TAPA ATLAS LINGUISTICO TOMO 1 - page 35

Instituto de Investigaciones Lingüisticas y Filológicas Manuel Alvar
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gional y avanzar con comodidad en las encuestas. Pero, si bien
habíamos dado un paso importante, era evidente que aún nos
faltabanotros igualmentenecesarios.Conocíamos teóricamente
el desarrollo de la Geografía Lingüística y los emprendimientos
iniciales de Gillièron en Francia; habíamos estudiado los Atlas
españoles
9
y otros grandes proyectos, incluso hispanoamerica-
nos
10
. Sabíamos de lo que elaboraban los discípulos de Alvar
11
,
conocíamos su sistema fonético y las modalidades de sistemati-
zación de la información, pero nos faltaba la experiencia de la
realización enriquecedora.
2. Del cuestionario. Los temas
Por anteriores trabajos lingüísticos y folklóricos en el espa-
cio regional de Cuyo, dominábamos el terreno, teníamos una
discreta red de informantes y de apoyo a nuestras investigacio-
nes
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, administrábamos el acceso a distintos ámbitos humanos
y científicos, de manera que no nos resultó difícil confeccionar
un programa de actividades para el Proyecto Atlas Lingüístico
y Etnográfico de Cuyo
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. Dadas las características de la geogra-
fía física y las condiciones reales de operatividad, decidimos
limitar las 1416 preguntas del ALH a un muestr eo
cuantitativamente menor de 479 cuestiones
14
. Organizamos
nuestro
Cuestionario
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a partir de seleccionadas materias del
ALH, ampliando el espectro según las áreas de nuestro interés
regional. De manera que aquellas preguntas iniciales, o bási-
cas, tomadas del ALH como punto de partida, pudieran rela-
cionarse con los campos concomitantes de las del
Cuestionario
del ALECuyo
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.
gas y hacerlo él mismo en diferentes regiones, algunas de inte-
rés prioritario para el despliegue de su proyecto.
Nuestra relación con el ALH proviene de los años ochenta.
Con posterioridad a los seminarios de Alvar en la Complutense
y a una serie de sugerencias y contactos previos (1989 a 1991),
pudimos, ya en San Juan, esperar al maestro de mayor expe-
riencia en atlas lingüísticos con un elenco de informante s
cuyanos para su inminente visita. No era fácil reunir las condi-
ciones requeridas por su método de trabajo, muchas de ellas
manifiestas en los prólogos de los Atlas editados, otras expues-
tas en sus seminarios de los cursos de Ofines y de Málaga. Del
listado de posibilidades que le ofrecimos en San Juan, la pericia
del investigador seleccionó algunos puntos, movido por la es-
casez de su tiempo, por la vastedad de las distancias, y a veces
por compromisos previos, todos contrapuestos a nuestro inge-
nuo propósito de presentarle, de golpe, a todo Cuyo
7
.
En jornadas inolvidables acompañamos a Don Manuel du-
rante las encuestas realizadas en la provincia de San Juan
8
, des-
de donde contactó a los colegas de Mendoza y su realidad lin-
güística. Nos compenetramos de aspectos sutiles de la tarea y,
gracias a su experiencia, comprendimos y abarcamos otros que
no se pueden captar en los textos sino con la práctica efectiva,
viendo y oyendo al maestro. De este modo nos impusimos de
su método y técnica, adquiriendo modalidades para encuestar,
el manejo y ordenamiento de la información, el orden y la pro-
gresión de los trabajos.
En el deseo de mejor contribuir a la obra del ALH, con la
osada algarabía de participar desde nuestra región argentina
con un trabajo serio que haga las veces de amplificador válido,
tuvimos la audacia, desde el INILFI de proyectar con Aída
González, también discípula de don Manuel, un atlas regional
de pequeño dominio que operara como anexo complementa-
rio del ALH para nuestra zona, dedicado particularmente a
reflejar algunos fenómenos de la lengua y cultura de la región
cuyana.
Con tal propósito concretamos el
Cuestionario del Atlas Lin-
güístico y Etnográfico de Cuyo
que hicimos conocer a Alvar en
esa ocasión a fin de recibir del maestro las observaciones perti-
nentes. Ciertamente don Manuel fue demasiado bondadoso
con nuestropropósito.En efecto, en 1993 creíamosestar a punto
de iniciar, de inmediato, las tareas de nuestro propio atlas re-
ñaban a Kovacci, Guillermo Ogilvie, Eusebia Herminia Martín, Nélida
Stell, Leonor Acuña, Mario Sánchez Proaño y otros miembros del
equipo. Este programa, por él desconocido, incentivó su ánimo a mejor
informarse, de modo que se reunió con Kovacci en Madrid (diciembre
de 1989) y en Buenos Aires (noviembre 1992). En esta oportunidad
Alvar incrementó los 72 puntos iniciales destinados a Argentina con
otros que sugirió Kovacci. Alvar nos honró con pedirnos opinión sobre
algunos de los nuevos lugares a encuestar.
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El entusiasmo por los trabajos de geografía lingüística nos llevó a Aída
González y a mí, a cometer exageraciones. Sin conocer exactamente el
tiempo que Don Manuel y Doña Elena permanecerían en San Juan,
pretendimos conducirlos de un extremo al otro de Mendoza y San Juan.
Teníamos también una inexacta dimensión del tiempo que insume un
cuestionario de 1.416 preguntas que, a diez segundos cada una, suman
algo así como 4 horas de trabajo, que Don Manuel cumplía sin pausas,
con la atenta asistencia de Doña Elena. En este primer viaje, Alvar
obtuvo algunas muestras correspondientes a San Juan Capital y alrede-
dores.
8
Alvar encuestó en San Juan a informantes de San Martín, Rivadavia,
Colangüil, Angualasto, Capital, Villa de Jáchal, Villa Mercedes y Valle
Fértil. Las restantes encuestas de San Juan, las del sur de Mendoza y las
de La Rioja, fueron realizadas posteriormente con nuestro equipo.
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Aparte del Seminario dictado por Alvar en el Instituto de Filología de La
Plata en 1969, participamos de sus Seminarios en la Complutense, del
Seminario de Quilis y Concepción Ortiz Bordallo en la UNED, de
clases en los Cursos de Málaga y por fin, durante los trabajos de doctora-
do tuvimos acceso a la bibliografía del Departamento de Geografía
Lingüística del CSIC.
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V.gr. el ALPI, el ALCat, los atlas europeos como el Atlas de Suiza e
Italia, el Atlas del Mediterráneo. Para Hispanoamérica conocíamos el
Atlas de Colombia, ALEC, culminado merced al esfuerzo de Luis
Flórez, José Joaquín Montes y un equipo, desde el Instituto Caro y
Cuervo, y del emprendimiento del Atlas de Chile, en parte malogrado,
con publicación de lo relativo al sur del país, ALESUCH.
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Los Atlas trabajados por Pilar García Mouton y Francisco Moreno
Fernández.
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Amigos dispersos en diferentes localidades, posibilitaban nuestro acceso
a ellas mediante préstamo de viviendas, casas de campo o de lugares para
asentar carpas.
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La sigla ALECuyo responde a esa primera delimitación de nuestro atlas.
A pesar de que después se incorporara la provincia de La Rioja, no
modificamos el nombre del primer proyecto académico.
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El acceso desde San Juan hasta los puntos extremos de las otras provin-
cias es considerable, y media entre ellos de 250 a 450 kms. o más; de
manera que un desplazamiento hasta esos puntos alejados cubre una
jornada de traslado, incluyendo la instalación y la visita inicial a los
informantes. Por otro lado, es difícil lograr alojamientos acomodados a
las necesidades propias de un equipo mixto y de edades dispares. Para
ahondar el paso de 479 preguntas del Cuestionario base, a las 520 con
que se trabajó en la encuesta, confrontar el trabajo de Aída González de
Ortiz
Acerca del Cuestionario del ALECuyo
.
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Quiroga Salcedo, C. y González de Ortiz, A.
Atlas Lingüístico de Cuyo.
Cuestionario
. Editorial FUUNSAJ, San Juan, 1993.
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Hemos repetido en nuestro ALECuyo unas 26 cuestiones que aparecen
en el
Cuestionario
de Alvar y Quilis. En este, son preguntas que integran
la secuencia de los capítulos, en cambio en el ALECuyo forman parte de
campos semasiológicos que involucran los temas principales del Atlas.
No obstante, Aída González anota 65 “coincidencias y diferencias
semánticas”. Cf.
Acerca del Cuestionario del ALECuyo
.
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