Viernes 14 de julio de 2017
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A
sus 70 años, Sussy Olivares sigue
siendo tan coqueta como siempre.
En su juventud estudió técnica en
estadística hospitalaria, pero la vida la llevó
a cursar una tecnicatura en Hemoterapia y
esa su finalmente la profesión que abrazó
hasta su jubilación.
“Menos un Papa y un presidente, he
transfundido a todo San Juan”,
dice con
humor esta mujer que sostiene que en su
casa no sabría qué hacer. Su marido José
Segovia, en cambio, se jubiló como do-
cente y descubrió la tecnología, entonces
su vida se reparte entre las noticias a las
que accede a través de la computadora y
los cientos de libros que siempre quiso leer
y hoy tiene el tiempo para hacerlo.
“Antes, si él no salía, yo tampoco.
Ahora, le digo: Voy a tal lado, ¿vas? Y si
no quiere salir, me voy sola. Aunque últi-
mamente empezó a salir más”,
cuenta di-
vertida.
—¿Cuándo empezó a trabajar en Hemo-
terapia?
—Me jubilé en el Hospital Marcial Quiroga,
pero comencé en el Hospital de Caucete. El
director de ese momento me ofreció una
beca para cursar una tecnicatura en Hemo-
terapia porque no había mucho personal.
Fue en 1970, más o menos. En todos estos
años, menos un Papa y un presidente, he
transfundido a todo San Juan... Estaba de
guardia cuando el terremoto de Caucete y
también cuando se cayó el colectivo con la
banda de música en El Tambolar.
—¿Qué pasó cuando se jubiló?
—Nunca me vi en mi casa, sentada to-
mando mate. Respeto a las personas que
toman esa decisión, de hecho mi marido se
jubiló como docente de la Escuela
Boero y se pasa todo el día leyendo, en
la computadora o libros. Además es ra-
dioaficionado. No sé qué lee tanto. A mí
también me gusta leer pero no lo hago
tanto como él. Antes, si él no salía, yo
tampoco. Ahora, le digo: Voy a tal lado,
¿vas? Y si no quiere salir, me voy sola.
Aunque últimamente empezó a salir
más.
SUSSY OLIVARES, 70 AÑOS
“La actitud y la aptitud son un
combo para seguir adelante”
—¿Cuántos llevan de casados?
—Llevamos 45 años, con altibajos
como todas las parejas, pero supimos
congeniar, perdonar y entendernos.
Tenemos tres hijos: Verónica, Marcela
y José y siete nietos.
—¿Es de cuidar a sus nietos?
¿Cómo le dicen?
— Mis nietos me dicen Sussy, no me
gusta que me digan abuela, y a mi
marido, tata. El más grande ya tiene
24 años, y ellos saben que si me ne-
cesitan estoy, pero no soy estar todo
el día con ellos. Creo en la calidad de
los tiempos que compartimos, y mis
hijos, por ejemplo, nunca me reclama-
ron.
—¿Cómo es su día?
—Me levanto todos los días a las 6.30
de la mañana y salgo a caminar.
Luego hago varias cosas durante el
día, no estoy quieta. Para mí, el tra-
bajo es mi motor. Me siento feliz
cuando estoy haciendo lago. No me
creo un ejemplo de nada, pero yo dis-
fruto de hacer cosas. Dicen que el tra-
bajo es salud y yo estoy agradecida
de estar de este lado. No tomo nin-
guna medicación. Ahora no, pero con
mi marido presidido varias agrupacio-
nes y vamos muy seguido al Auditorio.
—¿Y cuál es el secreto para tener
tanta energía?
—La actitud y la aptitud es combo
para seguir adelante. Cuando la ca-
beza y las piernas no me respondan,
veré. Por ahora trabajar y estar en ac-
tividad genera placer.
“
”
Dicen que el trabajo
es salud y yo estoy
agradecida de estar de
este lado. No tomo
ninguna medicación.
