El Nuevo Diario - page 8

Viernes 4 de marzo de 2016
Escribe
Eduardo Quattropani*
temas de la justicia
Narcotráfico: No hay milagros
E
nfrentar el flagelo del narco-
tráfico en nuestro país re-
quiere, como mínimo,
incorporar ciertos conceptos a la
estrategia estatal sin los cuales,
creo, todo no pasará de ser meros
enunciados o declaraciones de
principios.
En primer lugar hay que re-
cordar, nuevamente, que vi-
vimos en un país federal y
que ello no debe ser sinónimo de
anarquía en el tema, como hasta
hoy.
En efecto, prueba de esa
anarquía es que por Ley Na-
cional N° 26.052 del año 2005 se
invitó a las provincias a adherir a la
desfederalización de parte de la te-
mática, haciéndose cargo del lla-
mado narcomenudeo,
advirtiéndose que, a la fecha, sólo
lo hicieron Buenos Aires, Córdoba,
Salta, Chaco, Entre Ríos y La
Rioja, en tanto las restantes no
procedieron de igual forma.
Adviértase que las que adhi-
rieron jamás recibieron los
fondos prometidos por la ley, lo que
ha dado razón a las otras, por lo
menos en ese aspecto.
Ahora bien, el desorden es
evidente; la falta de una Polí-
tica de Estado con alcance nacio-
nal, también lo es.
En segundo término,
por
mucho que se intente (el ac-
tual fracaso así lo certifica) en tanto
no se implemente el Sistema Acu-
satorio –Investigación Fiscal- en el
orden federal, no cesarán las frus-
traciones y el crecimiento del nar-
cotráfico, ello pues una de las
grandes mentiras de la Justicia Ar-
gentina es que los jueces investi-
gan, ello no por incapacidad de los
magistrados, sino por vicios del sis-
tema en sí, tema que ya nadie se-
riamente discute.
En tercer lugar
hace falta la
concreción de una Mesa Fe-
deral de Coordinación de la lucha
contra ese flagelo, mesa en la que
el Ministerio Público Fiscal debe
ser el actor principal (en la mayoría
de las provincias existe la investi-
gación a su cargo), de modo tal de
compartir estrategias e informa-
ción.
En cuarto lugar
debe procu-
rarse un sistema carcelario
propio (en el país) para los narco-
traficantes, pues no solo prostitu-
yen sino que se burlan del sistema
penitenciario ordinario.
En quinto término
se re-
quiere un fuero judicial espe-
cífico, una policía especializada,
con sistema de remuneración, con-
trol disciplinario propio, y bajo la
coordinación tanto del Ministerio
Público como del Poder Político,
eso es esencial.
Suponer, como se hace, que
continuar profundizando e in-
virtiendo en el actual no sistema
traerá soluciones, es tal como es-
perar
un milagro.
s
s
s
s s
s
s s
s s
8
COLUMNISTAS
algo de alguien
Tiempo al tiempo
S
iempre he admirado y res-
petado a quienes saben
hacer buen uso del tiempo
en sus quehaceres. Donde lo noto
más es en los oficios.
Aquél herrero que prende la fragua
justo al tiempo que va a necesitarla
y casi, como que el fuego espera la
pieza. Cada golpe tiene su energía,
su dirección; pero, sobre todo,
tiene su tiempo. Según la pieza,
son los golpes y según los golpes,
es el tiempo. Cosa parecida ocurre
con cualquier trabajo hecho por
quién ni cuenta se da de los tiem-
pos porque los tiene grabados en
su quehacer. Lo mismo le
pasa aun neurocirujano que a un
vaqueano; cada cual en lo suyo
sabe qué y dónde, pero sobre todo,
sabe cuándo. Desde planificar un
viaje espacial hasta coser un
botón. El buen cocinero sabe sus
tiempos tanto como quién debe
atracar un gran tansatlántico, milí-
metro a milímetro y segundo a se-
gundo.
Es una ley de oro: cuanto más
tiempo se pierde, menos se gana;
en esfuerzos, en recursos, en ale-
gría....en vivir. El buen empleo del
tiempo es directamente proporcio-
nal al saber y al saber hacer.
A la naturaleza le tomó millones de
años aprender a hacer las cosas y
por eso un feliz embarazo dura
nueve meses, Ni más, ni menos.
Es un tiempo manejado con la más
sabia eficiencia imaginable. Crear
vida exige el eximio manejo del
tiempo; vivirla y disfrutarla debería
ser igual de exigible. Me refiero a
aprovecharlo como vivencia, no
sólo en lo utilitario. Muchas veces
la mejor inversión es quedarnos
quieto y mirar un amanecer. Otras
será pasarnos un rato enseñando a
nuestro hijo a atarse las zapatillas.
Antes, les importaba saber cuándo
madrugar y cuándo dormir; entre
medio, ¡vivían !. Alguna vez tuvie-
ron un reloj de arena. Esos que
tienen envasado siempre el mismo
tiempo. Luego aparecieron aque-
llos viejos de péndulo que, más
que darnos la hora, adornaban el
tiempo y el lugar con su ir y venir
cadencioso. Todos estos ingenios
necesitaban de nosotros para fun-
cionar. Entonces, comenzamos a
creer que éramos los que manejá-
bamos al tiempo; cosa que es
exactamente al revés.
Él nos dice cuándo nacer y morir,
no la pantalla digital ni el carrillon
de la iglesia. El tiempo no se gana
ni se pierde, pero sí nuestra exis-
tencia. Perder el tiempo debería
ser declarado un delito. Disfrutarlo
ya es un premio.
s
Vicepresidente Primero del
Consejo Federal de Política
Criminal de los Ministerios
Públicos de la República Argentina
Escribe
Gustavo Ruckschloss
1,2,3,4,5,6,7 9,10,11,12,13,14-15,16,17,18,19,...28
Powered by FlippingBook