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Viernes 3 de agosto de 2018
En San Juan, los
municipios son los
responsables de la
construcción de
reductores de
velocidad en las
calles departamen-
tales. Como no
existe legislación
al respecto, el
criterio que
adoptan es
arbitrario.
E
n la Ley Nacional
de Tránsito Nº
24.449 no existe la
definición de” lomo de
burro” y tampoco está re-
gulada su colocación como
reductores de velocidad;
por tanto, tampoco están
homologados como medio
idóneo para reducir la ve-
locidad de los vehículos.
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En San Juan, como en
otras provincias, cada au-
toridad (Estado provincial
o municipio) debe definir a
su criterio las condiciones
de tránsito y seguridad.
Así, los lomos de burro,
pianitos o serruchos pulu-
lan por las calles departa-
mentales sin un criterio
homogéneo. Polémicos,
generan reacciones a
favor –por la seguridad
para peatones– y en con-
tra, por daños o accidentes
que pueden ocasionar, al
ser un obstáculo en el libre
tránsito
.
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Para los especialistas, el
“lomo de burro” es precisa-
mente un “obstáculo” ins-
talado en la vía pública
para el tránsito vehicular,
conformado por una eleva-
ción brusca del pavimento,
con la finalidad de inducir
a los conductores a que
disminuyan la velocidad de
su vehículo.
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Al no existir una normativa
al respecto en San Juan,
cada departamento decide
dónde y cuándo poner un
lomo de burro en alguna
calle, en general a pedido
de los vecinos cuando
ocurre algún accidente de
tránsito.
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Al respecto, El Nuevo Dia-
rio consultó con el abo-
gado Roberto Icazatti,
especialista en tema de
seguros, para quien la co-
locación de los lomos de
burro es ilegal.
ROBERTO ICAZATTI- ABOGADO ESPECIALISTA EN TEMAS DE SEGURO
“Son ilegales”
—¿Por qué surgen los pianitos como forma
de reducir la velocidad en las esquinas?
—Yo soy bastante crítico de los pianitos, para
mí son para gente mal educada porque si noso-
tros fuéramos culturalmente educados, no ne-
cesitaríamos que nos estén diciendo que
tenemos que frenar o circular más despacio.
—En otros países, con un cartel de pare es
suficiente.
—Acá no, porque no lo respetamos. Si fuéra-
mos educados, bastaría con una señalización
vial normal. Se llaman reductores de velocidad
y los prevé la Ley Nacional del Tránsito. Lo que
está previsto, en realidad, es que debería haber
algún elemento que nos permita o nos exija
bajar la velocidad a la permitida. Un reductor de
velocidad tiene que tener unas características
determinadas que acá no se cumplen, por
ejemplo debe tener unos 5 mm de espesor,
porque es una señalización.
—Eso se ve en las rutas, cuando se siente
como un tac tac...
—Por donde se puede transitar tranquilamente
sin romper nada. Los lomos de burro son ilega-
les.
—El que hizo los pianitos en la calle Nuche,
en la parte nueva, en realidad construyó una
montaña
—El pianito es para que todos los que ande-
mos en cualquier vehículo reduzcamos la velo-
cidad a lo permitido. Debe poder circular una 4
x 4, un auto muy chatito súper deportivo, una
bicicleta o en una moto. Es imposible pensar
que el mismo pianito, el mismo reductor, nos
sirva para todos acá. En San Juan hubo he-
chos luctuosos, muertes, por pianitos o lomos
de burro. El lomo de burro está terminante-
mente prohibido y a raíz de las demandas, que
van para los directores de obra y los munici-
pios, han optado muchos por sacarlos.
—¿Por un accidente ocasionado por un
PUEDEN SER CONSIDERADOS OBSTÁCULOS MÁS QUE REDUCTORES DE VELOCIDAD
Los polémicos lomos de burro
lomo de burro se puede demandar al in-
tendente que lo autorizó?
—Absolutamente y al director de obra.
—¿Y quién demanda esa montaña que
construyeron entre la Legislatura y el
Centro Cívico?
—Eso es para que frenemos. El objetivo es
que frenemos e incluso para darle la priori-
dad a los peatones en esa zona. El reductor
que tendría que tener 4m por 5mm. No
tiene nada que ver con las tachas, que es lo
que se ha puesto de moda y que están ubi-
cadas en la avenida Central. Cruzar la línea
es absolutamente improcedente, porque los
cantos hacen que una bicicleta o una moto
puedan tener un accidente. Además, las ta-
chas tienen que ser longitudinales, nunca
trasversales a la calle, según dice la ley.
—Esto se terminaría si los funcionarios
son denunciados y deben responder con
su patrimonio...
—Es un problema de falta de educación
cultural. No respetamos absolutamente
nada, ni siquiera las leyes de tránsito y no
hay otra forma de mitigar la velocidad que
no sea con estas cuestiones. En la puerta
de mi casa han puesto unos reductores de
velocidad que han cruzado y han dejado un
espacio de 50 cm de cada lado, no llegan
hasta el final. Las motos pasan tocando
casi los árboles para evitar el pianito y si
esa moto se cae, la culpa será de la inten-
dencia, pero la realidad es que los tipos
pasan a una velocidad incontrolable. Somos
hijos del rigor.
El cruce peatonal elevado
frente a la Legislatura
provincial ocasiona no
pocos inconvenientes a
motos y bicicletas, entre
otros vehículos.
Otros reductores son
los serruchos o pianitos
construidos como bloques
de cemento. Últimamente
se están instalando unos de
metal, rectangulares y con
canto, que suelen ser
peligrosos para los
vehículos por las roturas
que ocasionan.
En general, todos tienen
escasa o nula señalización.
