TAPA ATLAS LINGUISTICO TOMO 1 - page 41

Instituto de Investigaciones Lingüisticas y Filológicas Manuel Alvar
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sino, del mismo modo, el folklore cuando pretenda partir del
exclusivo hombre folk.
8. De los viajes
En muchos casos, los viajes a propósito del Atlas fueron ver-
daderas expediciones que, como tales, resultaban azarosas, con
un margen de riesgos (controlados) pero generalmente llenas
de anécdotas. El grupo regresaba agotado, no obstante com-
pensado con las maravillas de la naturaleza, la admiración por
la gente común, cargada de saberes no escolásticos ni académi-
cos, pero reales y eficientes; gente admirablemente buena, in-
teligente, memoriosa y hospitalaria.
Desde el punto de vista fríamente cuantitativo, hemos ano-
tado 15 viajes para San Juan, 11 para Mendoza, 7 viajes para
La Rioja y solo 3 viajes para San Luis
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. Ciertamente estas ci-
fras no son índices de interés o importancia, pues no señalan ni
la duración de las operaciones realizadas, ni la oportunidad en
que fueron ejecutadas.
Los viajes por San Juan resultaron, en muchos casos, como
un paseo por lugares familiares, informantes que nos recibían
con conocimiento previo y, para nosotros, una salida sin el ale-
jamiento prolongado de nuestros hogares. En cambio, los tres
viajes por San Luis implicaron 32 días de trabajo continuado,
en tres equipos, separados por algunos días de descanso. Nos
probamos en el armar las carpas en cada parada, sufrir fortísi -
mas y prolongadas lluvias y granizadas en la soledad de las ru-
tas, dormir donde nos invitaban, a veces desolados por nuestra
falta de recursos. En fin, soportar inclemencias, falta de com-
bustibles, acomodarnos de paso en campings veraniegos y su-
frir la ausencia del informante deseado.
Mendoza abrió sus puertas para nosotros, de par en par.
Descendientes de inmigrantes y labriegos de duro quehacer
diario fomentaron nuestro apetito con riquísimos manjares,
vinos, jamones, facturas de muy suave perfume y gusto delicio-
so, dulces de frutas, productos de su quinta. No apetecerlos de
veras, parecíauna ofensa que no hubiera cicatrizadosocialmente,
cuando representábamos en ese momento a todos lo intelec-
tuales del país.
Nos han ofrecido hospitalidad desde Malargüe y San Ra-
fael, hasta San Carlos, La Paz, Rivadavia, Santa Rosa, Junín y
Rodeo del Medio, en tantos puntos como lugares encuestados.
La lista de agradecimientos debiera incluir a todos los infor-
mantes, sus esposas, hijos y, a veces, peones y vecinos, que se
sumaban a las respuestas y observaciones.
Algo semejante podemos atestiguar de La Rioja. Con res-
tricciones evidentes por la humildad de los lugares, nos prodi-
garon alojamiento, casa, comida, la mejor cabrillona del hato,
los frutosmás exquisitosde sus árboles,enNonogasta,Famatina,
Pituil, Olpas y San Blas de los Sauces. Hemos sentido la emo-
ción de volver a abrazar condiscípulos del bachillerato lejano,
después de cuarenta años, conociendo su descendencia hasta la
tercera generación. Escenas de bendición bíblica, a veces abra-
zos y emotivos reconocimientos como en las tragedias griegas.
Ciertamente ¿qué más pudieran pedir unos humildes investi-
gadores para que sus vidas se sientan retribuidas con el necesa-
rio trabajo?
No todos los miembros del equipo participaron de todos los
viajes. Las limitaciones docentes de clases, exámenes, o las fa-
miliares y de salud restringieronla participaciónde unos u otros.
Quizás fue nuestro Ford Falcon modelo 88 el que con su trailer
a la rastra doblegó casi todos los caminos, nos permitió llevar
viandas, cargas de agua para los desiertos, la vajilla y la compli-
cada mochila de cuestionarios, carpetas de uso, anotadores, y
los menguados regalos que habíamos conseguido de los comer-
cios sanjuaninos para ignotos personajes que nos aguantaban
tres, cuatro y hasta cinco horas, sentados, respondiendo nues-
tra retahíla de preguntas.
Para nuestros viajes hemos recorrido unos 30.000 kilóme-
tros de rutas, caminos y huellas
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. Mendoza nos requirió 9.260
kms; La Rioja 8.348; San Luis: 7.795 y San Juan unos 1.831
kms.
En sustancia, los 38 viajes no sólo multiplicaron las docenas
de circunstancias por tres, agua, vid y cerdo, sino que en ellos
confluyeron una masa compleja y abigarrada de datos, recuer-
dos y cosechas léxicas; confirmación o rechazo de diferentes
bibliografías; encumbramiento de juicios de los maestros y
estrofas de los poetas; también acotación de creencias sobre el
español y de su vida en el continente hispanizado.
9. De los trabajos de impresión
No es posible valorar en abstracto la importante participa-
ción de Gustavo Daniel Merlo en la realidad del proyecto. De
carácter comprensivo, seriedad e inteligencia lúcida, nos acom-
pañó certeramente en decisiones capitales: selección de infor-
mantes, captación de detalles fonéticos y etnográficos; después,
en los trabajos silenciosos de organización de los cuadernos de
formas. Su papel de notable capacidad organizativa se puso de
manifiesto a través del dominio de programas computacionales,
fonéticos o elaborados exclusivamente para la geografía, que él
innovó y puso al servicio de la sistematización de la informa-
ción recopilada en las encuestas
46
.
Merced a la buena voluntad del Ing. Carlos Lizana
47
, Merlo
pudo ingresar al conocimiento de un programa destinado a la
visualización de láminas geográficas de carácter temático
48
. Su
maestría permitió aquilatar esas posibilidades y ponerlas al ser-
vicio de la geografía lingüística, dando pasos inéditos hacia la
conservación y exposición de la información dialectal
49
. Me-
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Con tres viajes a San Luis cubrimos la provincia durante un mes y
medio continuado, uno de exploración y compromiso de visita, los dos
restantes de encuestas. Con esta modalidad logramos no solo ahorro de
tiempo y esfuerzo, sino un avance productivo, consolidado por una
bibliografía dialectológica de que carecen las otras provincias. Cf.
El
habla rural de San Luis
de Vidal de Battini, Buenos Aires, 1949.
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La cantidad total de kilómetros recorridos para la primera ronda de
encuestas fue de 27.234 kms. A esta cifra debemos sumar un largo viaje
de información y doce encuestas contrastivas.
46
El interés de Merlo por abarcar todos los aspectos de la impresión del
ALECuyo, lo condujo al delicado análisis del papel de edición y sus
características.
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El Ing. Carlos Lizana, Director del CEFOCCA (Centro de Fotograme-
tría, Cartografía y Catastro) ha publicado dos ediciones del
Atlas Socioe-
conómico. Provincia de San Juan
. 1982 – 1986. Voluminosos atlas con
información temática y múltiples aciertos en su visualización.
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El CEFOCCA autorizó a tres miembros del INILFI Manuel Alvar a
realizar un curso de conocimiento y manejo del programa ARCVIEW.
GIS 5, destinado a visualización de la información geográfica. Realiza-
ron el curso con Gustavo Merlo y el geógrafo Isidro Ariel Rivero y el
físico Jorge Pérez Romero.
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Muy lejos quedaron trabajos como los de Emilia V. Enriquez:
Análisis
1...,31,32,33,34,35,36,37,38,39,40 42,43,44,45,46,47,48,49,50,51,...230
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