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JONES
U
na nota del ingeniero Porto al juez,
ha fijado para la historia cuál es la
versión oficial del cantonismo sobre
los hechos de La Rinconada.
Un resumen de esa carta es el siguiente.
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“En virtud de haberse sancionado por el Poder
Legislativo de la Provincia, una ley de
Amnistía para los hechos de carácter políticos
producidos el día veinte de noviembre del año
mil novecientos veinte y uno, por lo que se
manda sobreseer definitivamente los procesos
invocados con motivo de esos hechos, quiero
dejar expresa constancia de que,
hubiera sido
para mí mucho más satisfactorio que la
libertad que se me acuerda y a la cual no
puedo oponerme, la prosecución del suma-
rio, el plenario y fallo definitivo,
que hubiera
demostrado a la faz de la República y a la pos-
teridad que, un acto revolucionario menos
meditado que ejecutado, pero con toda la razón
que acuerdan a estos hechos las causas justas
de los pueblos, había terminado con una tiranía
vergonzosa en la tierra del gran Sarmiento y
había cercenado la tenebrosa tiranía que ame-
nazaba la patria de Rivadavia.
Este acto revolucionario del que fui jefe, que-
dará sin la prueba legalizada a causa que la ley
que invoco lo deja trunco, no por la voluntad
de Ud., pero tampoco por la mía.
P
or estas razones deseo dar a Ud. la
seguridad de mi más pura verdad
expresada en mi declaración y en este
escrito, que
nunca en mi mente cruzó la idea
de un asesinato;
que sí acepté con gusto ser
jefe de un movimiento revolucionario, fue por-
que entendía un deber ineludible como argenti-
no, y más como sanjuanino, no tolerar que un
individuo sin familia, sin intereses en esta pro-
vincia, sin partido político que le acompañara,
hubiera avasallado todas las dignidades, hubie-
ra llenado de lodo la sociedad luciendo en las
fiestas sociales una concubina y se hubiera
rodeado de aventureros sin control, traídos
exprofesamente para nombrarles jueces o lo
que fuera necesario para los fines de piratería a
que estaban abocados, ejerciera por más tiem-
po, por el solo imperio de la fuerza y sin nin-
guna autoridad legal, el cargo de gobernador de
la Provincia.
En San Juan Señor Juez, se pretendía como lo
deseaba Juan Manuel de Rosas, “No dejar pie-
dra sobre piedra”.
A raíz del juicio político instaurado por la H.
Cámara de Diputados el 28 de febrero de 1921,
el gobernador suspendido según expresa dispo-
sición de la ley de juicio político, negóse a
delegar el mando en el presidente provisorio
del H. Senado Ing. Juan Estrella, y dictó un
decreto el 1º de marzo de ese mismo año, cali-
La versión oficial del bloquismo quedó
fijada por una carta de Porto al juez
