El Nuevo Diario - page 15

pecto de la identidad de los autores
y de sus objetivos, las agrupacio-
nes de superficie de Montoneros
coreaban en las asambleas univer-
sitarias consignas al estilo
“Hoy,
hoy, hoy... hoy que contento
estoy, vivan los Montoneros que
mataron a Mor Roig”
….Ya no se
trataba de matar para defenderse y,
además, se expresaban grititos de
alegría por la muerte…
El historiador Robert Potash bus-
cando una explicación a lo irracio-
nal, escribió:
“Montoneros pensó que la indigna-
ción generada por un acto de este
tipo podría intimidar aun más al
tambaleante gobierno de Isabel
Perón. El asesinato de Mor Roig,
apenas dos semanas después de
la asunción de Isabel Perón, puede
ser visto como parte de un plan
para demostrar su poder y extorsio-
nar al gobierno”.
Ningún radical recordó en algún
acto a quien fuera diputado en la
época de Arturo Illia y presidente de
la Cámara de Diputados de la Na-
ción.
F
ue una de las infamias más
grandes cometidas en la Ar-
gentina en nombre de la po-
lítica. El brazo ejecutor fue la
soberbia montonera. La víctima: Ar-
turo Mor Roig cuando, ya retirado
de la actividad política, se encon-
traba sin custodia alguna en un res-
taurante de San Justo.
El asesinato fue el 15 de julio de
1974.
El país vivía en democracia, la víc-
tima había contribuido al retorno de
esa precaria democracia y ya es-
taba retirado de la vida pública.
s s s
Pero presentemos al personaje.
Arturo Mor Roig había nacido en
Lérida, España el 14 de diciembre
de 1914. Emigró a la Argentina
junto a sus padres, radicándose en
San Pedro, provincia de Buenos
Aires, donde pasó su juventud.
Se graduó en la Universidad de
Buenos Aires y posteriormente re-
alizó su doctorado en Ciencias Polí-
ticas en la Universidad Católica
Argentina.
Ya casado se radicó en San Nico-
lás de los Arroyos, en donde se
casó y tuvo cuatro hijos.
s s s
Siempre fue tenido por un político
moderado de reconocida capacidad
pero que, por haber nacido en Es-
paña, nunca podría llegar a la pre-
sidencia de la Nación. Se afilió a la
Unión Cívica Radical en 1939. Tras
haber actuado como concejal en
San Nicolás, fue electo senador
provincial en Buenos Aires, cargo
que desempeñó entre 1953 y 1955.
En 1958 Mor Roig resultó elegido
diputado nacional ejerciendo su
cargo hasta 1962, cuando fue de-
rrocado Frondizi por un golpe de
estado que intervino todas las pro-
vincias, y clausuró el Congreso.
Apoyó a Arturo Illia en las eleccio-
nes de 1963, cuando volvió a ser
elegido diputado nacional y ocupó
la presidencia de la Cámara de Di-
putados, hasta el nuevo golpe de
estado de 1966, que instaló la dic-
tadura del general Onganía.
s s s
Durante la presidencia de facto de
La entrevista con Arturo Mor Roig en la Casa Rosada. Quien esto escribe aun no usaba barba.
Alejandro Agustín Lanusse, ocupó
el cargo de Ministro del Interior,
siendo Mor Roig miembro de la
mesa directiva del Partido Radical.
Y acá tenemos que ser sinceros.
Aunque en público se hicieran los
desentendidos, está claro que Mor
Roig llegó al cargo con la acepta-
ción tácita de su partido que bus-
caba una salida electoral. Y lo que
es peor, la clase política –entién-
dase radicales y peronistas-
guardó silencio cuando fue asesi-
nado.
s s s
Yo lo entrevisté por Diario de Cuyo
cuando fue ministro. En ese enton-
ces era un joven periodista de 25
años. La charla fue en la Casa Ro-
sada y allí habló de la derogación
de la Ley N° 18.975, que prohibía
las actividades de los partidos po-
líticos y la devolución de los bie-
nes a los partidos.
Es más, Mor Roig impulsó la
creación de la Cámara Nacional
Electoral, y la sanción del Código
Electoral incluyendo la convocato-
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Viernes 13 de octubre de 2017
COLUMNISTAS
@JuanCBataller
Juan Carlos Bataller
Por
Juan Carlos
Bataller
ria a elecciones generales para el
11 de marzo de 1973. Impulsó el
Gran Acuerdo Nacional, basado en
el proyecto La Hora del Pueblo, que
buscó el diálogo y la salida electo-
ral al gobierno militar.
Según las crónicas, tras su paso
por el Ministerio del Interior, se re-
tiró de la actividad política, mudán-
dose a un departamento ubicado
en la calle Arenales al 2000 Ciudad
de Buenos Aires. Se dedicó a escri-
bir artículos para el diario “El Día”
de la ciudad de La Plata.
s s s
Quienes hemos ejercido este oficio
durante muchos años no podemos
aceptar en nombre de la verdad
que se considere actos “heroicos” a
simples asesinatos sin explicación
alguna. Mor Roig, como el líder de
la CGT José Rucci –hombre muy
cercano a Perón- y muchos gremia-
listas o gerentes de empresas no
eran precisamente “representantes
de la dictadura” ni fueron asesina-
dos durante gobiernos militares.
Por si alguna duda quedaba res-
Un asesinato
irracional
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