Libro Historia Completo - page 95

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Todos
en tiempo
Todas las columnas de-
bían hacer su recorrido y
cumplir sus objetivos con
un calendario muy rigu-
roso. Los tiempos debían
coincidir con la marcha
del grueso del Ejército
de los Andes que avan-
zaba por el camino de
Los Patos.
Con un
mapa en la cabeza
Un tiempo antes del
cruce, San Martín envió a
Chile al Sargento Mayor
José Alvarez Condarco. A
riesgo de su vida, fue por
un paso y volvió por otro,
con la orden de levantar
un mapa que incluyera
hasta la última piedra del
camino. Tenía que guar-
darlo en su memoria, para
volcarlo al papel recién
al regresar.
,
Sorpresa
y confusión
Sorprender y confundir al
enemigo eran dos de los
pilares de la estrategia
sanmartiniana. Con esa
finalidad, mantuvo un ab-
soluto secreto sobre sus
planes, al punto que los
propios soldados debían
creer que cada columna
era la vanguardia del
ejército.
Con la
pluma también
La estrategia de San
Martín no era sólo militar.
También organizó formas
de levantar al pueblo chi-
leno. Entre los medios
que usó se contaba una
imprenta que llevó desde
Mendoza para imprimir
volantes que se distribu-
yeron en los poblados
chilenos.
San Martín logró la concentración máxima de sus fuerzas en el valle de Putaendo, en
Chile, cuando la columna principal que avanzó por el valle de Los Patos Sur se conectó
con la que avanzó por el valle de Uspallata. Así derrotó a los realistas en la Batalla de
Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.
San Martín tenía todo el poder de combate mientras las fuerzas realistas estaban disper-
sas a lo largo de Chile, tratando de contener a las distintas divisiones secundarias y sin
tiempo ni posibilidades de marchar hacia Chacabuco.
Chacabuco: todo el poder de combate
D
urante los preparativos
del Cruce de los Andes,
el pueblo de San Juan
se comprometió por intermedio
de su Cabildo a formar un bata-
llón de 500 soldados. Para ello
se ordenó el reclutamiento vo-
luntario y obligatorio de hom-
bres. Sin embargo, el grueso de
lo que sería l
a División Norte,
al mando del Teniente Coro-
nel Juan Manuel Cabot
, se in-
tegró con voluntarios que se
iban sumando al paso de la co-
lumna por parte del territorio
sanjuanino. La expedición lle-
vaba más de 1.500 animales y
armamento.
El objetivo de esta columna era
llegar a Coquimbo. Al igual que
el resto de las columnas, esta
que integraron chimberos, poci-
tanos, jachalleros e iglesianos a
los que se sumó un importante
número de chilenos, debía cum-
plir rigurosamente los plazos
establecidos, para coincidir con
la marcha del grueso del Ejér-
cito de Los Andes.
Cumpliendo las órdenes de San
Martín, la columna
partió de la
ciudad de San Juan el 18 de
enero de 1817
. El primer gran
obstáculo que tuvo que sortear
fue el río San Juan, sobre el
que no había puente y que es-
taba muy crecido ese verano.
La columna pasó por Las Tapie-
citas, en Albardón, llegó a Tala-
casto y el 23 de enero acampó
cinco días en Pismanta, reorga-
nizando las fuerzas a las que se
habían sumado numerosos vo-
luntarios y confiscando ganado
en pié que permitiera alimentar
a la tropa que ya sumaba alre-
dedor de 800 hombres.
Tal como lo había ordenado
San Martín, la Columna Cabot
cruzó Los Andes por los cami-
nos más dificultosos, con el fin
de evitar a los enemigos. Esa
es la razón por la que esta divi-
sión pasó a Chile a través del
paso de Guana, a 5.000 metros
sobre el nivel del mar, y no por
el de Agua Negra, de menor di-
ficultad.
El 12 de febrero de 1817 las
fuerzas de Cabot vencieron a
los españoles en el combate
de los Llanos de Salalá; y el
15 de febrero Cabot tomó Co-
quimbo y La Serena.
La Columna Cabot
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