El Nuevo Diario - page 16

— ¿Por qué considera que los his-
toriadores han ignorado a Fran-
cisco de Laprida —hasta se
desconoce cómo murió en Men-
doza—, y sin embargo se resalta la
figura de otros congresales nacio-
nales?
—Creo que hay un gran desconoci-
miento, en algunos casos, y ninguneo
en otros, en ese centro de producción
y distribución de sentido que es Bue-
nos Aires. No tuvo mejor suerte el rio-
jano Castro Barros o el cordobés
Cabrera. Lo de Laprida es emblemá-
tico. Afortunadamente Borges le de-
dicó ese maravilloso Poema
Conjetural que lo ha inmortalizado sin
dudas.
— ¿A qué atribuye que durante el
gobierno kirchnerista se hiciera
hincapié sólo en los aspectos nega-
tivos de Sarmiento?
—Creo que es un error marcar sólo
los elementos negativos en una figura,
en particular de alguien tan impresio-
nante como Sarmiento. Un hombre
polémico y provocador que decía lo
que muchos pensaban y no se anima-
ban a enunciar. Creo que tiene cues-
tiones criticables y que hoy, en un
contexto muy diferente al de mediados
y fines de siglo XIX, nos enojan e in-
dignan; y tienen otras que nos maravi-
llan como su obsesión con la
educación, el progreso, las comunica-
ciones, sus ideas sobre la necesidad
de impulsar el modelo industrial, su
apoyo a la solitaria luchadora Juana
Manso y sus denuncias de la corrup-
ción roquista.
—En 1928, San Juan tuvo en Emar
Acosta a la primera legisladora de
Latinoamérica, y en Emilia Collado
Viernes 23 de septiembre de 2016
a la primera intendenta, gracias a
que se incluyó en la Constitución
provincial el voto femenino. Sin em-
bargo, luego la participación feme-
nina en política fue quedando
relegada al “cupo” ¿a qué lo atri-
buye?
—Las mujeres sanjuaninas son pione-
ras absolutas y un ejemplo notable,
también muy poco conocido y recono-
cido por la historia portuaria que des-
conoce esa primera experiencia de
constitucionalismo social encabezada
por Federico Cantoni. La conquista del
voto por las mujeres de San Juan fue
un hito fundamental en el largo ca-
mino por los derechos civiles marcado
por luchadoras como Julieta Lanteri,
Alicia Moreau y Gabriela Coni y un an-
tecedente muy importante para la ley
de 1947 impulsada por Eva Perón.
—Desde los unitarios y federales;
en San Juan cantonistas y antican-
tonistas, la historia argentina está
plagada de antonomias que, en
lugar de unir a la sociedad, crean la
grieta, ¿esta actitud tiene que ver
con el ser argentino o es un rasgo
común con otras sociedades?
—Es un rasgo humano y una parte
constituyente de las sociedades, de lo
contrario estaríamos hablando de un
discurso único sin oposiciones. Donde
aparece una posición naturalmente
surge una oposición y así se cons-
truye la historia. El cantonismo surge
como una reacción ante el conserva-
durismo, el federalismo surge para en-
frentar el unitarismo centralista. Negar
esto sería negar la historia y nuestra
democracia es en cierta forma fruto de
estas oposiciones de hombres y muje-
res muy valiosos de distintas tenden-
cias.
Historia y filosofía de la independencia
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FELIPE PIGNA Y DARÍO SZTAJNSZRAJBER
—¿Qué valores guiaron a los patrio-
tas para declarar la independencia?
—Los valores son un tema de perma-
nente reedición, porque el pasado uno
lo revisita desde el presente. Creo que
son la independencia, la libertad, pero
sobre todo de la revolución, valor clave
en una sociedad que estaba transfor-
mándose. Lo increíble es que en nues-
tro contemporáneo presente, la palabra
revolución hoy no aparece en los discur-
sos que recuerdan el bicentenario. Del
mismo modo que no fue la sociedad ar-
gentina o como se llamara en ese mo-
mento, la que se independiza en su
totalidad, porque no podemos hablar de
una independencia de la mujer o de los
pueblos originarios en 1816, pero se
presenta como si hubiera sido la inde-
pendencia de toda una nación.
—¿Esos valores eran más altruistas
que los de los políticos actuales?
—No sé si más altruista porque el al-
truismo tiene que ver con el lugar que
se le da al otro. En la pregunta anterior
ponía el acento en la mujer o en los
pueblos originarios, como una otredad
muy típica en nuestra cultura, que en
ese caso se sostiene porque, más allá
de los cambios institucionales y jurídi-
cos que tienen que ver con la ciudada-
nía plena que puede tener una mujer o
un ciudadano de un pueblo originario, lo
que de alguna manera sigue sostenién-
dose es, en los hechos, un lugar de su-
jeción que no coincide con esa
emancipación supuestamente ciuda-
dana. Hablamos de la democracia de
griega como una democracia pura y el
80% de la población de entonces es-
taba afuera porque las mujeres y los ex-
tranjeros no eran considerados
ciudadanos libres, acá pasa lo mismo
por eso es interesante planteos como
los de Belgrano o Monteagudo, donde
aparece como una invocación a la libe-
ración de todos los sectores y no solo
de los sectores hegemónicos.
—¿Cambian los valores o las priori-
dades?
—Los valores se resignifican. Con los
cambios de tiempo hay una resignifica-
ción que para una lectura más lineal y
evolutiva de la historia, se trata como de
ir hacia una sociedad más libre pero
desde una lectura más conflictiva de la
historia, se puede entender que esta su-
puesta libertad que se va ganando con
los cambios de épocas no son más que
estrategias para seguir legitimando el
lugar de privilegio de algunos por sobre
otros. A mí me preocupa la naturalización
del lugar de sujeción que tienen los sec-
tores de la población argentina.
—¿Qué valores deberían rescatarse
en Bicentenario de la Independencia?
—Claramente el valor que me parece
más soterrado en el discurso público de
los festejos de este año fue el de revolu-
ción, la idea de una emancipación plena
que me parece que es una palabra que
ha sido insólitamente dejada de lado en
los relatos de festejos del bicentenario.
—¿Es posible superar la grieta en pos
de la democracia?
— Creo que habría que redefinir el tér-
mino “grieta”. Por un lado, sostener la ne-
cesidad del conflicto como una forma de
sostenimiento de las diferencias, el con-
flicto no lleva a la violencia. Violencia es
cuando una de las partes se impone
como única y silencia al resto. En cambio
si hay partes en conflicto, lo interesante
es que ese conflicto, aunque muchas
veces duela, tenga un perfil puramente
pedagógico, que uno aprenda y se trans-
forme frente a la diferencia del otro. Me
interesa más pensar otro tipo de grieta, la
social, aquella por la cual hay histórica-
mente sectores de la sociedad argentina
que han estado afuera de la misma y que
en términos culturales, étnicos, religio-
sos, sexuales, son los grandes desclasa-
dos, que quedan del otro lado de una
grita, que parece más que una grieta un
muro, donde se circunscribe una socie-
dad para los que son como uno y se deja
de lado a todo aquel que no interesa.
Grandes comunicadores, el
historiador Felipe Pigna y el filóso-
fo Darío Sztanjnszrajber estarán
juntos sobre el escenario del Tea-
tro Sarmiento, el próximo do-
mingo a las 20, para reflexionar
sobre el proceso fundacional
del país y sus huellas en el pre-
sente.
FELIPE PIGNA, HISTORIADOR
“Las mujeres sanjuaninas son
un ejemplo notable, muy poco
conocido por la historia portuaria”
DARÍO SZTAJNSZRAJBER, FILÓSOFO
“La palabra revolución hoy no
aparece en los discursos que
recuerdan el bicentenario”
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