Los casos de justicia por
mano propia ponen en el
centro del debate al rol
que cumplen la Justicia, la
Policía y los medios de
comunicación. La falta de
credibilidad en las institu-
ciones y el peligro de in-
centivar la ley del talión.
“Uno menos, este no jode más”, dijo
Eduardo Feinmann sobre el ladrón
que mató el médico en Loma Her-
mosa, cuando le quiso robar el auto.
A los pocos días, un carnicero de
Zárate atropelló a un hombre que
acababa de robarle, y no tardaron
en llegar comentarios de famosos y
especialistas, sobre la justicia por
mano propia y pena de muerte.
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“Si un delincuente entra a mi casa y
daña a mi familia, le pego siete bala-
zos”, dijo María Leal, una de las tan-
tas figuras que se refirió al tema.
Aunque hubo mensajes de apoyo a
las palabras de la actriz, también fue
fuerte el cuestionamiento hacia los
peligros de fomentar la
ley del talión
como alternativa al incremento de la
violencia y el descreimiento en las
instituciones tradicionales. En este
último sentido construyó su tapa la
Revista Noticias, que utilizó un men-
saje polémico para llamar la aten-
ción. “Haga Patria, mate a un ladrón”
fue el título para el ensayo de Bea-
triz Sarlo, quien planteó una refle-
xión sobre “el drama de una
Argentina entrampada en la margi-
nalidad y la violencia” y los peligros
de incentivar al “fascista que una
preocupante mayoría de argentinos
lleva dentro”.
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¿Es una verdadera ley de la selva o
se trata de casos aislados, instala-
dos en el centro de la agenda para
impulsar cambios legales? Si bien
las opiniones se dividen, la realidad
indica que más allá de los motivos,
aumenta el miedo a un robo violento
y muchas personas buscan armarse
para defenderse. Y aunque para al-
gunos este nivel de delincuencia aún
se mantiene en grandes ciudades
como Buenos Aires, muchos asegu-
ran que esta escalada de violencia
ya hace estragos en las provincias
como San Juan. Para analizar el fe-
nómeno desde diversas perspecti-
vas, El Nuevo Diario consultó a
profesionales de la Justicia, la Psico-
logía y el Trabajo Social.
Viernes 30 de septiembre de 2016
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GABRIEL LANZI, BAJISTA
Una nota de
Graciela Marcet
CASOS AISLADOS O CAMBIO DE PARADIGMA EN LA
EL OJO POR OJO,
¿una tendencia que crece?
—¿Hay preocupación real por casos de
justicia por mano propia?
—Son hechos conmocionantes pero no po-
demos decir que sean cuantitavamente ex-
presión de una realidad. El Código Penal
trata muy sabiamente el tema de la legítima
defensa y los jueces y los fiscales deben in-
terpretar las nuevas realidades. Por ejem-
plo, si hace 20 años una persona entraba a
un domicilio, el ciudadano presumía que ve-
nían a robar. Hoy la experiencia le marca
que no solamente vienen a apoderarse de
cosas sino que también vienen armados y
muchas veces drogados, entonces pre-
sume que pueden cometer ultrajes.
—¿Qué deben interpretar los jueces y
fiscales?
—Lo que hace 20 años podía interpretarse
como un exceso en la legítima defensa, hoy
puede entenderse como legítima defensa
porque la amenaza que siente hoy el ciuda-
dano es mucho mayor. No se trata de modi-
ficar el Código, sino de que los jueces
interpreten la realidad del ciudadano frente
al delito. Los tribunales están actuando con
mucha racionalidad porque en todos los
casos que conocemos de legítima defensa,
las personas que la ejercieron están en sus
casas como debe ser.
—¿Qué pasa cuando los famosos em-
piezan a hablar en los medios sobre
mano dura?
—Cada hombre público puede decir lo que
quiera y para eso estamos en democracia.
Lo que pasa es que los legisladores y los
jueces no deberían creer que la opinión pú-
blica es solo la opinión publicada. La opi-
nión pública es lo que una sociedad
reclama en un momento determinado, no lo
que reclama Susana Giménez, María Marta
Serra Lima o Roberto Piazza, aunque sean
respetables. La Justicia no tiene que
dejarse llevar por esto.
—¿El ojo por ojo tiene que ver con
falta de credibilidad en la Justicia?
—Hay que acabar con ese versito por-
que no tiene nada que ver. Lo que pasa
es que hay una delincuencia y una socie-
dad mucho más violenta y no es culpa de
los jueces ni de los periodistas. La gente se
siente amenazada cuando entra una per-
sona a su casa. No importa si cree o no en la
Justicia porque a ninguna persona, que no
sea delincuente, le gusta matar. Nadie mata
porque lea un título en el diario. Ni los jueces,
ni los fiscales, ni la prensa, por más petulan-
tes que nos sintamos, condicionan a nadie
para matar. La gente mata porque no le dejan
opción. Al sentir en peligro su vida o la de los
suyos, comete un acto que nunca cometería
normalmente y queda condicionada psicológi-
camente toda su vida.
EDUARDO QUATTROPANI, FISCAL
GENERAL DE LA CORTE DE JUSTICIA
“La gente mata porque
no le dejan opción”
ANTONIO DE
TOMMASO, DOCTOR
EN TRABAJO SOCIAL
“La violencia
no se calma
con más
violencia”
—¿Existe un cambio generali-
zado en relación a la justicia por
mano propia o son casos aisla-
dos?
—Son casos aislados. Son miles
los delitos que hay por día y sin
embargo son aislados los casos
en que hay justicia por mano pro-
pia. Lo que pasa es que cuando
hay un caso de este tipo tiene una
trascendencia mediática mucho
más fuerte. El ojo por ojo y diente
por diente es una cosa muy anti-
gua y primitiva, por lo cual sería un
retroceso al primitivismo. No tengo
datos fidedignos para sostenerlo
pero creo que se puede deber a la
falta de credibilidad en la Justicia,
la Policía y en el respaldo del Es-
tado, a un aumento de la agresivi-
dad y a la disminución de la
tolerancia en las víctimas.
—Hace un tiempo hubo una
gran difusión de los casos de
linchamiento.
—Eso obedece más que nada a
una moda mediática. Cuando en
la televisión aparece que lincharon
a Juan o a Pedro, se vuelve conta-
gioso. Cuando los medios dejaron
Este hombre, de oficio carnicero, atropelló y mató a un ladrón que le robó.