transcurre dentro canales previsibles.
Pero a partir de “Las mil y una
noche” se ha empezado a proyectar
masivamente propaganda de viajes
por medio de Turkish Airlines. Actores
de ese origen formaron parte de la
troupe del “Bailando…” – no se debe
olvidar que en otra edición participó
la Cicciolina (super estrella de otro
género) -. Esto no deja de dar que
pensar, puesto que todo Medio Oriente
atraviesa conflictos bélicos muy im-
portantes.
Lo de Corea del Sur resulta todavía
más exótico, pero así como Estambul
sorprendió por su modernidad, segu-
ramente Seúl revelará sus posibilida-
des turísticas puesto que es uno de los
conglomerados humanos más grandes
y posee una poderosa economía; no
tan al margen de una confrontación
política muy compleja. En realidad no
se descubren nuevos modos de amar,
sino que abren nuevas posibilidades
en el mercado globalizado y se juegan
ubicaciones geopolíticas.
su caniche toy justicialista, que en vez
de aullar entonaba la marcha en la
versión de Hugo Del Carril, y cuando
te tomabas las manos como el saludo
alfonsinista, gruñía y te garroneaba.
Lealtad ciega y militancia canina a
ultranza, un ejemplo. Algunos radica-
les los consideran parte de la “mal-
dita herencia recibida”, una
exageración.
No solo esta coqueta raza que nece-
sita coiffeur cada tanto es protago-
nista de la historia política argentina,
sino también cambió varios paradig-
mas de nuestro acervo cultural.
“Cómo extraño salir a las liebres con
mi compadre Godoy, hace ya un año
no tiene más galgos, y se compró un
caniche toy...”, dice la cueca “La del
caniche toy” de Nelson Oyola. Claro
ejemplo de la incidencia de la raza en
el nuevo cancionero cuyano.
Son casi las cinco de la mañana,
“Jero” sigue angustiado y a los chi-
dridos nos lo hace saber. Yo desve-
lado y resignado al insomnio, pero
armonizado. Estoy yendo a yoga. Ya
probé tirándole unas albondiguitas
con Flores de Bach, pero no, no hay
caso.
Viernes 26 de febrero de 2016
18
Caniche Toy: el perro peronista
¿El amor se globaliza?
pasa un testigo de Jehová, o un mu-
sulmán, o el cartero, o viene alguien,
o se va alguien, o una mosca levanta
vuelo, o está enojado, o tiene hambre,
o tiene frío, o calor, o lo retan, o ve
otro perro, o suena el teléfono, o
suena el timbre, y miles de situaciones
diarias más, o porque si nomás. Tiene
otro sonido característico que el
dueño no conoce pero los vecinos sí.
Es el “aullido”, un lamento lastimero
que se da en ausencia de sus amos, y
traspasa las paredes y el corazón,
hasta llegar a impactar en las zonas
bajas. El aullido nocturno o siestero,
según científicos estudiosos del tema,
tiene el mismo efecto en el vecino que
vivir al lado de Valeria Lynch can-
tando ininterrumpidamente “Muñeca
rota”
Para situarlo en un marco histórico y
político, conocido es que para Perón
y Evita, el caniche toy fue su raza fa-
vorita. “Tinolita” y “Monito” (vaya
paradoja), fueron dos de sus ejempla-
res más queridos. Por algo se lo
llama el “perro peronista”, con el
tiempo desplazó de las preferencias al
otrora popular y exoftálmico pequi-
nés, llamado por los militantes justi-
cialistas, el “perro gorila”, ya que
era muy común entre los radicales y
opositores. Hoy en día los pequineses
prácticamente ya casi no se ven,
igual que los radicales. Cafiero siem-
pre contaba la anécdota de “Pipo”,
E
n mi barrio, el ICT (índice ca-
niche toy) es de 8,75. Esto sig-
nifica que hay un animalito
ruludo de estos cada 1,29 humanos. La
OMS considera desde 7 ya un valor
peligroso para la salud humana.
Son las dos y pico de la mañana. Estoy
desvelado y medio que ya desistí de
otro intento de conciliar el sueño. Lo
que pasa es que “Jero”, el canichito
toy de al lado, seguramente por alguna
travesura fue condenado por sus due-
ños a pasar la noche afuera, y nosotros
fuimos condenados a pasar una noche
entre aullidos y raspado de puerta.
Todos los perros, sea cual sea su raza,
tamaño y formato, provienen del lobo.
Ahora, cómo llegamos del ancestral
lobo a “Jero”, no puedo imaginarlo.
Al lobo esto lo debe avergonzar en
algún punto creo. Esta selección que
hizo el humano convirtió al caniche
toy en una mascota de interiores, como
un poctus. Faldero por excelencia y
ruidoso sin clemencia, este estridente
peluche se ganó el corazón de las fa-
milias argentinas. Anatómicamente
está capacitado para llegar a emitir
frecuencias sonoras únicas, las que
usa con mucha frecuencia diaria.
Posee dos voces características, el
“chidrido”, que es una mezcla letal de
chillido con ladrido. Lo usa cuando
está contento, o vienen sus dueños,
Alejandro Segovia
*
Escribe
* Veterinario y músico
EL LADO B DE LA NOTICIA
s
s
Eduardo Peñafort
*
*Filósofo, Crítico de Arte
.
Los prota-
gonistas de
Las mil y
una no-
ches, una
de las no-
velas ex-
tranjeras
que fue
furor en Ar-
gentina.
L
a determinación del impacto del
cine sobre las relaciones amoro-
sas es inconmensurable. En la
década de 1920 se bailaba el shimmy
“Japonesita”, en el que se alababa:
“los suaves ósculos de miel/ que tu bo-
quita sabe dar…”. Sin embargo, re-
sulta impensable que el famoso beso
de Nita Naldi y Rodolfo Valentino en
1922 no haya influido en la fantasía y
las prácticas del amor.
Si bien en la década de 1930 se esta-
blecieron las imágenes permitidas y
prohibidas del amor (en relación con
la sexualidad, la legitimidad, los deli-
tos y la diversidad); en los tiempos de
Internet, donde una tecla pone a dis-
posición las imágenes del tipo de com-
binación sexual “a la carte”; resulta
más importante volver sobre el amor,
en tanto marco de la sexualidad e in-
grediente ilusorio imprescindible para
vivirla plenamente.
A partir de la segunda mitad del siglo
XX, el tratamiento artístico más popu-
lar del tema se realizó en las telenove-
las, que cruzaron los imaginarios de
todas las edades y estamentos sociales
en el ámbito doméstico; aunque los
hombres siempre fueron reacios a con-
vertirse en sus espectadores. Al prin-
cipio, los creadores producían dentro
de los límites del código del cine y al-
canzaron éxitos resonantes más allá de
lo previsible de las situaciones y lo es-
tereotipado de los personajes. Lo exó-
tico fue un aditamento del género – en
particular la irrupción de tipos socia-
les que en condiciones normales se es-
timan como marginales o
subordinados, relaciones sacrílegas y
algunos personajes extranjeros -, pero
el siglo XXI ha traído la novedad de la
difusión de telenovelas producidas en
áreas no hispanohablantes.
Escribe
IMÁGENES
ss
Si bien Argentina es una de las más
importantes productoras de formatos
televisivos, han ingresado al mercado
producciones turcas y, a partir de este
año, surcoreanas, que han alcanzado
un gran éxito de rating. Se podría pen-
sar que el mismo se debe al despliegue
de variaciones de sensibilidad que re-
velan nuevas dimensiones de la vida
afectiva. Sin embargo, este aspecto re-
sulta dudoso. Ciertamente se muestran
otras costumbres, pero las situaciones
se replican sin mayor innovación.
Con respecto a la idea del amor, todo