Viernes 13 de octubre de 2017
imágenes
Día del Patrimonio Natural
y Cultural Argentino
E
n 1990 se decretó el 8 de
octubre día del “Patrimonio
Natural y Cultural Argentino”,
un tema difícil en la década del 90
y que no ha perdido problematici-
dad, ni en el país ni en San Juan,
donde es objeto central de discu-
sión.
El patrimonio – en sentido general
– es el conjunto de bienes que una
persona recibe por herencia fami-
liar, se extiende el término a la ca-
racterización de los bienes
heredados por una familia, barrios,
pueblos, provincias, nación y hu-
manidad. Más allá del concepto de
herencia, es importante señalar los
tipos de bienes que se pueden he-
redar.
Uno de los criterios para determi-
nar el carácter de “bien” es el sig-
nificado económico. En tal sentido,
el patrimonio natural – agua, petró-
leo, bosques, condiciones del te-
rreno, clima, etcétera – es un
conjunto de objetos y condiciones
que garantizan el presente y las
posibilidades de vida futura de una
comunidad. El patrimonio natural
no se reparte de igual manera en
todos las naciones, es un destino
inscripto en el territorio y el desa-
rrollo tecnológico alcanzado.
El patrimonio cultural se define por
la contribución que objetos, cos-
tumbres y saberes provocan a la
identidad de los portadores. Lo he-
redado es una manera de relacio-
narse con la naturaleza, consigo
mismo y con los demás. En tal sen-
tido, poseen un origen histórico, su
valor identitario provoca efectos en
mercancía y ha generado un formi-
dable mercado al respeto que
abarca: restos arqueológicos, res-
tos históricos, joyas, obras de arte
antiguas y contemporáneas, entre
otros múltiples rubros.
La historia de los museos europeos
es un efecto de las políticas colo-
niales, pero tampoco se trata de un
proceso unidireccional. El valor de
lo único y lo auténtico es un valor
occidental y en muchos casos, las
copias poseen idéntico valor en
otras áreas culturales.
La función de los herederos es
“guardar” – en tanto defender su
posesión y cuidar la conservación -,
pero también acrecentar y desarro-
llar todas las posibilidades de lo he-
redado. En el caso del patrimonio
cultural no hay un solo responsable,
sino que es tarea de los individuos,
grupos, instituciones públicas y pri-
vadas e inclusive la humanidad
toda en el caso de aquellos bienes
que forman parte de la identidad
como especie humana.
Ciertamente en una provincia sís-
mica, el patrimonio cultural siempre
está sometido a posibilidades de
catástrofes. Las colecciones de
fotos, los estudios de arquitectura,
la preservación del patrimonio del
Museo Franklin Rawson, la crea-
ción de un Museo de la Memoria ur-
bana, significan un acrecentamiento
de la conciencia patrimonialista, en
tanto colecciones y puestas en
valor.
Sin embargo, es tarea de los equi-
pos técnicos el relevamiento de los
bienes culturales, el descubrimiento
de aquellos relictos que han que-
dado de otros tiempos y las cos-
tumbres emergentes que nos
constituyen. Muchos hitos que
hacen a la identidad han sido ma-
yoritariamente desconocidos o des-
valorizados, como los restos
precolombinos. Otros no han sido
recuperados por pertenecer a gru-
pos subordinados – sectores de la
Ciudad o los pueblos -. La memoria
individual no es suficiente, si se los
desea integrar a la identidad provin-
cial, resulta imprescindible conocer-
los, para respetarlos y hacerlos
fructificar.
s
18
COLUMNISTAS
Escribe
Eduardo Peñafort*
*Filósofo. Crítico de arte
todas las comunidades humanas y
es mediado por objetos de distinto
valor económico, aunque de igual
valor significativo.
Desde el punto de vista del sujeto,
los bienes culturales poseen valor
absoluto; desde el punto de vista
objetivo, se plantean diferencias.
Algún elemento muy humilde,
puede ser el símbolo de la identi-
dad familiar o de cualquier otro
nivel de identidad. Pero claro está
que existen objetos que por sus
materiales, formas y uso poseen
valores económicos diferentes.
Esto convierte bienes culturales en
El Auditorio Juan Victoria forma parte del Patrimonio Cultural Sanjuanino
