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Viernes 10 de marzo de 2017
del CIC de Rawson, me dijeron que esta-
ban probando chicos y tuve la buena
suerte, gracias al entrenador Hernán Vega,
LA HISTORIA DE MIGUEL OSCAR GODOY
Nació con el tendón de
Aquiles cortado y debutó
como arquero de futsal
N
ació prematuro, con seis meses de
gestación, y debió estar en incuba-
dora. Un golpe que tuvo su madre
en el vientre durante el embarazo fue el
causante de la rotura del tendón de Aquiles
de la pierna derecha. Aprendió a caminar a
los seis años con un andador que le hizo su
abuelo. Así estuvo hasta los nueve años.
En el 2005 se operó el tendón de Aquiles y
en el 2012 fue aceptado en la reserva del
Huarpes Fútbol Club.
Es la historia de Miguel Oscar Godoy, que
el fin de semana último debutó como ar-
quero de la reserva del Huarpes. Ingresó
en el segundo tiempo en reemplazo del
arquero titular, que sufrió una lesión en
uno de los dedos de la mano. La presión
psicológica era doble: por un lado el
debut con los nervios lógicos y por otro, el
resultado del partido, estaban 2 a 2. El
encuentro finalizó con ese resultado y Mi-
guelito estaba más que feliz.
“Fue un partido intenso, le grité mucho a
mis compañeros, pero es la tarea del ar-
quero, ordenar un poco ya que tiene
mejor panorama de la cancha”, dijo Mi-
guel a El Nuevo Diario durante la entre-
vista. Según manifestó, cumplió su gran
sueño, que era jugar al fútbol en un club.
Tiene 30 años, es el mayor de ocho her-
manos y está desocupado. Quiere traba-
jar durante el día y poder entrenar por las
noches. Pero no pierde las ganas de se-
guir soñando. Ahora agrandó su hori-
zonte, espera poder tener un buen
rendimiento en la reserva y poder llegar a
la primera del club.
-¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?
-Llegué una noche al camping enfrente
Un club
integrador
E
l Huarpes Fútbol Club es una
institución que hace algunos
años apostó a integrar personas
con discapacidad a la práctica del fútbol.
Había alquilado un predio para llevar
adelante allí una granja orgánica. En
ella, chicos con discapacidad podrían
realizar tareas y lo producido se iba a
vender a la Feria Municipal y Mercado
de Abasto. También se había logrado un
acuerdo con el INTA para desarrollar
una huerta orgánica. La falta de fondos
hizo que todo quedara en la nada.
Ahora están buscando reimpulsar el
proyecto y están en gestiones para al-
quilar un predio en el Médano.
tuve hasta los nueve años en
que me independicé del anda-
dor.
-¿Esto fue un impedimento?
-Para nada, muchos me dicen
que soy un ejemplo y en realidad si no me
hubiera superado no habría llegado hasta
acá.
-¿Te operaste?
-Sí, gracias a la directora del CENS que
funciona en la escuela Antonio Torres. Allí
cursaba la secundaria y la directora se
ocupó de mi caso y logró que me opera-
ran. Antes de eso tuve muchos diagnósti-
cos, desde que me tenían que cortar el pie
porque estaba sin control hasta la posibili-
dad de que me cortaran parte de la pierna.
que ya no está en el club
Huarpes, y gracias al Bachicha
Díaz, de ser aceptado. Me
aceptaron tal cual soy, lo que
permite salir adelante.
-¿En qué puesto querías jugar?
-Quería jugar al arco, me encanta desde
chico, quería jugar a la pelota. Lamenta-
blemente no pude con el fútbol 11 pero el
futsal me dio la oportunidad.
-¿Entrenás con el resto del plantel, cuál
es tu rutina?
-Entreno a la par de los demás, hay ejerci-
cios que no puedo hacer, pero voy al gim-
nasio sin problemas, hice la pretemporada
como cualquiera del plantel.
-¿Cómo fue el debut en la reserva del
Huarpes?
-Fue en el partido del último fin de se-
mana, tuve que reemplazar al arquero titu-
lar que se lesionó un dedo. Fue una
sensación rara de nerviosismo con tranqui-
lidad. El partido estaba 2 a 2, terminó así,
tuve que intervenir en un par de jugadas
complicadas y por supuesto sentí una feli-
cidad inmensa. El apoyo de mis compañe-
ros fue fundamental.
-¿Cuál es tu problema físico?
-Nací prematuro, de seis meses, por un
accidente que tuvo mi madre cuando es-
taba embarazada se me cortó el tendón de
Aquiles y nací así.
-¿Cómo influyó esto a lo largo de
tu vida?
-Yo aprendí a caminar con cinco o seis
años, gracias a mi abuelo que me hizo un
andador. Gateaba con los codos. Así es