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Viernes 6 de julio de 2018
Me dijeron que se
había ahorcado con una
sábana, pero tenía marca
de una soga
LA MUERTE DE JOSÉ LUIS ALÉ MALDONADO SE INVESTIGA COMO ASESINATO
E
l gobierno tomó una medida ex-
trema, inédita. Decidió descabe-
zar a la cúpula del Servicio
Penitenciario y además separó pa-
sando a disponibilidad a una treintena
de guardiacárceles, la mayoría ligado
al control de ingresos y requisas. Es
que en una de las últimas requisas he-
chas en los pabellones, encontraron 43
celulares y varios kilos de sustancias
tóxicas. De los celulares se sabe que
había varios de última generación.
Por lo pronto se espera que sean echa-
dos de sus puestos Mario Varela, sub-
director; el jefe de cuerpo, que es quien
maneja a los penitenciarios, y a cuatro
alcaides mayores, entre ellos hay uno
que se encuentra procesado por tortura
a un peligroso reo de apellido Fernán-
dez Santa Lucía.
En el gobierno saben que las piezas
claves para el ingreso de celulares,
drogas y otro tipo de sustancias como
pastillas tranquilizantes, son los res-
ponsables de realizar las requisas.
Sin embargo con esta medida no están
tranquilos. Son conscientes que esa fu-
tura mano de obra desocupada que co-
noce nombres y mecanismos de
funcionamientos, puede ponerse al ser-
vicio del crimen.
También saben en el gobierno que con
la salida de eslabones claves en la ca-
dena, se corta la provisión de estupefa-
cientes y de pastillas que, mezcladas
con alcohol, generan un falso bienestar
a muchos internos.
Declaraciones del juez Federal Leo-
poldo Rago Gallo, quien entiende en las
causas por drogas, asegurando que no
podía ser que Camargo manejara el ne-
gocio de la droga en la provincia desde
el Penal, fue un mazazo para la política
antidrogas. La muerte de José Luis Alé
Maldonado, sobrino de la Chancha Alé,
asesinado en uno de los pabellones,
fueron los motivos que aceleraron la
También en el Penal se sabe que la
falta de drogas y pastillas puede trans-
formar a la cárcel en un foco de con-
flicto importante.
¿Qué pasó con la tecnología? Uno de
los temas que no queda claro es por
qué nunca se puso en servicio un escá-
ner moderno que se había adquirido.
medida.
Es que saben en el gobierno que en el
mundo del hampa, la muerte de Alé
puede desencadenar una serie de crí-
menes como venganza por esa muerte
y para dar con el o los autores del
hecho.
había suicidado, tenía ganas de vivir y es-
taba esperando salir para trabajar juntos,
como siempre.
-¿Después que falleció, alguien del pabe-
llón los contactó para acercarles algún
dato que reforzara su idea o se cortó
toda comunicación?
J.A.:
-Tuve seis o siete comunicaciones
luego, dos de esos estuvieron ahí. El que
mató a mi hijo me llamó para darme el pé-
same.
-Pudieron revisar el cuerpo de su hijo
cuando estaba en el cajón, ¿qué los hizo
sospechar?
Amelia Maldonado:
-Lo primero que me
llamó la atención fueron moretones en la
nariz, en la cara. El forense dijo que podía
ser propio del ahorcamiento, no obstante lo
revisé y en una mano tenía los dedos mora-
dos y en la otra no. Tenía moretones en las
costillas, hematomas en forma de círculo en
los brazos, las uñas marcadas en el cuello,
como si hubiera querido sacarse lo que lo
estrangulaba, lo que habría ocasionado los
DESCABEZARON LA CÚPULA Y ECHARON A 34 PENITENCIARIOS
-¿Cómo lo mataron?
J.A.:
-Nunca se colgó, lo agarraron sentado
y de atrás y por donde estaba debe haber
sido una persona de confianza, deben
haber sido cinco o seis. Hay algunos que
dicen que estaba en el gimnasio, otros que
hubo gritos, otros que vieron cuando lo lle-
vaban. Los que lo iban alzando son los que
lo mataron.
-¿Lo notaron preocupado o depresivo?
J.A.:
-No, siempre lo mantuvimos contenido
con la madre y los hermanos y todas las
personas que nos rodean. Supuestamente
era una gran persona ahí adentro, cumplía
con las tareas, no había lugar para la depre-
sión, la han querido dibujar. Estaba a punto
de obtener las salidas transitorias.
-¿Siempre estuvieron seguros de que no
se había suicidado?
J.A.:
-Desde que me avisaron, en ese
mismo momento supe que mi hijo no se
E
l fallecimiento de José Luis Alé Mal-
donado, de 32 años, quien cumplía
una condena por homicidio en el
Penal de Chimbas, abrió un capítulo pla-
gado de sospechas. Es que en un primer
momento se dijo que la muerte era producto
de un suicidio por ahorcamiento, pero en re-
alidad una segunda autopsia arrojó como
resultado que fue golpeado en la cabeza,
atacado desde atrás y ahorcado con un ele-
mento fino que no fue una sábana precisa-
mente.
Los padres del joven, José Alé y Amelia
Maldonado, siempre sospecharon que se
trató de un crimen y no de un suicidio. José
Luis estaba a una semana de empezar con
las salidas transitorias, ya había cumplido la
mitad de la condena y tenía buen concepto.
-¿Su hijo les había manifestado que tenía
problemas con algún compañero de
celda?
-José Alé
: Me llamó el miércoles a la
noche, estaba preocupado, quería irse del
pabellón. Allí todo lo manejan dos personas,
uno abajo y otro arriba. No tenía problemas
con nadie pero no lo iban a quebrar para
que hiciera lo que no quería. Estaba apre-
tado, sujeto a las reglas de ellos. Había
cosas desagradables que sucedían, no es-
taba tranquilo. Allí hay una persona, cuyo
nombre está en la justicia, que me habló y
me dijo que me quedara tranquilo, que es-
taba todo bien, que él manejaba las cosas y
al otro día mi hijo estaba muerto.
Máxima tensión en el penal
dedos morados, según dijo el forense que
trajimos desde Tucumán.
-¿Qué les dijeron en la morgue?
A.M.:
-Me dijeron que se había ahorcado
con una sábana y la marca que tenía no era
de una sábana, era de un elemento fino. En
la espalda tenía arañones y golpes. Le avisé
a mi esposo y decidimos llamar a un amigo
que es forense en Tucumán. Pusimos la de-
nuncia en la Central de Policía y con la auto-
rización del juez Guillermo Adárvez
suspendimos el velatorio y devolvimos el
cuerpo a la morgue para una nueva autop-
sia, pero debimos esperar que viniera el fo-
rense desde Tucumán.
-¿Existen diferencias entre el informe de
las dos autopsias?
A.M.: -
A mí me entregaron un certificado de
defunción donde decía que fue por ahorca-
miento. En otro espacio pusieron que fue
ahorcamiento con sábana, pero nunca fue
sábana porque el surco del cuello indicaba
que era algo fino, a eso lo dijo el médico que
hizo la segunda autopsia.
José Alé y Amelia Maldonado, siempre sospecharon que se trató de un crimen y
no de un suicidio.
Es considerada una jugada arriesgada. Desde el gobierno
insisten con que era necesaria una medida extrema. Los
motivos que llevaron al ministro de Gobierno a tomar
la decisión. Lo que puede venir.
“El que mató a mi
hijo me llamó para
darme el pésame”
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