TAPA ATLAS LINGUISTICO TOMO 1 - page 191

Instituto de Investigaciones Lingüisticas y Filológicas Manuel Alvar
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Según Alvar, la gran cantidad de o finales cerradas que le
proporcionan sus hablantes de San Juan, pertenecientes a las
localidades de Calingasta, Angualasto y Colangüil. representa
a un grupo minoritario de edad y de escasa instrucción.
Confirmamos esta aserción en el ALECuyo. La gran canti-
dad de palabras terminadas en
o
, presentan una realización re-
lajada en la mayoría de los casos estudiados pero la voz “río”
aparece que se ha cerrado en
u
en la localidad de San Agustín
de Valle Fértil, provincia de San Juan en “río seco”; y en la
provincia de San Luis en la localidad de San Francisco del
Monte, pero ,dada la instrucción del hablante de San Luis no
podemos afirmar que se trate de un rasgo de escasa instrucción
pero sí, que supone a un grupo minoritario.
La vocal e
La vocal
e
se cierra en voces como vertiente, (virtiente), re-
presa (ripresa), vertederos (virtideros), bebederos (vívideros),
neblina (niblina), (nieblina), injerto (injierto), león (lión), ve-
sícula (visícula). Esta característica, además de oscilar cada in-
formante entre una u otra vocal, se encuentra como un rasgo
extendido en la región. Con esto no quiero decir que tenga un
grado de aceptación generalizado.
Esta vacilación de timbre en las vocales átonas desencadena
otro fenómeno vocálico: la supresión de hiato en los verbos
terminados en –ear como
faenar, carnear
y
chispear
que varían
en
faeniar
carniar
y
chispiar
. La gran cantidad de informantes
mostraron no ser conscientes de su articulación en –
iar
y otros
darse cuenta y esforzarse por pronunciar -
ear
.
La consonante f
En nuestras láminas, la voz “fuente” es ejemplo de f
bilabiodental en posición inicial de palabra en casi todos los
informantes encuestados si bien alterna con una realización
bilabiodental no perdiendo la aspiración en ninguno de los
dos casos.
No podemos dejar de citar al maestro cuando argumenta
para dar el sentido de estas realizaciones:
“No creo que esta sea muestra de arcaísmo o
incultura sino que procede de una motiva-
ción mucho más amplia, que afecta también
a los hablantes cultos de todas partes, con in-
dependencia de la situación local que en al-
gún caso pueda darse.”
11
La trascendental importancia de este fonema en el sistema
fónico sólo lo puede decir el mismo Alvar:
“Tendríamos pues, que la tendencia a articu-
lar una bilabial vendría a afectar al orden de
las labiodentales que, al perder la única con-
sonante de este tipo, desaparecería por com-
pleto.”
12
En cuanto a este sonido y sus realizaciones presento la voz
“llovizna” para sustentar una hipótesis acerca de la evolución
histórica de este sonido en esta palabra.
A este respecto, voy a recurrir a las teorías de tres autores
diferentes: la de Menéndez Pidal, de Mayer Lübke y de Von
Wartburg y Steiger.
13
Menéndez Pidal opina que la articulación de
f
es labioden-
tal. Pero, para Mayer Lübke,
f
posee una articulación bilabial,
basándose en que en vasco, la labiodental pasó a ser bilabial
oclusiva sorda o sonora, f > p, f> b. Por último, Von Wartburg
y Steiger, sostienen que la existencia de la bilabial explicaría
mejor la sustitución de f> h. Así que, lo que supone este último
autor es que la
f
b ilabial perdió en su proceso histórico este
rasgo de bilabialidad, por lo que perdiéndose éste, sólo le que-
dó la aspiración representada con
h
muda.
Ahora bien, relacionando esta información con las variantes
de “llovizna”,
llofizna
*
14
, con una realización bilabiodental, y
llofina
*
15
y
llobina
*
16
articuladas una, como bilabiodental, y la
otra como bilabial; me cabe conjeturar en consecuencia, que
llofina
* puede haber sido un estadio en la evolución de la pala-
bra y
llobina
* otro posterior, con lo cual se podría decir que
probablemente la
f
fue bilabial como afirma Mayer Lübke pero
también fue labiodental solo que son dos estadios de la evolu-
ción que no tienen relación con el cambio
f>h
por no encon-
trarse en posición inicial de palabra.
La aspiración de
f
habría quedado en posición postónica
con la grafía
z
, por ende, llofizna* podría ser un estadio ante-
rior a ”llovizna”.
Por su parte, Corominas no documenta llofina* Podrían es-
tas formas del Alecuyo, por lo tanto, ser voces derivadas de la
palabra que le dio origen y de la que este autor no tiene ningu-
na seguridad al respecto de la terminación - izna.
17
Viene en ayuda a este respecto, cuando habla de la confu-
sión entre
v
y
b
, Tomás Navarro Tomás.
18
Este autor sostiene
que en la Edad Media la grafía
v
se articulaba como bilabial
fricativa por lo que
llobina
podría tener perfectamente la grafía
v
y articulatoriamente podría haber sido como bilabiodental
pues significa que le falta la intervención de los dientes supe-
riores y la tensión muscular del labio inferior, un paso, para
llofina
.
Pero, como la confusión era
v b
se quedó con grafía
v,
dado
su origen latino, y
f
se aspiró en posición final de sílaba. Quedó
entonces
f
, como un variante fonética solamente.
La Vibrante Simple r
Este fonema en posición intervocálica antes o después de
consonante y en posición final, no presenta diferencias con el
mundo hispánico ya que se trata de una fricativa más menos
relajada.
Sin embargo, Tomas Navarro Tomás en “Manual de Pro-
nunciación Española” define que este sonido resulta a veces
parcialmente mudo, cuando es final de palabra, se encuentra
11
Ibidem pág. 323
12
Ibidem pág 323
13
Ibidem pág. 322
14
En la provincia de San Luis en la localidad de Quines
15
En la provincia de La Rioja
16
En la provincia de La Rioja
17
Corominas Juan:
Diccionario crítico etimológico págs. 164-165
18
Op.cit. NAVARROTOMÁS
,
pág.91
1...,181,182,183,184,185,186,187,188,189,190 192,193,194,195,196,197,198,199,200,201,...230
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