El Nuevo Diario - page 6

Viernes 26 de enero de 2018
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—¿Tenías título universitario?
—Sí, estudié coaching, me formé y me pre-
paré en la universidad.
—¿En España o en Argentina?
—En España, en Argentina lo que quería
era estar legal, no quería nada ilegal. Em-
pecé a tomar contacto con personas nor-
males y corrientes, no fue fácil, tuve que
quedarme en casas de personas que ni si-
quiera conocía pero que te prestaban una
habitación, no fue fácil. Tenía que pensar
en volver en medio de ese hervidero o que-
darme. No fue fácil, a medida que pasaban
los días y continuaban las detenciones, de-
cidí de cambiar lugar constantemente por-
que presumía que en algún momento
también me iba a tocar a mí.
—¿Dónde viviste?
—Me movía por el cinturón de Buenos
Aires, viví en Mar del Plata y otras ciudades
del país, hasta que en el mes de diciembre
conocí a la que después fue mi esposa,
Carla Coppari.
—¿Dónde la conociste?
—En un centro comercial, estaba de vaca-
ciones en Buenos Aires, la vi en un local de
comidas rápidas, la abordé y empezamos a
tener un contacto en un momento muy difí-
cil de mi vida. Realmente puedo decir que
el amor me salvó.
—¿Le contaste que tenías cuentas pen-
dientes en España desde el principio?
—No, ella conocía parte de mi situación. Es
complicado, a una persona que te quiere,
sea amigo o pareja, hay que protegerla y
hay que cargar uno solo con la mochila. Sí
cuando llevábamos unos cinco meses le
expliqué que mi situación era irregular, que
había tenido algún problema con la justicia,
dándole la posibilidad de tomar una deci-
sión para no perjudicarla. Ella como es pe-
riodista y tiene esa curiosidad, googleó,
investigó, se informó y cuando vio que era
un tema político, que no había drogas, que
no había asesinato ni violaciones, que no
había nada y las cantidades por las que se
me acusaba, hablaban de 150 mil euros,
tomó una decisión de continuar e ir para
adelante.
—¿Cuándo llegaste a San Juan?
—Llegué un año y pico después, en enero,
hacía un calor tremendo, me hospedé en el
Hotel Provincial que en ese momento lo es-
taban refaccionando, así empecé mi periplo
en San Juan.
—¿Qué empezaste a hacer en San
Juan?
—En principio, a seguir pensando en qué
hacer porque siempre he tenido la idea de
volver a España y presentarme para poder
defenderme. Seguí recopilando informa-
ción, trabajé internamente conmigo para no
venirme abajo y le dije a mi mujer de ejer-
cer mi profesión. Empecé a trabajar, pri-
mero me relacioné con empresas dedica-
das a la minería, luego escribí en un diario,
monté un consultorio y una cosa fue lle-
vando a otra.
—Ahí vino la relación con políticos.
—Ahí empecé a trabajar con políticos, por
ejemplo un intendente que ya lleva su se-
gundo mandato y me fui relacionando con
un público que conocía, en España estuve
relacionado con políticos y empresarios
pero desde otro lugar.
—No usabas tu apellido…
—Yo tenía claro que mi nombre era comer-
cial, Europa Coaching, el nombre de mi em-
presa, pero en el momento de presentar
documentos soy Carlos Fernández, apa-
rezco como tal, no tengo un solo docu-
mento de manera ilegal, siempre quise
estar en regla.
—Cuando estalla en caso en San Juan,
¿muchos de esos políticos te descono-
cieron?
—La política mucha veces ante cualquier
escándalo, tiende a recoger velas. No
tengo nada malo que decir de los políticos
con cuales trabajé, se entiende que ante
una amenaza judicial del asesor en el que
han confiado, tengan cautela.
—¿Pudiste hablar con cada uno de
ellos?
—Con algunos pude hablar, a otros les
mandé mensajes y con otros espero poder
sentarme a conversar en algún momento.
La persona que han conocido es la misma
que empezó a trabajar con ellos.
—¿Cómo empezás a reconstruir tu vida
en San Juan a partir de recuperar la li-
bertad?
—Creo que todo esto que ha ocurrido ha
tenido un ensañamiento intencional, mi si-
tuación no era para tanto. Incluso los me-
dios de comunicación, algunos se
ensañaron.
—Objetivamente, el caso de un español
que vive hace muchos años en San
Juan y es buscado por Interpol, es muy
periodístico.
—Entiendo que es un caso periodístico,
pero entiendo que no es un caso para en-
sañarse, lo noto porque la noticia es tal
cuando hay algo que contar, pero cuando la
repites cinco días seguidos con el mismo
contenido, es llamativo. Hay periodistas
que han sacado la información con respeto,
pero hubo otros mercenarios que no. Había
pequeños del otro lado, mis hijos, y no les
importó exponerlos.
—¿Cómo lo tomaron tus hijos?
—Con naturalidad, cuando estuve privado
de la libertad fueron a visitarme. Pienso que
las cosas en la vida hay que tomarlas
desde ese lugar.
—¿Qué les has explicado y cómo?
—Mi nena tiene 8 años, la verdad es que
no le puedo explicar todo pero los medios
se han encargado, los chicos hoy pueden
entrar en Google. Publicaron datos perso-
nales, la foto de mi casa, estuvieron a la sa-
lida de la prisión queriendo fotografiar a los
chicos, creo que hay que tener cuidado, se
cruzó una línea que no debería haberse
cruzado. En algún momento, cuando crez-
can, les contaré la verdad real, no hay
nada que esconder.
—¿Qué pasó en lo económico?
—Nos condiciona, gracias a Dios mi her-
mano se hizo cargo de los negocios en Es-
paña, alquileres. Mi hermano se ocupó de
gestionar en estos años nuestro patrimonio,
él se recibió de abogado gracias a este
tema.
—¿Cómo se reconstruye la vida social
en San Juan?
—Sinceramente, desde que he salido
tengo la misma vida que antes, las mismas
relaciones, los mismos amigos. A mi casa
iban a comer periodistas y otras personas,
algunos decidieron juzgar, pero estando pri-
vado de la libertad tuve visita de personas
que me sorprendieron gratamente, empre-
sarios, políticos, clientes, consultores. Mi
vida es la misma con personas que se han
quedado en el camino pero que tienen el
derecho de opinar distinto, pero creo tam-
bién que el que esté libre de pecado que
tire la primera piedra. Pasa que la doble
moral les afecta, es decir, no quiero jun-
tarme contigo pero si puedes, échame un
cable. Pasa que algunas de esas vidas tie-
nen más boquetes que un queso gruyere
pero no quiero que se vean, prefiero tapar-
los con un telón. Sigo yendo a los mismos
lugares, visitando a los mismos amigos, ha
Creo que todo esto
que ha ocurrido ha
tenido un ensañamiento
intencional, mi situación
no era para tanto. Incluso
los medios de
comunicación, algunos
se ensañaron
En el momento de
presentar documentos
soy Carlos Fernández,
aparezco como tal, no
tengo un solo documento
de manera ilegal, siempre
quise estar en regla
Habla el español que estuvo detenido...
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Carlos Fernández accedió a realizar esta entrevista en la sede de El Nuevo Diario. En esta foto, posa en los jardines.
Carlos Fernán-
dez junto a
Juanca Bataller
y Enrique Me-
renda, durante
la entrevista re-
alizada en el
edificio de El
Nuevo Diario.
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