El Nuevo Diario - page 7

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Viernes 26 de diciembre de 2018
cambiado algo, ahora me puedo hacer
fotos, puedo interrelacionarme libremente
con las personas, puedo hablar, cosa que
antes no ocurría.
—Hubo una foto que recorrió otros
lados, la única, una foto social de El
Nuevo Diario.
—Exacto, creo que fue la única, me cui-
daba de no tener fotos pero tampoco me
escondía.
—En España dicen que te hiciste una
veintena operaciones.
—No, para nada, me operé de nariz por un
problema de alergia, cuando vine a San
Juan era lo que peor llevaba, me operó la
doctora Zuleta y es verdad que me hice un
implante capilar en la parte superior porque
el estrés me hizo perder cabello, pero nada
más.
—¿Había otra salida?
—Creo que no había otra salida, sino era
estar toda la vida en una situación compli-
cada. Tengo que decir que los niños cre-
cen, mis abogados estuvieron en España y
no había salida.
—¿Cómo salís ahora a la calle?
—Normalmente, como cualquier persona,
desde el primer momento salí igual y no
siento en absoluto lo que algunos desea-
ban que me pasara, que me fuera del país,
que me fuera de esta ciudad, que no salga
a la calle y hago todo eso, sigo en con-
tacto con empresarios y políticos. Hago mi
vida normal y no me tengo que esconder.
Si otros quisieron hacer con esto un daño
personal, ha generado una repercusión po-
sitiva en mí. Es más, si de algo debo estar
agradecido de todo este tiempo, es el
haber estado privado de la libertad, parece
loco, pero le dije al señor fiscal Maldonado
que debía agradecerle haberme tenido 97
días privado de la libertad. Ha sido una ex-
periencia enriquecedora, no tengo interés
en volver, pero no ha sido traumático. Co-
nocí un mundo desconocido.
—¿Qué va a pasar con tu futuro cuando
esto termine, San Juan o Marbella?
—En principio quiero que mi familia se
quede acá, es una ciudad que nos ha dado
mucho, encontré el amor y dos hijos. Ten-
dré que ir y volver, pero quiero volver a mi
país, tengo familia y amigos.
—¿Política de nuevo en España?
—No, es una etapa de mi vida, es como ca-
sarse y separarse, tal vez se vuelva a casar
o a lo mejor no, en política creo que no
puedo estar más.
—¿Por qué no?
—Fui concejal con 21 años, la disfruté pero
no como quería hacerlo, puedo estar con
políticos pero ayudándolos desde otro lugar.
A mi casa iban a
comer periodistas y
otras personas, algunos
decidieron juzgar, pero
estando privado de la
libertad tuve visita de
personas que me
sorprendieron gratamente
—¿Por qué en España dicen que
fuiste “el garganta profunda” de esta
investigación?
—Se han dicho tantas barbaridades, la
expresión garganta profunda siempre va
a cambio de algo. Si la policía ha inves-
tigado con la Fiscalía y la Fiscalía no ha
dejado de buscarme, ¿cómo se puede
pensar que yo he dado datos? Si yo hu-
biese tenido datos de corrupción los hu-
biese dado el primer día. Eso no tiene
razón de ser, sólo es una manera de
desprestigiarme. Yo no he colaborado
porque no tenía datos. De haberlos te-
nido los hubiese dado desde el primer
momento, como hice con Jesús Gil, que
fue el alcalde de Marbella y era el presi-
dente del Atlético de Madrid.
—¿Te buscaron realmente? Estaba la
alerta roja de Interpol y pasaste doce
años en Argentina.
—Si no me han buscado es porque no
han querido, yo no lo sé. Lo que puedo
decir es que yo no me he escondido. Si
no me han querido buscar es problema
de ellos. Lo que sí puedo garantizar es
que la Fiscalía ha puesto todo el em-
peño en buscarme.
—En la sentencia dice que eran tres
las personas que se encargaban de
repartir el dinero que entregaba el ex
asesor urbanístico de Marbella y ce-
rebro de la operación Malaya, Juan
Antonio Roca.
–Si a mí Roca me da dinero, ¿por qué
urde la cama política contra los otros
concejales García Marcos y con Marisol
para sacarme del equipo de gobierno?
¿Si me tenía comprado, por qué me
echa del equipo de gobierno? A mí
Roca no me ha dado dinero nunca.
Roca sabía que después de la moción
de censura se tenía que marchar. Ese
era el acuerdo que había. Es una teoría
absurda que me daba dinero.
–Esta afirmación del tribunal se basa
en la contabilidad de Roca, donde
aparecen las iniciales de todos los
concejales del equipo de gobierno,
incluidas las suyas.
–No de todos los concejales. Se han for-
zado las iniciales porque así lo ha nece-
sitado el señor fiscal. El señor fiscal
necesitaba cerrar con nombres concre-
tos, pero no el de todos, porque el de
J.A.G. (correspondientes supuesta-
mente a un alto cargo policial) no ha
aparecido. También hay otros de perio-
distas, de banqueros o de policías que no
aparecen. En nombre de la corrupción te
puedes llevar por delante a quien te dé la
gana. ¿Por qué C.F. no puede ser Club
Financiero?
–En este caso, porque aparece con el
resto de las iniciales de los concejales
con excepción de las de Pedro Pérez,
donde lo que aparece es la inicial de
su apodo, Chotis.
–Está bien, pero es una teoría.
—¿Qué pasó con su equipo de go-
bierno?
—–Yo, sinceramente, el día antes de
marcharme llamé a Pedro Pérez y le dije
la decisión que iba a tomar porque sabía
lo que iba a pasar. Él me dijo que no
tenía nada, que a él no lo iban a detener.
Desde el momento que me fui, sola-
mente lo he podido contactar a través de
dos cartas que le envié a través de mi fa-
milia, pero cuando me fui corté relación
con todo el mundo. En este tiempo no ha
habido día en el que no haya pensado en
ellos, en el dolor de ellos y en el de su fa-
milia por lo injusto de lo que han vivido.
En verdad se lo digo.
—Fue un caso que terminó en parte
con un sistema corrupto…
—En el nombre de la corrupción se han
llevado por delante a muchísimas perso-
nas inocentes. Yo no digo que no hubiese
corrupción, la corrupción en Marbella
viene desde hace años y si alguien no ha
sido corrupto, le puedo asegurar que han
sido María José Lanzat y Pedro Pérez. Al
igual que tampoco han sido corruptas
otras personas que han caído. Ha habido
empresarios a quienes les han destro-
zado la vida. Ha habido notarios y em-
pleados de banco a quienes les han
destrozado la vida. Y ha habido políticos
a quienes les han destrozado su vida. Yo
siento una profunda tristeza, y la he sen-
tido todos los días, porque yo soy una
persona que no deja tirado a su equipo.
Jamás. Pero en este caso no podía que-
darme allá porque hubiese seguido su
misma suerte. Hoy mi testimonio vale
muchísimo más de lo que hubiese valido
en ese momento.
–Por un lado está reconociendo que
Marbella era un nido de corrupción
que comenzó con Jesús Gil, que no
acabó hasta la “operación Malaya” y
por el otro dice que muchos de los
que cayeron no eran corruptos.
¿También cree que hay gente que no
cayó y debería haber caído?
–Yo no entiendo que haya contradic-
ción. Primero, porque hubo denuncias
desde el principio. Mi calvario judicial,
que lleva ya 20 años, comienza cuando
yo no quise firmar los contratos del
“caso Camisetas”. La corrupción no se
acaba con la moción de censura, pero
la moción tenía un objetivo, que era
destruir ese aparato de Gil. Cuando se
destruye ese aparato, porque aprove-
chamos la fisura política que había entre
Gil y Julián Muñoz, entre Roca y del
Nido, empiezan a salir todas las cosas.
Hicimos la cuña al romper eso.
—En Argentina la imagen de la justicia
española es que es seria.
—En este caso, ya había condenas
antes de investigar, sin importar lo que se
dijera. Investigaron todas mis cuentas y
de mis familiares y no encontraron nada
para inculparme. Un ministro nacional
condecoró al juez y al fiscal en la etapa
de la instrucción y los premió con un 10%
más de sueldo de por vida y ese mismo
ministro tenía un familiar implicado que
no fue investigado. Incluso aún hoy, le
enviaron todas las causas al juez federal
de San Juan sabiendo que estaban pres-
criptas y no les importó que acá tuvieran
que pasar semanas estudiando todo, a
pesar que ya eran causas por las que no
podían juzgarme.
El caso “Malaya”
Carlos Fernández habló de todos los temas en esta entrevista con El Nuevo Diario.
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