Viernes 11 de noviembre de 2016
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PLANIFICACIÓN URBANA
nizaciones por su carácter de tierras pro-
ductivas que deberían ser preservadas, en
lugar de estar seriamente amenazadas
por el avance de loteos y barrios. El plan
para el Área Metropolitana de San Juan
plantea un conjunto de propuestas, desde
estrategias tributarias, incentivos a la mo-
vilización de suelo subocupado, modifica-
ciones normativas en términos de
zonificación, entre otras. Actualmente, la
Subsecretaría evalúa todo proyecto de
obra pública en términos de su localiza-
ción y la obra privada que a consideración
de la Dirección de Planeamiento resulte
oportuna por su impacto territorial.
—¿Qué consecuencias tiene la pérdida
de los espacios libres que existían
entre las poblaciones?
—El crecimiento compacto supone mane-
jar valores de densidad adecuados, crear
entornos amigables. No implica “rellenar
todos los espacios” con viviendas o edifi-
cios. Cuando esto sucede, nos enfrenta-
mos a entornos agobiantes, saturados,
que reducen la privacidad y las posibilida-
des de apropiación, la interacción de los
vecinos y el sentido de comunidad.
—¿Cómo fue la experiencia del ordena-
miento territorial en Pocito?
—El ordenamiento territorial en Pocito, de-
sarrollado desde la Facultad de Arquitec-
tura, marca un punto de inflexión en la
estrategia de abordaje territorial, donde
cobran valor los procesos participativos.
Hoy se rediscuten algunos criterios vincu-
lados a la zonificación propuesta en vista
a la preservación del suelo productivo y al
avance de los loteos.
—En los últimos años la planificación
en San Juan dependió más del mer-
cado inmobiliario que de Urbanismo del
gobierno. ¿Cuáles son las consecuen-
cias de este tipo de política?
—La consecuencia es la ciudad que tene-
mos, dispersa, discontinua, con un soste-
nido crecimiento periférico sobre suelo
productivo. La lógica del mercado ‘vende’
una imagen positiva del campo (aire puro,
verde, tranquilidad) y desde este lugar
abre la puerta a la localización de urbani-
zaciones privadas, que ya desde su em-
plazamiento aumentan el valor de suelo,
proceso frente al cual las chacras, las fin-
cas y olivares no pueden competir, ade-
más de poner en riesgo la agricultura
periurbana y familiar. Para algunos es un
negocio, para otros implica la pérdida de
sus tierras, de su fuente de trabajo, o la
expulsión hacia actividades terciarias. Te-
nemos la oportunidad de modificar esta ló-
gica de intervención y ocupación del
territorio.
“Hay un crecimiento
discontinuo y disperso
en la periferia”
—¿Por qué el Conector Sur recibe tan-
tos elogios como críticas?
—El Conector Sur no debía ser una vía,
por más que nos parezca fantástico por-
que llegamos rápido desde Rawson hacia
Capital. En realidad tenemos varias vías
en paralelo en el sentido norte—sur, que
podían ser recuperadas para plantear una
vía de conexión rápida. Si lo miramos a
escala metropolitana nos damos cuenta
que esa vía vinculaba todo el eje con el
Parque de Mayo y el Parque de Rawson y
se generaba un parque lineal que ahora
es irrecuperable y hubiera servido para
coser la planta urbana. Pero la vía fue di-
señada en función de la cantidad de autos
que querían que circulen y termina brus-
camente, detrás de una escuela. Tiene
que ver con una falta de organización de
los usos del suelo.
—Gran parte del ordenamiento urbano
lo han realizado las empresas cons-
tructoras.
—En Latinoamérica el Estado ha sido
débil frente al poder del mercado y no ha
podido poner freno. Hoy el crecimiento de
la planta urbana en los bordes es el tema
más candente, no solo en San Juan sino
en todas las ciudades porque hay un cre-
cimiento discontinuo y disperso en la peri-
feria. Es el Estado el que a través de la
vivienda social coloca viviendas en los
bordes. A dos kilómetros del borde de la
planta urbana, en Chacabuco y calle 5, te-
nemos un conjunto de 1.000 viviendas
que ha generado inconvenientes. Uno de
ellos es la distancia y no solo se trata de
una cuestión de dispersión física sino que
afecta lo económico, lo social, la gente
que pierde su trabajo y no tiene cómo
transportarse. Los que vivimos lejos, le
ponemos plata a eso en la extensión de
las redes de gas, electricidad y agua.
—¿Por qué entonces el Estado cons-
truye en los bordes?
—Porque hay una lógica del costo inicial
del terreno que es barato. El problema es
que después se encarece cuando hay
que proveer la infraestructura. El Estado
no está entendiendo que la vivienda no es
solamente un techo sino que es un dispo-
sitivo de integración urbana. Cuando una
persona accede a una vivienda, accede a
la vida urbana, a equipamientos y servi-
cios. Sin embargo, el Estado también ha
hecho muchas cosas. En la gestión ante-
rior se licitaron 3.000 viviendas que, a di-
ferencia de las otras mil, fueron
distribuidas en los distintos departamen-
tos en grupos de 300 u 800. Se aprendió
una lección.
—¿Estas cosas no son previstas en la
planificación?
—Los pliegos de licitación decían que los
terrenos debían estar ubicados al interior
de la planta urbana e incitaban a una
compactación de la planta. Pero lo que se
hizo fue extender el límite para comprar
esos terrenos. Los privados se llevan la
peor parte porque la zona sur está pla-
gada de loteos que se comen el cinturón
verde y las tierras productivas.
“Hay que intervenir
zonas como
Concepción en las
que nadie invierte”
—¿Hay zonas desaprovechadas en la
ciudad? ¿Qué se puede hacer desde el
Estado?
—La planta urbana está llena de agujeros
que son las tierras vacantes. No solo son
los baldíos sino que hay tierras subocupa-
das a medio minuto del centro. Hay zonas
en las que la gente no tiene el poder eco-
nómico para hacer una transformación y
entonces el Estado tiene que intervenir.
Tenemos un proyecto para Concepción al
que le estamos buscando financiamiento.
El Estado convoca a los privados para
construir, esa gente pone la tierra y se le
canjea el valor por uno o dos departamen-
tos o lo que corresponda. Es lento gestio-
nar con cada dueño porque en muchos
lugares hay un problema de títulos pero el
Estado debe habilitar el camino. Si no se
hace esto, estas zonas están en un cír-
culo vicioso porque no se renuevan, nadie
invierte ahí y se siguen deteriorando, aun-
que estén en el centro.
—¿Son suficientes los espacios ver-
des en el Gran San Juan?
—En un contexto de marcada aridez es
complejo alcanzar un nivel adecuado de
espacios verdes. Los estudios desarrolla-
dos en la Facultad de Arquitectura recono-
cen un elevado déficit de espacio verde
público, déficits importantes en términos
de arbolado público y un parque urbano
con superficie insuficiente. Está problemá-
tica está asociada, entre otras causas, a
la falta de sistematización y eficiencia en
el riego. Por otra parte, los espacios ver-
des no solo son importantes en términos
bioclimáticos sino desde una dimensión
social. De aquí la necesidad de actuar en
defensa de estos espacios, cuando son
amenazados por intervenciones o dona-
ciones que pretenden cambiar su uso.
4 zonas bajo la lupa
Zona sur:
Pocito y Rawson
son dos de los departamen-
tos que mayor crecimiento
urbano irregular tuvieron en
los últimos años. La falta de
planificación repercute en
un avance excesivo sobre
tierras productivas, que no
están preparadas para reci-
bir a los nuevos barrios.
Avenida Ignacio
de la Roza:
Según
Malmod, la con-
gestión no res-
ponde meramente
a un problema vial
sino esencial-
mente a una falta
de planificación de
los usos y servi-
cios de la zona.
Conector Sur:
Aunque
esta vía es de utilidad
para quienes transitan
diariamente de Rawson a
Capital, los especialistas
critican tanto su diseño
como su ubicación y su
culminación abrupta, en
frente de una escuela.
Eje ferrourbanístico:
En
los últimos años, obras
públicas como el Centro
de Convenciones, el
Museo Provincial de Be-
llas Artes y el Teatro del
Bicentenario fueron em-
plazadas en esta zona
con el objetivo de crear un
área cultural. Sin em-
bargo, la puesta en fun-
cionamiento del Centro
Cívico y la habilitación de
otros edificios terminaron
por generar un excesivo
flujo, que se vuelve crítico
en las horas pico y en
épocas de concentración
popular como febrero,
cuando se realiza la
Fiesta del Sol.
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Desde su rol de asesora de la Subsecretaría de Planificación Territorial, Alicia Malmod
asegura que el Estado está trabajando para resolver los problemas del Gran San Juan.
