El Nuevo Diario - page 11

Viernes 30 de septiembre de 2016
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SOCIEDAD
de hacerse eco de este tipo de
casos, disminuyeron los lincha-
mientos públicos. Técnicamente
se le llama efecto imitación, todos
imitan una conducta que se su-
pone que está socialmente acep-
tada. Igualmente no creo que la
justicia por mano propia haya en-
trado como una moda en San
Juan. Yo diría que es una cosa de
las grandes urbes como Buenos
Aires.
—¿Qué consecuencias tiene el
consultar sobre estos temas a
personas que no son especia-
listas, como pasó con María
Leal o María Marta Serra Lima?
—Por supuesto que ese tipo de
opiniones incide fuertemente.
Cuando alguien dice “si a mí me
roban yo le doy siete balazos”, es
una incitación a la violencia. Lo
grave es cuando un país que se
supone civilizado empieza con
este tipo de cosas porque no sa-
bemos dónde termina. Tenemos
que regirnos por las normas por-
que si no nos vamos a matar por
cualquier cosa.
—¿Hay un descreimiento en la
Justicia?
—A pesar de creer que la Justicia
es lenta, la gente sigue confiando
en ella porque si no no iría a de-
nunciar los delitos ni llamaría a la
Policía cada vez que hay un robo.
Estoy seguro que de cada 100 de-
litos, el 99% va a parar a la Justi-
cia y el 1%, es justicia por mano
propia. Lo malo de esto es incen-
tivarlo y mostrar que podría ser
una buena alternativa para reducir
el delito. Estas cosas no reducen
el delito porque la violencia no se
calma con más violencia.
—¿La reacción frente a un ata-
que es individual o influida por
una tendencia social?
Tiene que ver con las dos
cosas. Para poder disparar un
arma hay que tener una dosis de
agresividad interna que se da a
nivel individual. Pero, a nivel so-
cial, la inteligencia emocional
está cambiando y el enojo está
apareciendo como emoción pre-
valente. Ese cambio está relacio-
nado al hecho de tener la
comunicación al instante de lo
que pasa. Hay un fenómeno so-
AÍDA GARCÍA, PSICÓLOGA
“El enojo está apareciendo como emoción prevalente”
cial de poner lo malo afuera y
buscar culpables. Se pierde la
capacidad de reflexionar qué
puedo hacer ante algo que me
enoje.
—Le atribuye un rol fundamen-
tal a la comunicación.
—Creo que lo mejor que podrían
hacer los medios es dar la noticia
mala pero a continuación dar
otra buena. Las emociones son
la base del ser humano y cuando
se muestra solo una cara, mu-
chas personas empiezan a opi-
nar sobre la pena de muerte o la
mano dura. Y ahí el problema es
ver quién va a decidir quiénes
son los buenos, quiénes son los
malos y a quiénes matamos.
—¿La educación incide en
cómo reaccionar?
—La educación tiene que ver
pero en momentos extremos
aparecen reacciones más impul-
sivas. Sin embargo, no cual-
quier persona puede disparar y
matar. Mi preocupación es que
esto aumente en la medida en
que sigamos buscando causas
y culpas afuera y no hagamos
una cuestión más reflexiva. En
muchos lugares, los barrios se
están organizando para prote-
gerse y funcionar como comuni-
dad y no tanto individualmente.
Eso también cambia las emocio-
nes.
—¿Qué consecuencias psico-
lógicas tiene la persona que
mata por legítima defensa?
—En algunos casos puede traer
un proceso de negación y que
se sienta más envalentonada
para volver a hacerlo. Otros
pueden caer en cuestiones más
depresivas porque no es algo
que hubieran deseado hacer.
Si reaccionamos matando, sig-
nifica que tenemos una fuerte
dosis de agresividad que des-
conocíamos. Se nos prepara
para algo en la vida y hoy creo
que nos están preparando para
hacer justicia por mano propia,
con lo cual no acuerdo.
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