ADICUS, SIDUNSJ y
en menor medida el personal no
docente que se enrola en
APUNSJ. Hace algún tiempo, ADI-
CUS estuvo en la picota porque
en un año escolar realizó 36 días
de huelga, lo que generó que los
padres fueran con un recurso de
amparo ante la Justicia Federal.
La diferencia entre los paros en la
universidad y en las escuelas pro-
vinciales ha sido la postura adop-
tada por la patronal: Mientras las
autoridades de la UNSJ no solo
garantizaban el derecho a huelga
sino que decían que eran medidas
legales y no correspondía descon-
tar el día no trabajado, en la pro-
vincia se impuso el “día trabajado,
día pagado”.
Paros con escasa adhesión. Trabajadores que dicen que el
reclamo es justo pero no comparten la medida. Las motivacio-
nes políticas. ¿El liderazgo de los gremialistas en caída libre?